En el Día Mundial de la Alfabetización, el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) reveló que el 2% de la población penal, es decir 1,451 internos, no sabe leer ni escribir, y están en la condición de analfabetos totales, situación que los profesionales penitenciarios buscan revertir mientras que permanecen en los recintos carcelarios.
Las cifras de la Unidad de Estadística del Inpe precisan que el penal con mayor población analfabeta se encuentra en Huánuco, con 136 internos, mientras que la menor cantidad está en el establecimiento penal Mujeres de Chorrillos (ex Santa Mónica) con solo una reclusa.
Por el rango de género, el Inpe informó que del total de analfabetos, el número de hombres es de 1,289 y de mujeres 162. Por edades, los internos con más analfabetos son los de 40 a 49 años con 391; le siguen los reclusos de 30 a 39 años con 346 internos, luego los de 50 a 59 años con 329 internos, y finalmente, los adultos mayores de 60 años con la cantidad de 197 personas.
En el penal Mujeres de Chorrillos (antes Santa Mónica) la situación es mínima con la llegada de Claudia Sánchez de Trillo, de 62 años de edad, natural de Huancayo, y que hace dos meses ingresó al recinto por tráfico de drogas.
Ella nunca pudo estudiar en un colegio, hoy su situación es difícil y está procesada. Sin embargo, no ha perdido tiempo y se inscribió en el Centro de Educación Básica Alternativa que funciona en el penal, y ya aprendió a escribir su nombre y a realizar su firma, quedando atrás la colocación de su huella digital para realizar sus trámites de ley.
Nancy Bolívar Castro trabaja en cárceles desde hace 7 años y es profesora de Claudia. En el salón de inicial, ella enseña a un grupo de 10 alumnas todas las mañanas.
Los cuadernos a rayas con la grafía de puño y letra de las internas son la evidencia del progreso de este grupo que hoy sonríe feliz de aprender a escribir y dibujar los primeros trazos que luego se convertirán en las cartas o tarjetas que enviarán a sus nietos, hijos y cónyuges por Navidad o cumpleaños.
La directora de Educación del penal Mujeres de Chorrillos es Vidalina García Rodríguez, con 42 años en el Inpe. Por su experiencia piensa que un interno puede revertir su situación de analfabeta en el lapso de 6 a 12 meses, siempre y cuando sea una persona en condiciones normales.
“La mayoría de las internas llegan a los penales con problemas emocionales y económicos. Ello dificulta nuestro trabajo educativo. Allí es cuando nuestras psicólogas las intervienen para determinar su situación, si resultan ser muy violentas y distraídas, entonces son casos psiquiátricos que debemos reportar”, manifestó la profesional del Inpe.
El desafío de las maestras es mayor, pues se encuentran con alumnas inmersas en una cultura del delito y algunas de ellas tienen una conducta conflictiva que incluye amenazas. Sin embargo, las docentes saben imponer su autoridad con sabiduría y temple.
La directora del penal, Margot Rojas Benavides, manifestó que el Inpe está comprometido con todos aquellos que desean mejorar sus vidas a través de la educación, y sobre todo las mujeres, a quienes debemos empoderar para que vivan tiempos de verdadera libertad, lejos del temor y la ignorancia.
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