Una de las celebraciones más importantes del calendario festivo ayacuchano es el Yaku Raymi o “Fiesta del agua”. De origen prehispánico y con epicentro en el distrito de Carmen Salcedo, provincia de Lucanas, esta festividad agradece a la divinidad del agua su generosidad para garantizar una buena temporada de lluvias y la fertilidad agrícola.
El
Yaku Raymi, que se desarrolla el 24 y 25 de agosto, reúne a toda la comunidad, que se concentra en la ciudad de Andamarca, capital del distrito de Carmen Salcedo. Hombres y mujeres de todas las edades acuden a los campos de cultivo para realizar una jornada de limpieza de las acequias, antes de la temporada de lluvias. Ello garantiza la buena provisión de agua para la irrigación y el consumo de la población.
Rituales de tributo a la Pachamama o “madre Tierra” y al cielo que trae las lluvias encabezan esta festividad que tiene entre sus protagonistas a los danzantes de tijeras. Interpretada solo por varones, esta danza de origen ancestral y cubierta de un aura mística, establece una conexión entre los seres humanos y las fuerzas de la naturaleza.
A través de acrobáticos movimientos y melodías protagonizadas por el violín y el tintineo de las tijeras, el danzante mantiene una conexión mística con el “wamani” o espíritu protector de cada pueblo andino. La Danza de Tijeras es, desde 1995,
Patrimonio Cultural de la Nación, y fue declarada en octubre de 2010 como
Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
Otra danza emblemática es la Qayra, a cargo de los “Cargontes”, y manifiesta las costumbres de la población como la siembra, el cortejo y pedido de mano a la pareja, las dificultades de la vida, los viajes, la fertilidad agrícola y las tradiciones.
El Yaku Raymi tiene una vital importancia porque representa un proceso de “renacimiento o de renovación de la tierra” en concordancia con la lluvia que desencadena prosperidad con buenas siembras y cosechas.
(FIN) LZD/MAO