Por Susana MendozaWilfredo Laura Contreras es un articulador de buenas voluntades. Desde la comisión bicentenario del gobierno regional de Pasco, que integra, reúne a funcionarios, académicos y jóvenes para sumarse al proyecto que considera de interés nacional a la Batalla de Pasco. Una oportunidad para revalorar esa zona minera que aporta cultura e historia al Perú.
La historia de Laura Contreras está llena de cambios y experiencias radicales, resultado de sus decisiones. Antes de ser el actual coordinador de la oficina de enlace del gobierno regional de Pasco, ubicada en Lima, y formar parte de la comisión bicentenario de esa región, Wilfredo fue un joven profesor de una escuelita unidocente levantada en el caserío de Masu Huasu, en Pozuzo, Oxapampa.
Su padre, que entonces era
servidor público del Ministerio de Transporte en Huancayo, tuvo buen ojo al comentarle que tal vez era momento para ejercer la profesión que estudiaba. “Me he enterado de que en Pozuzo necesitan maestros para algunas escuelitas lejanas”, le contó. Aceptar ese consejo le cambiaría la vida, pues conoció tempranamente la escuela rural, cuenta.
Llegó a un humilde colegio dirigido por un comunero asháninka, en un caserío que quedaba a dos días de Pozuzo, Oxapampa, y a una hora de donde vivía. Después enseñó en otros, pero en el Codo del Pozuzo. Incluso algunos años después fue director de uno, luego de acabar su especialidad de Historia y Geografía en Lima, para luego retornar a la tierra de colonos austríacos.
Tiempo después renunció al magisterio para desempeñarse en asuntos culturales, cooperación técnica y relaciones internacionales en la
Municipalidad Provincial de Oxapampa. “Aprendí mucho en estos años; fui consejero de padres, me comprometí con los alumnos, influí en decisiones que transformaron la vida de personas”, recuerda.
Pasco, historia y cultura
Wilfredo rememora esos momentos y es consciente de que todo lo vivido allí le sirve hoy para efectuar diversas actividades en la
comisión bicentenario del gobierno regional de Pasco pues, aunque es pasqueño de corazón, nació en Huancavelica y vivió muchos años en Huancayo y Oxapampa, su máximo deseo es lograr que Pasco sea revalorado, visto en su real potencialidad. Ya no quiere que la tierra de Daniel Alcides Carrión continúe siendo ignorada por los peruanos.
Así que ahora, gracias a un trabajo en equipo, que él reconoce como valioso, hace realidad dos sueños de los pasqueños: que la
Batalla de Pasco sea considerada de interés nacional por ser la gesta que le dio el primer triunfo oficial al Ejército patriota, y que doña
María Valdizán, valiente mujer que ayudó a los soldados que enfrentaban a los realistas, sea parte de la pléyade de heroínas peruanas.
Para este hijo de contador público y de una maestra de escuela del Estado, lograr esa mención es abrir una ventana para que las miradas del Perú y el mundo vean que esa región es más que esa herida minera conocida por los daños causados a la salud de las familias de
Cerro de Pasco.
“Pasco tiene más de medio siglo de explotación minera a tajo abierto, pero aporta al Perú cultura e historia. Eso vamos a mostrarlo. Para mí es un reto que sea revalorado, y una oportunidad para que vean nuestra realidad y aportemos al futuro. Los peruanos queremos trabajar unidos. Y nuestra región aún no es vista como un referente para el desarrollo del Perú. Empecemos por respetar nuestra historia”.
Más en Andina:
(FIN) DOP/ SMS
Published: 10/26/2020