Cuando el consumo de drogas se presenta en etapas tempranas de la vida, las alteraciones neuronales son más significativas y los daños más severos, alertó Danilo Sánchez, jefe del Departamento de Enfermedades Neurodegenerativas del Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas (INCN) del Ministerio de Salud (Minsa).
Indicó que estos daños se manifiestan con características como el cambio de personalidad, alteraciones del pensamiento y cuadros psicóticos, los cuales deben ser tomados en cuenta.
Detalló que en las
personas que consumen drogas, si bien la experiencia les genera bienestar, el sistema de recompensa que se activa es de modo artificial, lo que transforma el funcionamiento natural del cerebro y sus redes neuronales, provocándoles daño que será mayor e irreparable si se da en etapas tempranas: niñez, adolescencia y juventud.
“Estas transformaciones provocan cambios predominantes en las áreas prefrontal, ganglios basales y el tálamo, centros que regulan la conducta humana”, puntualizó.
En ese sentido, dijo que las consecuencias se advierten desde la pérdida del control de los impulsos, así como en los cambios de comportamiento y pensamiento hasta la aparición de cuadros de desmotivación y desinterés por todo.
“Estos cambios funcionales luego se convierten en estructurales haciéndose irreversibles”, advirtió el neurólogo.
En relación a la función del cerebro ante estas situaciones, precisó que este se activa por la experiencia del ser humano y su relación con el medio ambiente -que es la base del aprendizaje- los cuales consolidan las redes neuronales de manera natural, de acuerdo a las vivencias de cada persona, y establecen mecanismos de recompensa que generan estados de bienestar y satisfacción.
“Este esfuerzo conlleva a que se implemente una atención sanitaria especial, que implica ofrecer apoyo psicológico, psiquiátrico, neurológico y social a los afectados y sus familias”, recalcó.
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(FIN) NDP/LIT
Publicado: 4/5/2019