¿Cuáles son los mitos y realidades de los plaguicidas en las frutas y verduras?

En fiestas de Navidad y Año Nuevo, se incrementa el consumo de estos productos

La demanda en el consumo de uva se incrementa en las festividades de Navidad y Año Nuevo. ANDINA/Difusión

La demanda en el consumo de uva se incrementa en las festividades de Navidad y Año Nuevo. ANDINA/Difusión

03:00 | Lima, dic. 24.

El consumo de frutas y verduras se incrementa en las fiestas de Navidad y Año Nuevo, y ante ello los consumidores se preguntan sobre el impacto de los plaguicidas en la salud, tema sobre el cual se han tejido muchos mitos.

De acuerdo con el ingeniero agrónomo Javier Vásquez Castro, profesor principal del Departamento de Entomología de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional Agraria La Molina, los plaguicidas son herramientas fundamentales para proteger los cultivos de insectos, enfermedades y malezas que amenazan la producción.

Su uso forma parte del manejo agrícola moderno desde la década de 1950, tras la Segunda Guerra Mundial.

Desde una perspectiva internacional, tanto la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) como la Organización Mundial de la Salud (OMS) coinciden en que estas sustancias cumplen un rol clave para que los alimentos lleguen a los mercados en buen estado y en cantidades suficientes. 

De acuerdo con estimaciones de estos organismos, el promedio de pérdidas debido a las plagas va de 10% a 28%, a nivel mundial. 

El especialista resalta que la prohibición de los plaguicidas de uso agrícola, sin un fundamento técnico y socioeconómico traería consigo, la reducción significativa en los rendimientos de los cultivos, ocasionando pérdidas económicas para los agricultores y escasez de alimentos.

A escala económica, el impacto sería aún mayor: la agroexportación peruana, uno de los principales motores de crecimiento, podría ser perjudicada debido a la falta de herramientas eficaces para el control de las plagas. 

“Los plaguicidas son un componente importante de los programas de Manejo Integrado de Plagas y, utilizados apropiadamente, traen beneficios a la producción agrícola”, señala Javier Vásquez. 

En ese sentido, enfatiza que los plaguicidas autorizados por el Senasa y regulados bajo los estándares del Codex Alimentarius son seguros, siempre que los agricultores respeten las dosis, intervalos de reingreso y periodos de carencia. 

“El problema no es el plaguicida, sino el mal uso debido a la falta de capacitación y fiscalización. Cuando se aplican correctamente, los alimentos cumplen con los límites máximos de residuos permitidos incluso por los mercados más estrictos del mundo, como la Unión Europea y Estados Unidos”, añade el experto.

En este contexto, el ingeniero agrónomo aclara algunos mitos sobre el uso de plaguicidas:

Mito: El exceso de plaguicidas en los alimentos es normal. 
Realidad: Los excesos en los alimentos se deben principalmente al uso indebido del plaguicida. “El verdadero problema no es el plaguicida, sino el mal uso por falta de capacitación y fiscalización”, agrega el especialista.

Mito: Los plaguicidas son riesgosos para la salud. 
Realidad: Como toda sustancia química, su uso inadecuado puede generar riesgos. Sin embargo, cuando se aplican de manera racional y bajo los lineamientos de las Buenas Prácticas Agrícolas, su peligrosidad se reduce significativamente.

Mito. Sin plaguicidas, los alimentos serían más sanos. 
Realidad: La eliminación de los plaguicidas provocaría una fuerte caída en la producción agrícola, generando escasez de alimentos. Estos insumos cumplen la función de proteger los cultivos, por lo que su prohibición sin sustento técnico generaría incertidumbre entre los agricultores.

Mito: Los plaguicidas son seguros cuando se usan de manera responsable. 
Realidad: El uso de dosis correctas, el respeto de los periodos de carencia y la aplicación de productos autorizados permiten que los residuos en los alimentos se mantengan dentro de los niveles considerados seguros por la ciencia.

Mito: Lavar y pelar los alimentos reduce aún más los residuos. 
Realidad: Acciones simples como lavar frutas y verduras bajo el chorro de agua reduce los contaminantes como la tierra, gérmenes, y los residuos de pesticidas que se encuentran en la superficie de frutas y verduras.

Pelar o cepillar alimentos como las papas con un cepillo limpio de cerdas o hebras firmes, o frotar frutas suaves como duraznos bajo agua corriente es la mejor manera de disminuir los residuos de los plaguicidas de contacto.


Mito: Se debe evitar jabones o productos no aptos para lavar los alimentos. 
Realidad: El uso de productos no autorizados puede dejar residuos dañinos.


Mito: La capacitación a los agricultores es clave para evitar riesgos. 
Realidad: El uso seguro de plaguicidas depende de la capacitación técnica y vigilancia de autoridades. Cuando los agricultores son capacitados en buenas prácticas agrícolas, las probabilidades de contaminación o mala aplicación se reducen drásticamente.

Hoy, las empresas formales de protección de cultivos en el Perú trabajan bajo estándares internacionales, desarrollan productos seguros (incluyendo alternativas biológicas), y colaboran activamente con productores y autoridades.

“No obstante, aún queda un reto pendiente: seguir educando a los agricultores. Si un plaguicida se usa sin control técnico, en dosis equivocadas o fuera de norma, puede generar residuos elevados o riesgos evitables. El verdadero desafío ahora es combatir la informalidad, mejorar la capacitación y fiscalización en el campo y promover el Manejo Integrado de Plagas, finaliza Vásquez Castro.

Más en Andina:



(FIN) NDP / MDV 

Publicado: 24/12/2025