Ricardo de Montreuil: una historia de amor y compromiso con el cine

Con Mistura logra que los peruanos nos reencontremos y salgamos de las salas con un nuevo pensamiento.

Con Mistura logra que los peruanos nos reencontremos y salgamos de las salas con un nuevo pensamiento.

11:38 | Lima, set. 18.

Por Cecilia Fernández Sívori

Convertido hoy en uno de los directores nacionales más talentosos, el también escritor Ricardo de Montreuil alista nuevos proyectos cinematográficos tras su última entrega, Mistura.

Nada hacía presagiar que aquel pequeño que vivía en Trujillo ya iba gestando dentro esa pasión que hoy lo ha llevado por un largo camino audiovisual, no solo como director de cine, sino también en el mundo de la publicidad y el diseño gráfico.

“Siempre tuve inclinación hacia el arte. Pintaba. Pedro Azabache fue mi maestro muchos años”, recuerda con nostalgia.


Y fue, a los 5 o 6 años, que el cine atrapó sus pensamientos. “Vi el making off de Superman y dije: ‘Eso es lo que quiero hacer’. Me capturó la magia del cine, lo que puedes contar a través de ese medio”, revela sobre ese primer encuentro.



Sin embargo, los años pasaron y esa cercanía artística era apenas un bosquejo de todo lo que la vida le tendría deparado.

Incluso tuvo su momento juvenil en la música. “Con el grupo Campo de Almas tocaba antes de que se llamara así”, confiesa divertido.


 


Tenía entonces 15 o 16 años y Ricardo sentía cada vez más que lo suyo era el cine, pero sus papás no eran de la misma idea. Así llegó uno de esos momentos en los que la vida te dice es ahora o nunca: llegó a Trujillo Francisco Lombardi para un partido que jugaría Sporting Cristal.


“Mis papás se convencieron cuando supieron que fui a buscar a Lombardi al Hotel de Turistas. Recuerdo que pedí hablar con él. Para mi sorpresa, bajó y nos tomamos un café en el bar del hotel. Me recomendó qué hacer, me dio consejos y gracias a eso fue que mis padres vieron que estaba decidido a estudiar cine y así logré emigrar a los Estados Unidos”.




Pasión por el cine


Aunque prefiere estar detrás de cámaras, De Montreuil revela que para aquel acto audaz sacó fuerzas de flaqueza. “Mi pasión era más fuerte que mi vergüenza. No tenía otra opción. Quería hacer cine o cine”.

Sin embargo, la vida siempre propone retos y situaciones en las que se siente el límite. “Creo que toda mi vida ha sido así, jugármela a todo. Mis papás me dieron el espaldarazo, pero de ahí en adelante no tenía un colchón ni un plan b”, señala.


Cuando era estudiante tuvo trabajos complementarios, como mesero en un restaurante en el mismo campus. Luego conoció a quien lo llevaría por la senda del diseño gráfico y acabaría graduándose con una licenciatura y una maestría en Diseño Gráfico, con especialización en Cine e Historia del Arte, en el Savannah College of Art and Design.

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“Trabajé en un estudio de diseño a medio tiempo y fue mi primer trabajo pagado. Me ayudó mucho para estudiar. Si bien estudié cine, era muy costosa la tesis y decidí tomar el otro camino, que era una opción más accesible”. Luego rediseñó importantes publicaciones que ganaron premios y llegó así, sin proponérselo, a MTV Latinoamérica.

“Me contrataron como director de arte para su equipo de marketing en Miami; tuve mucha suerte saliendo de la universidad, de otra forma hubiera sido muy difícil quedarme. De ahí comencé a realizar videos musicales, comerciales para Coca-Cola, Mc Donalds… y así volví al cine”, recuerda.

Esa vuelta lo llevaría luego a dirigir La mujer de mi hermano y desde ahí su historia solo nos cuenta de éxitos. Sin embargo, confiesa que ha tenido momentos difíciles, “ya que cada proyecto te marca un reto. He pasado lo mismo que otros peruanos. Siempre es difícil salir adelante cuando no conoces a nadie. Tienes que hacerlo todo con tu trabajo y talento porque nadie te va a regalar nada”.

Agradecimiento


“Cada proyecto ha sido un salto de fe. Y darle con todo y esperar que las cosas funcionen. Gracias a Dios las cosas han salido bien, tengo dos hijas preciosas de 16 y 12 años”.

Cuando Ricardo habla de los suyos se percibe no solo el amor, sino también el respeto y la admiración por su compañera de vida. “Vivo en Los Ángeles desde hace 20 años. Con mi esposa estamos juntos desde los 19 años. Ella es arquitecta muy reconocida y ha diseñado grandes hoteles aquí; también casas para famosos en Hollywood”.



El orgullo lo rebasa y el agradecimiento a sus padres también es palpable, hoy tras varias décadas en este camino llamado vida. Ricardo se dirige a ellos y admite: “Les debo todo… todavía me apoyan. Ellos siguen creyendo en mí”.


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(FIN) CFS/CFS

JRA

  

 

Publicado: 18/9/2025