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¿Es posible reeducar al adolescente infractor?: esto opinan los expertos

Hoy se conmemora los 35 aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada en 1989

Especialistas coinciden en que los adolescentes infractores de la ley requieren una justicia penal especializada. ANDINA/ Ministerio Público.

Especialistas coinciden en que los adolescentes infractores de la ley requieren una justicia penal especializada. ANDINA/ Ministerio Público.

16:42 | Lima, nov. 20.

Por Susana Mendoza Sheen

La reciente aprobación de una ley que clasifica a los adolescentes infractores de 16 y 17 años como delincuentes, sometiéndolos al sistema de justicia ordinario con penas de cárcel, ha suscitado preocupación en diversos sectores de la sociedad. Esto plantea interrogantes cruciales como ¿es viable reeducarlos?, ¿deberían tener una segunda oportunidad?



Segunda oportunidad


El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) reunió a un grupo de expertos para explicar por qué un adolescente infractor de la ley, ya sea hombre o mujer, requiere un trato acorde a su edad, a su desarrollo neurológico y emocional.

El representante de Unicef en el Perú, Javier Álvarez, afirmó que estos adolescentes merecen una segunda oportunidad para asegurar su reinserción en la sociedad. Privarlos de libertad, señaló, no soluciona los problemas de inseguridad y criminalidad que enfrenta el país.

El funcionario de Naciones Unidas citó estadísticas del Ministerio Público de 2023, según las cuales la participación de adolescentes en la criminalidad en el Perú representa solo el 1.5%, mientras que el 98.5% corresponde a adultos.




Javier Álvarez, representante de Unicef en el Perú

Los datos demuestran que el problema de la delincuencia no lo generan los adolescentes, sino los adultos. Solo 1 de cada 100 personas denunciadas por cometer delitos en el Perú tiene menos de 18 años”, comentó.

Ante esta situación, surge una pregunta clave: ¿es conveniente incorporar a los adolescentes de 16 y 17 años al sistema penal de adultos, como lo aprobó el pleno del Congreso de la República el pasado 7 de noviembre?

Desde la neurociencia


Carmen Lagos, especialista en psiquiatría infantil y adolescente de la Pontificia Universidad Católica de Chile, aportó una perspectiva desde la neurociencia para la justicia penal juvenil, sosteniendo que es necesario diseñar intervenciones distintas para resocializar a los adolescentes infractores.

Estas intervenciones, explicó, deben considerar el desarrollo del cerebro durante la infancia y la niñez. Las experiencias vividas por un niño durante su crecimiento influyen profundamente en su manera de relacionarse con el mundo.


El cerebro de quienes crecen en un ambiente de buenos tratos es distinto y funciona de manera diferente al de aquellos que se desarrollan en contextos de maltrato. Si las necesidades básicas de afecto y cuidado son satisfechas, es decir, si hay un adulto que responde al llanto del niño, se produce una contención emocional que le hará sentir seguridad y aprender a tolerar la frustración, señaló.

El niño que crece en un contexto de buenos tratos, desarrolla un cerebro preparado para conectarse positivamente con el mundo. ‘El mundo es bueno conmigo, yo soy bueno con el mundo’”, afirmó Lagos.


En cambio, el cerebro de un niño que crece en un ambiente de maltrato, con padres ausentes o con problemas como el alcoholismo, se adapta a ese entorno adverso. “La parte baja del cerebro trabaja en exceso y aprende a estar constantemente en estado de hiperalerta. Esto genera baja tolerancia a la frustración y respuestas impulsivas”, indicó.

Además, la corteza cerebral, que permite evaluar, reflexionar y tomar decisiones, se desarrolla de manera desordenada en estos casos. Esto provoca dificultades en el aprendizaje y en las funciones ejecutivas, como la regulación emocional y la toma de decisiones adaptativas.


¿Qué ocurre con los adolescentes?


