A pesar de los avances normativos y de conciencia social, la inclusión laboral de personas con discapacidad en el Perú sigue siendo un desafío. Según datos del Consejo Nacional para la Integración de la Persona con Discapacidad (CONADIS), apenas 4 de cada 10 personas con discapacidad en edad de trabajar tienen empleo.
Sin embargo, diversos expertos señalaron que incorporar trabajadores con discapacidad no solo refleja responsabilidad social, sino que también aporta valor al negocio. En Bimbo Perú, que actualmente cuenta con 15 colaboradores con discapacidad —11 con discapacidad auditiva y 4 con discapacidad física—, han comprobado que la diversidad enriquece los equipos, potencia la innovación y fortalece la cultura organizacional.
“Contratar personas con discapacidad va más allá de una política inclusiva; es una decisión estratégica. Estas personas suelen ser profesionales comprometidos, leales y altamente capaces, lo que se traduce en menor rotación y mayor productividad”, comenta Luis Felipe Olivencia, gerente de Personas de Bimbo Perú.
Desde su experiencia, Olivencia comparte algunas recomendaciones clave para que la inclusión sea efectiva:
1. Empatía y enfoque en capacidades
“Es fundamental centrar la atención en las habilidades y potencial de cada persona, más que en sus limitaciones. La empatía y el respeto son la base para construir un ambiente laboral equitativo, donde todos los colaboradores se sientan valorados e integrados”.
2. Espacios laborales adaptados y accesibles
“La inclusión efectiva requiere ofrecer a las personas con discapacidad un espacio de trabajo correcto, donde sepan que podrán desempeñarse sin dificultades”.
Esto incluye entornos físicamente accesibles, como rampas o señalización clara, y la capacitación del profesional a cargo para acompañar y guiar al colaborador según sus necesidades. Garantizar estas condiciones básicas permite que los colaboradores se integren plenamente, desarrollen sus tareas con confianza y contribuyan al equipo de manera óptima.
3. Participación en los procesos
Integrar a las personas con discapacidad en reuniones y proyectos fortalece el sentido de pertenencia y permite que la empresa aproveche la diversidad de perspectivas. “Su contribución enriquece la cultura organizacional”, añadió Olivencia.
4. Líneas de desarrollo y oportunidades de crecimiento
La inclusión real requiere planes claros de desarrollo profesional y oportunidades de ascenso. “Brindar un camino de crecimiento tangible garantiza que todos los colaboradores puedan proyectar su futuro dentro de la organización, fortaleciendo su motivación y compromiso”, comenta el gerente.
5. Capacitación y eliminación de barreras inconscientes
“No basta con contratar; hay que educar al equipo”, finaliza Olivencia. Capacitar sobre discapacidad, lenguaje de señas y buenas prácticas es fundamental para derribar prejuicios y eliminar barreras que impidan el desarrollo pleno de los colaboradores.