El Día Internacional de la Mujer es una oportunidad para destacar la labor de diferentes peruanas, como de las que trabajan en los rubros e industrias duras, quienes confirman que la presencia femenina viene creciendo a paso firme en este sector, como es el caso de estas tres profesionales que hoy forman parte de ese extenso equipo de 700 mujeres, en el país.
Ya sea en cargos técnicos o gerenciales, ellas demuestran que el talento no tiene género cuando el amor y la vocación se imponen. Aquí sus tres historias.
Rompiendo barreras
Desde la Ciudad Blanca, en la mina de Cerro Verde, como parte del equipo que tiene Ferreyros en esta operación, Karolina Rojas viene mostrando que puede afrontar cualquier reto frente a camiones que transportan más de 250 toneladas de material y máquinas auxiliares como tractores, excavadoras y motoniveladoras.
Si bien su camino profesional está empezando tras haberse graduado con el primer lugar de la primera promoción de egresadas de la beca DreamBIG, tiene claro el valor de lo que hace.
Precisamente, el día de su graduación compartió una expresión que evidenció a verdadera trascendencia de su logro: “Somos capaces de romper barreras y abrir camino para las futuras generaciones”.
Y es que ella y sus compañeras, se convirtieron también, a nivel mundial, en la primera promoción de técnicas de la carrera de mantenimiento de maquinaria, como parte de una iniciativa global, que es desplegada por una universidad y su representante en el país.
Hoy, Karolina reafirma la importancia de esta experiencia: “La beca me hizo sentir el respaldo de una gran empresa. Durante mis pasantías en diversos talleres aquí, técnicos, supervisores y jefes compartieron sus experiencias con mucha paciencia, siempre inculcando la cultura de seguridad; y durante mis estudios, la plana docente me instruyó de la mejor manera tanto en el conocimiento teórico como práctico”
Cuenta que sigue estudiando mucho, y que recibe el apoyo de sus compañeros. “Para mí lo más especial de esto es que sigo aprendiendo. Nunca dejas de instruirte acerca de las máquinas. Cuando crees saber algo, ya hay alguna mejora. A mí llenarme de conocimiento me hace muy feliz”, dice.
Amor por la mecánica
La historia de Ana Meléndez, supervisora del taller de preentregas, es notable no solo porque lidera un equipo de 18 técnicos de mantenimiento de equipo pesado y porque su labor es fundamental para gestionar la preparación de las entregas de las máquinas nuevas para su despacho a los clientes en todo el Perú.
Ella, tras acumular más de una década de trayectoria en la empresa, siente ahora que su testimonio puede abrir paso a más mujeres en este mundo, siendo una influencia positiva para su pequeña hija.
“Mi hija se pone su casco y dice que va a ir a trabajar conmigo. Sabe distinguir todas las máquinas, como excavadoras, cargadores… Mi profesión de mecánica me permite construir un legado para ella, y a la vez siento la responsabilidad de ser un referente positivo para las futuras generaciones de chicas que están ingresando a la industria”, sostiene.
Tras estudiar la carrera de mecánica de maquinaria pesada, desempeñó labores en monitoreo de condiciones; ventas de repuestos y servicios; coordinación de los programas de capacitación externos; e instrucción en desarrollo técnico, especializándose en cada paso con nuevos estudios, antes de llegar a su posición actual.
La cuidadosa mirada de Ana para supervisar máquinas y el soporte de su equipo, que comprende labores de inspecciones, estandarización y personalización son clave para atender las necesidades de cada cliente-, así como para aspectos operacionales y configuraciones de fábrica.
Y lo hace tan bien porque lo suyo por es amor por lo que hace. “Me enamoré de la Mecánica: me mueve eso, me apasiona lo que hago. Todas las mecánicas que conozco le ponen corazón a lo que hacen; no conozco a alguna que no le ponga pasión. Todas están hechas de la misma madera, no trabajan solo por un sueldo al final del mes, realmente les gusta lo que hacen y se sienten muy empoderadas”, comenta.
Además, no duda en aconsejar y animar a otras jóvenes a explorar oportunidades de crecimiento en esta industria: “Que no tengan temor de formar parte de esta industria única. La empresa valora muchísimo el rol que desempeñamos, la participación de las mujeres es destacada, los clientes internos y externos confían mucho en nosotras. Tenemos la oportunidad de seguir creciendo y aprendiendo”, enfatiza.
Talento femenino
Ella es una firme convencida de la importancia de que el talento femenino y el masculino se complementen e integren en el negocio. Maj Lis Parra, gerente de región centro de Ferreyros y responsable de las sucursales en esa parte del país, sostiene que “en esta industria de maquinaria pesada, el trabajo te llena de satisfacción, te reta y te permite crecer. “Es lo que descubrí desde que ingresé a la empresa, tras haberme desempeñado en otros sectores, y mi cariño y dedicación no dejan de crecer”, sostiene.
“Es una alegría ver en acción a las mujeres, tanto en áreas logísticas como en muchas otras que forman parte de nuestra propuesta de valor líder en todo el Perú”, señala Maj Lis, que hasta el año pasado, trabajaba en el centro de distribución de repuestos, a cargo de los almacenes de repuestos y componentes.
Precisamente esta área hizo noticia recientemente por robotizar el 100% de sus repuestos menores, pero también por un logro muy especial: haber duplicado la presencia femenina en los últimos tres años. Asimismo, ha mostrado un crecimiento en otras áreas logísticas que abastecen a talleres clave.
Esta situación llena de orgullo a Maj Lis quien agrega que en la empresa las puertas abiertas al talento femenino. “Este es un compromiso decidido y se viene apreciando en los resultados. Esperamos contar con más mujeres que sigan creando valor en nuestro negocio”, destaca.