Los adolescentes que crecieron en contextos de adversidad y desamor desarrollan un cerebro enfocado en la supervivencia, explicó Lagos. “Aprenden que el mundo no es un lugar seguro y que deben protegerse de él. ‘El mundo me hace daño, yo le hago daño al mundo’”.

La especialista añadió que el desarrollo de la corteza cerebral continúa hasta los 20 o 25 años, por lo que es esperable, desde un punto de vista neurobiológico, que adolescentes y adultos jóvenes sean más impulsivos y les cueste más reflexionar antes de actuar. Esto se intensifica en la adolescencia debido a la búsqueda de gratificación inmediata.

En la adolescencia, el cerebro regresa a un estado similar al de un niño, con un sistema límbico más activo que la corteza cerebral. Esto hace que los adolescentes sean más sensibles a las recompensas inmediatas”, explicó.

Neuroplasticidad y estímulos positivos


Gracias a la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para adaptarse y reorganizarse frente a nuevas experiencias o cambios en el entorno, los adolescentes de 16 y 17 años tienen la oportunidad de iniciar procesos significativos de cambios si reciben estímulos positivos.


Sin embargo, Lagos advirtió que, si un adolescente permanece en un contexto adverso, como la cárcel, su aprendizaje de desconfianza hacia los adultos y el entorno se reforzará. “La cárcel representa un lugar donde se perpetúan estas creencias y patrones de conducta”.


En contraste, si los adolescentes tienen acceso a nuevas experiencias positivas, el cerebro puede transformarse. Aunque no es un proceso fácil, la adolescencia ofrece una oportunidad única debido a la aparición de una nueva proliferación neuronal.

“Si un adolescente se siente validado y experimenta contextos positivos, su cerebro se preparará para conectarse de manera saludable con el mundo. ‘Eres bueno conmigo, yo soy bueno con el mundo’”, concluyó Lagos.

Nuevo enfoque 


Por su parte, la oficial de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes de Unicef en el Perú, Beatriz Gamarra, destacó que la Convención sobre los Derechos del Niño, un instrumento legal aplicado internacionalmente a todos los menores de 18 años, reconoce que estos pueden cometer delitos y establece ciertos parámetros claves para su tratamiento.


Uno de estos parámetros es la creación de un sistema de justicia especializado y la determinación de una edad mínima para la inimputabilidad. En el caso del Perú, esta edad se fija hasta los 13 años, lo que implica que el Estado interviene con medidas de protección, pero sin ingresar a estos menores a un sistema de justicia.

Entre los 14 y los 17 años, explicó Gamarra, debe implementarse un sistema de justicia penal especializado que opere bajo ciertas características y garantías, evitando procesos judiciales convencionales. 

“Existen estudios que demuestran que, mientras más contacto tienen los adolescentes con el sistema de justicia, su identidad tiende a desarrollarse en función de la criminalidad, lo que hace más difícil su reinserción social”, señaló. 

Por esta razón, subrayó que para aquellos adolescentes que ingresan al sistema judicial, es preferible optar por medidas en medio abierto antes que la privación de libertad. Si esta última es inevitable, debería limitarse al menor tiempo posible, ya que afecta el desarrollo y dificulta la reintegración social de los adolescentes.


Asimismo, Gamarra recordó que Unicef trabaja en colaboración con el Programa Nacional de Centros Juveniles (Pronacej) del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y el Ministerio Público, para implementar un enfoque diferente de atención

A diferencia de la justicia retributiva, donde el adolescente recibe una sanción por su delito y se le restituyen sus derechos, la justicia penal especializada para adolescentes incluye enfoques como la justicia terapéutica, orientada a la salud mental, y la justicia restaurativa, que involucra a las víctimas en el proceso.

“En este modelo, el adolescente toma conciencia del delito y del daño causado a la víctima. Se trabaja con ambos y se promueve un momento de encuentro. Este enfoque, aplicado en los centros juveniles, tiene un gran potencial para lograr mejores resultados”, concluyó.

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(FIN) SMS/RRC
JRA


Published: 11/20/2024