Desde niño Jorge Huamán trabajó en múltiples oficios para colaborar con su hogar. Se fue a trabajar a España en busca de nuevas oportunidades. Luego, emprendió negocios culinarios en su casa. Finalmente se estableció como jefe de cocina en La isla de San Vicente y las Granadinas, en el Caribe.
Jorge sabe lo que es empezar de cero. Un incendio cambió la historia de su vida.
"En los 90' mi padre tenía una empresa donde confeccionaba calzados y suministraba a varias tiendas en una galería en Pucallpa. Esa galería se incendió y todos sus clientes lo perdieron todo junto a mi padre”, nos cuenta como un preludio de los pasos que ha dado en la vida.
“Nos tocó empezar de cero y fue muy difícil", reflexiona con la experiencia de quien ha conocido cara a cara las necesidades y ha emergido más fuerte.
Como él mismo lo describe, vivía en un barrio muy humilde en San Juan de Lurigancho, un lugar donde la esperanza era un lujo reservado para los más valientes.
Con apenas 8 años, vendió canchita en las calles y lavó carros en las mañanas. En las tardes asistía a la escuela.
“Cuando salía de vacaciones me iba a vender marcianos”, recuerda.
Nunca esperó que sus padres le dieran algo. “Si yo quería algo, tenía que salir a buscarlo, asumí que era injusto que mis padres me estén dando porque no había mucho dinero en casa”, señala.
Mientras conversamos surgen en su memoria otros trabajos: obrero en una fábrica de billeteras y vigilante en un colegio. Se puede decir que era un auténtico mil oficios.
En España
Las oportunidades siempre llegan, nos dice. Estudió en el colegio Fe y Alegría 32 de San Juan de Lurigancho. El hermano Germán, miembro de la congregación de Hermanos españoles de su centro educativo, le ofreció trabajar como ayudante de cocina en Madrid.
“Tenía todo a la mano, un buen sueldo. Estaba en un país más avanzado a comparación de Perú, pero extrañaba mucho mi país por las personas que dejé”, comenta.
Trabajar en Vips Madrid fue más que una experiencia laboral, fue un viaje de descubrimiento y aprendizaje, donde cada plato era una oportunidad para explorar nuevos horizontes culinarios. Desde la cocina mediterránea hasta la exótica gastronomía japonesa, Jorge se sumergió en un mundo de sabores y técnicas, encontrando en cada preparación un motivo para seguir adelante.
Todo iba bien hasta que la crisis económica española lo atrapó, y se vio obligado a regresar al Perú.
De regreso a casa
En su tierra natal, Jorge no se detuvo ante los obstáculos. Estudió gastronomía para poder ser contratado en restaurantes de Lima.
Sin embargo, se lanzó a la aventura de emprender su propio negocio. Desde una modesta cebichería en la sala de su casa hasta la adquisición de un carro cebichero para trabajar en San Juan de Lurigancho.
Otra vez, las cosas marchaban bien, pero la pandemia por el covid-19 lo obligó a cerrar sus emprendimientos. Buscó trabajo en un bar nocturno, su historia aún no había concluido.
Nuevamente, la vida le dio otra oportunidad. Su profesor de la escuela gastronómica le dijo para trabajar en una isla del Caribe y no dudó en aceptar. Total, varías veces había empezado de cero. A pesar del obstáculo del idioma inglés, se preparó para enfrentar el desafío y llevar su pasión por la cocina a nuevos horizontes.
El jefe de cocina
De este modo, llegó a la isla de San Vicente y las Granadinas. Su nuevo hogar se encuentra en el mar Caribe, al norte de Venezuela y al oeste de Barbados. Es parte del grupo de islas conocida como las Islas de Sotavento.
Durante sus dos temporadas en la isla, destacó como jefe de cocina e insertó la gastronomía peruana en el corazón de San Vicente.
Convenció a sus jefes de invertir en el talento peruano, y abrió las puertas a un grupo de compatriotas que se le unieron en esta aventura culinaria.
No solo difunden la gastronomía peruana, sino que también la adaptaron a los sabores locales, fusionando lo mejor de ambas culturas en platos frescos y deliciosos.
Con el restaurante ubicado al pie de playa, reciben la visita de turistas de todo el mundo, quienes quedan cautivados por la fusión de sabores y la creatividad en cada plato.
Jorge, el hombre que empezó de cero muchas veces en su vida, se ha convertido en un embajador de la gastronomía peruana en San Vicente y las Granadinas.
Casi al concluir la entrevista, nos dice que cada uno de nosotros tiene un propósito y un desafío que debemos afrontar con valentía y sin miedo.
No hay que tener miedo a empezar de cero, enfatiza con la convicción de quien sabe de lo que habla.
Más datos
-El ministro de Relaciones Exteriores, Javier González-Olaechea, destacó la presencia de la gastronomía peruana en San Vicente y Las Granadinas, país caribeño en el que se desarrolló la octava cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
-Dijo haber ido al restaurante en el que Jorge Huamán y Álvaro Díaz ofrecen platos de la cocina tradicional peruana. “El encuentro se hizo aún más especial, al ver que ellos mantienen vivo el recuerdo de nuestro Perú, pues andan siempre acompañados con nuestra bandera rojiblanca”.
-La isla de San Vicente y las Granadinas es popular por los turistas por sus playas de arena blanca, sus aguas cristalinas y su belleza natural.