Las labores de ampliación de vías son, eventualmente, oportunidades para que se descubran huellas del pasado. Para evitar que estos vestigios desaparezcan, se realizan trabajos de monitoreo arqueológico.
Eso se hizo por ejemplo, en la construcción de la obra Línea Amarilla,
vía que une Ate con el Callao. Este tipo de tareas ha permitido rescatar miles de piezas de diferentes épocas.
Según explicó Andrés Salvatierra, arqueólogo de Lamsac –empresa encargada de esta obra de infraestructura– desde el 2012 hasta la fecha se han hallado piezas que permiten imaginar cómo fue la vida en las orillas del río Rímac.
De cañones y porcelana
El especialista dijo a la Agencia de Noticias Andina que se han encontrado en ambas márgenes del Río Hablador objetos de distinta índole. Entre los más llamativos está un cañón de época colonial.
Salvatierra contó que el cañón es del tipo conocido como culebra y data de los siglos XVI o XVII y habría pertenecido probablemente a la antigua muralla de Lima, en el lado de la puerta de Monserrate. El arqueólogo reveló que el hallazgo ocurrió a una profundidad inusual –dos metros y medio– para la época de la que data.
Este dato le sugiere que durante la Guerra con Chile fue enterrado para que no sea usado por las fuerzas enemigas. El lugar de este desentierro fue la margen izquierda del puente Caquetá.
Otro descubrimiento llamativo es el de una placa de una obra pública. La fecha de la inscripción es 28 de julio de 1912 y corresponde a una canalización del río Rímac hecha por el primer gobierno de Augusto B. Leguía.
Salvatierra explicó que esa obra se llevó a cabo en el marco del proceso de urbanización de la zona agrícola de la - en ese entonces - pequeña ciudad de Lima.
Esta placa la encontraron colapsada cerca del puente Trujillo en la margen izquierda. Otro puente cerca del que se encontraron restos es el Balta. Dicha vía hecha de fierro y piedra, construida en 1869, reemplazó a una estructura de soga y madera conocida como Puente La Barranca.
Restos de esa estructura se han encontrado cuando se edificaba la Línea Amarilla. Sin embargo, lo más curioso son las partes del quinto arco que tenía el Puente Balta. Salvatierra explicó que, al momento de construir la vía de Evitamiento a mediados del siglo XX, se tuvo que demoler uno de los cinco arcos con el que contaba esa conexión entre el Cercado de Lima y el Rímac.
De dicho arco se ha encontrado una piedra que servía para asegurar las piezas de metal. Este vestigio fue arrastrado por el río hasta el asentamiento humano Huascarán, ubicado en la margen derecha del río Rímac.
Ballenas y loza china
Una rareza hallada también en la construcción de la
Línea Amarilla ha sido un material óseo. El arqueólogo indicó que corresponde a
una vértebra lumbar de un cachalote. Recordó el especialista que durante el siglo XVIII varios barcos balleneros pescaron en las costas del Perú.
Este hallazgo se dio en las inmediaciones de la avenida Morales Duárez, en la margen izquierda, a bastante profundidad. La vértebra presentaba signos de haber estado expuesta al fuego.
Más allá de estos descubrimientos de regulares dimensiones, la mayor parte de lo encontrado con valor arqueológico es mucho más menudo. Se trata de utensilios de distintas épocas, muchos de ellos son tan solo fragmentos.
Por ejemplo, se han desenterrado grandes cantidades de asas de cerámicas de la cultura Ychma. Asimismo, cerámica vidriada –aparecida en el Perú desde los primeros días de la Conquista– así como lozas y cerámicas chinas. También cubiertos de metal de época republicana fabricados en Francia, Inglaterra u Holanda. Incluso se ha hallado platería proveniente de Potosí.
(FIN) ECG/ART
Published: 8/7/2018