En medio del bosque tropical y los mágicos ruidos de la selva, como el canto de las aves o las hojas golpeándose entre sí por la intensidad del viento, se encuentra la comunidad Remoyacu, en la región Loreto, cuna del pueblo originario Matsés, donde una de las sabias tejedoras, Teresa López Sahuarico, de 69 años, se ha propuesto transmitir sus conocimientos y promover el nombre de su localidad como el bastión de un gran legado cultural.
Con una mirada fija y llena de ilusión, la sexagenaria enfatizó que los adultos mayores tienen un rol importante en el país, que radica principalmente en compartir sus experiencias y enseñar sus habilidades para que transciendan en el tiempo.
“Nosotros vivimos de las artesanías, tejidos a base de shambira, pesca, cosecha y recolección de frutas, entre otras actividades que hemos adquirido de nuestros antepasados”, declaró la usuaria de Pensión 65 en su lengua originaria matsés, y fue traducida por su hija.
Mientras acariciaba su tradicional bigote blanco, a base de espinas de palma y la cual representa la fuerza y valentía del jaguar, la adulta mayor comentó que los jóvenes de su pueblo han cambiado de cierta manera por las nuevas tendencias y el uso de la tecnología.
“La sociedad es diferente, pero no se debe perder el respeto, ni el amor a nuestra identidad, porque somos fuentes de conocimientos y tenemos la misión de mantenerla viva, como el tejido en shambira”, afirmó Teresa, en alusión a la fibra vegetal que proviene de las palmeras amazónicas.
“Mis hijas, por ejemplo, han aprendido esto y debe ser así, porque como madres y piezas fundamentales en la sociedad debemos transmitir este arte. En nuestras manos está la labor de continuar con ese legado”, agregó enérgica.
Habilidad y destreza
Orgullosa de llevar en sus manos el arte que heredaron sus padres de sus abuelos y bisabuelos, doña Teresa aseguró que sus tradiciones son “los pilares” de su cultura y cada uno de sus integrantes, que a diario fomentan el cuidado de la naturaleza, fortalecer la lengua originaria en las nuevas generaciones, y continúan con la cosecha de las palmeras donde se obtendrá la shambira.
“Esta fibra vegetal es esencial para nuestro trabajo y comercio. De la shambira hacemos cinturones y fajas, que tienen funciones decorativas y simbólicas. También hacemos bolsos para la recolección de frutas, plantas y otros alimentos. Además de las redes para pescar y hamacas. Es un ingreso adicional, pero también es la forma como nos conectamos con la naturaleza, nuestros ancestros y la magia de la selva”, reflexionó Teresa López, la sabía matsés que se ha propuesto cuidar y promover la cosmovisión de su pueblo originario.
Encuentro cultural
López Sahuarico es usuaria del programa Pensión 65 y recién comenzó a participar de los Encuentros de Saberes Productivos en Iquitos, cuya finalidad es revalorar las habilidades de los adultos mayores.
“Es la primera vez que participo en la feria. No conocía algunas zonas de la ciudad, pero me gustó llegar y fomentar mi arte. Mi participación ha sido muy buena. Estamos felices porque cuando nos compran algo, se llevan un poco de nuestro talento y la historia del pueblo Matsés”, manifestó finalmente.
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