¿El consumo excesivo de carnes rojas produce cáncer? Esto dicen los especialistas

Dos gastroenterólogos y un nutricionista comentan los peligros y brindan consejos de cómo prepararlas

Dos gastroenterólogos y un nutricionista comentan los peligros de los excesos en el consumo de carnes  y brindan consejos de cómo prepararlas. Foto: ANDINA/archivo.

Dos gastroenterólogos y un nutricionista comentan los peligros de los excesos en el consumo de carnes y brindan consejos de cómo prepararlas. Foto: ANDINA/archivo.

10:53 | Lima, set. 28.

Por Luis Incháustegui

El Perú es un país de intensas tradiciones culinarias. Desde las parrillas domingueras hasta los sánguches emblemáticos de los mercados, las carnes rojas forman parte central de la dieta y la identidad gastronómica. Sin embargo, diferentes estudios científicos advierten sobre los posibles riesgos para la salud digestiva asociados a su excesivo consumo y que pueden terminar, incluso, en cáncer.


En esta nota, tres especialistas (del Ministerio de Salud, EsSalud y el Instituto Nacional de Salud) explican qué dice la evidencia en los pacientes sobre el consumo excesivo de carnes procesadas o su preparación a altas temperaturas, y ofrecen recomendaciones para proteger la salud.

Procesados con mayor riesgo


El gastroenterólogo del Hospital San Juan de Lurigancho del Ministerio de Salud (Minsa), Alan Villegas, recordó que las carnes rojas procesadas -como embutidos, chorizos, jamones o hamburguesas industrializadas- están clasificadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como carcinógenos del grupo 1, es decir, con evidencia suficiente de que elevan el riesgo de cáncer colorrectal.

Villegas advirtió que este grupo no están las carnes rojas frescas, como el bistec o cortes comprados en los mercados, donde la evidencia es menos sólida. 


Sin embargo, alertó que la exposición de estas carnes a altas temperaturas (parrillas, brasas o ahumados) genera compuestos nitrogenados (nitrosaminas) asociados al cáncer. 


“Cuando vemos los bordes negros del bistec en la parrilla, podemos darnos cuenta que allí se concentran estos compuestos nitrogenados”, señaló en diálogo con la Agencia Andina.

¿Qué recomienda?


Ante estos peligros, Villegas recomendó a los consumidores tener en cuenta lo siguiente: 

-Consumir carnes frescas máximo 2 o 3 veces por semana.

-Preferir hervidos, caldos o cocción a baja temperatura.

-Alternar con carnes blancas y pescado.

-Acompañar con fibra (ensaladas, cereales integrales, frutas).

-Realizar colonoscopías preventivas desde los 45 años. 

Respecto al tradicional pan con chicharrón, el galeno dijo que “no representan un riesgo si se consume de manera ocasional”.

Cómo cocinar: un elemento clave


El gastroenterólogo del Hospital Nacional Alberto Sabogal de EsSalud, Rodolfo Gavilano Cuzma, advirtió que el consumo excesivo de carnes rojas -incluyendo res, cerdo, alpaca y cuy- eleva el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal, de esófago y estómago.


“Las evidencias muestran que comer carnes rojas en exceso sí puede llevar a la formación de cáncer. No se trata de eliminarlas, sino de moderar su consumo a dos o tres veces por semana”, precisó. 


Enfatizó que el procesamiento y la cocción son claves para reducir el riesgo de cáncer. "Los embutidos, ahumados y salchichas contienen compuestos potencialmente cancerígenos, mientras que las carnes sin procesar, que son sometidas a altas temperaturas, pueden contener nitrosaminas, que incrementan los elementos cancerígenos".

Recomendaciones: 


-No más de 2 ó 3 porciones de carne roja fresca por semana.

-Preferir pollo, pavo y pescado.

-Masticar 32 veces por bocado.

-Cocinar al vapor o hervir en lugar de parrillas o frituras.

-Acompañar las carnes rojas con cereales y vegetales.

-Reducir al mínimo el consumo de embutidos y carnes ultraprocesadas.


Además, sostuvo que los despistajes -como la colonoscopía- deben realizarse desde los 45 años, mantener un peso saludable, hacer ejercicio y evitar alcohol y tabaco.

¿Qué dicen los nutricionistas?


El nutricionista del Instituto Nacional de Salud (INS), Mirko Lázaro, señaló que existe evidencia científica sólida sobre el riesgo de cáncer colorrectal por carnes rojas procesadas, pero no la misma para la carne roja fresca o natural.

“No hay estudios sólidos que asocien directamente el consumo de carne roja fresca con cáncer gástrico, colorrectal o rectal. Sí existe evidencia para las carnes procesadas, sobre todo cuando su ingesta es elevada”, precisó. 


Recordó que en el Perú el consumo de carne roja es bajo (6 kg por persona al año), muy por debajo de países como Argentina o Estados Unidos, donde el consumo anual supera los 50 kg, por lo que las recomendaciones deben adaptarse al contexto local:

-Consumir entre 300 y 500 gramos de carne roja fresca a la semana.

-Alternar con pollo y pescado.

-Evitar embutidos y carnes ultraprocesadas.

-Preferir carnes frescas preparadas en casa. 


Las carnes rojas naturales, recordó, aportan proteínas, hierro y zinc, por lo que no recomienda eliminarlas salvo indicación médica.

Asimismo, advirtió que el riesgo de cáncer digestivo es multifactorial y también depende del bajo consumo de frutas y verduras, el sedentarismo, el tabaquismo y el alcohol. “No se trata solo de culpar a la carne, sino de promover hábitos saludables integrales”.

Los tres especialistas coinciden en que no se trata de prohibir las carnes rojas, sino de consumirlas con moderación, priorizar las carnes frescas frente a las procesadas, elegir métodos de cocción saludables y mantener hábitos integrales de prevención. 

De este modo, es posible disfrutar de la riqueza gastronómica peruana sin descuidar la salud digestiva.

¿Y los veganos o vegetarianos?


En medio del auge del vegetarianismo y el veganismo, surge la pregunta: ¿puede una persona vivir sin consumir carne? Los tres especialistas consultados por la agencia Andina coinciden en que sí es posible, pero advierten que requiere planificación y suplementación para evitar deficiencias nutricionales.


Mirko Lázaro explica que las carnes rojas naturales aportan proteínas de alto valor biológico, hierro y zinc, por lo que eliminarlas sin un plan nutricional puede generar deficiencias. 

Es por ello que quien opte por el veganismo debe recibir asesoría profesional y suplementar nutrientes críticos para evitar anemia o problemas inmunes.

Por su parte, Rodolfo Gavilano advierte que, aunque es posible seguir dietas vegetarianas, en la práctica suelen observarse bajos niveles de hemoglobina en quienes no planifican adecuadamente su alimentación.

Finalmente, Alan Villegas considera que es posible, pero subraya que las carnes —incluidas las blancas y el pescado— son fuentes difíciles de reemplazar de vitaminas y omega 3. En esa línea, dijo que quien opte por dietas veganas o vegetarianas, debe hacerlo con control profesional y suplementos.

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(FIN) LIT/RRC

Published: 9/28/2025