Más de 7 años tuvieron que pasar para que Fanny y su padre, Santos Arce Ramos, se reencuentren en el penal de Lurigancho. Actualmente, ambos recuperan el tiempo perdido mientras sacan adelante su propia empresa textil.
Santos lleva 17 años recluido en el establecimiento penitenciario más grande y hacinado del Perú. Fanny, su hija mayor, tenía solo ocho años cuando él se marchó de casa en el 2006.
“Cuando uno comete un delito, tiene que vivir su realidad. Cuando llegué al penal, me preocupé demasiado por mis hijas. Como todo padre, pensé cuál sería el destino de ellas, así que trataba de trabajar y lo que ganaba se lo mandaba”, contó a la agencia Andina.
Dos años después de ser privado de su libertad, el ancashino de nacimiento y maquinista de profesión llegó al área industrial del penal. “En esos tiempos solo había cuatro máquinas de coser, hacíamos arreglos, entallábamos pantalones, casacas, sábanas, éramos como sastres”, relató.
Después de un tiempo, luego de recibir una capacitación en confección y ser elogiado por sus acabados textiles, fue contratado en la empresa internacional Pietá, la cual brinda trabajo a internos de distintos penales de Lima. Allí aprendió lo necesario para fundar en un futuro su propia marca de ropa.
El nacimiento de Igen Perú
Santos recuerda con cariño el día en que Fanny cumplió la mayoría de edad. Habían pasado más de siete años desde la última vez que la vio junto a su hermana menor. A partir de ese momento, decidieron recuperar los días perdidos y empezaron un nuevo negocio juntos.
“La empresa Igen nació en el penal. Empezamos con cuatro o seis máquinas, ahora tengo 50 máquinas y le brindo trabajo a más de 40 internos”.
Con Fanny como gerente general de Igen Perú, Santos cumplió su sueño de confeccionar sus propios productos, incluso ahora lanza nuevos modelos cada semana. “Realizamos polos, poleras, conjuntos en franelas, todo de acuerdo a la temporada y con un estilo juvenil”, agregó.
“El trabajo nos une”
El interno de 55 años resalta que fue el trabajo en equipo lo que ayudó a Igen a crecer rápidamente. “Fanny es mi soporte. Ella me abastece en el penal y yo acá doy el acabado. Me parece increíble haber crecido tanto porque empecé con nada. (...) Y mira lo que se ha logrado con el empuje de mi hija”, anotó.
A pesar de lo difícil que es ingresar día a día a un penal y sacar adelante un emprendimiento, Fanny está dispuesta a tomar el desafío con tal de ver y apoyar a su padre.
“Hacer diseños, modelos, estar en el campo no lo hace cualquiera. (..) Ingresar a un establecimiento es muy pesado. A nosotros nos gusta esto y nos ayuda a conocernos mejor, tenemos momentos de alegrías, tristezas, renegamos, pero todo nos une bastante”, añadió.
Su mayor deseo
Para Santos, el Día del Padre es una fecha especial por distintas razones, aunque ahora puede abrazar y besar a sus hijas, no puede evitar pensar en el resto de su familia, incluyendo a sus nietos, a quienes ansía conocer.
"El día que salgo, lo primero que quiero ver es a mi familia, quiero saldar heridas y ver a mis nietos. Sería el regalo más lindo. Ver a mis pequeños nietos y que mi familia esté unida”, confesó.
Por otro lado, el mayor deseo de Fanny, cuando su padre termine su condena, es llevarlo a Chimbote, la ciudad portuaria en la región de Ancash, donde él nació.
“Quiero ir con todos, con mis hijos, mis tíos, mis hermanas, porque ha sido una familia que ha sufrido mucho, unos hijos sin papá y sin mamá, que han crecido como ovejitas sobreviviendo a la vida. Regresar todos ahí sería muy bonito”, comentó emocionada.
Puedes encontrar a la
empresa Igen Perú en el jirón Gamarra 747 (tienda A1 puerta calle) y 745 Galerías Generales 103 (tienda 8), o en el jirón Sebastián Barranca 1635, Galerías los Fabricantes (semi sótano tienda 45-46), en Cercado de Lima.