Cada año la festividad del Señor de Qoyllur Riti, que se celebra al pie del nevado Colque Punko, en la provincia de Ocongate, región Cusco, a 4,800 metros sobre el nivel del mar, congrega a miles de personas, entre devotos y turistas.
La ancestral festividad del Señor de Qoyllur Riti es una muestra del sincretismo de la religiosidad andina y cristiana que da como fruto esta enigmática manifestación de la fe al Cristo de la roca.
Hasta el nevado Colque Punko convergen las distintas etnias de las provincias cusqueñas más remotas. La modernidad se manifiesta en que sus protagonistas son campesinos que trabajan temporalmente en Cusco o Lima y vuelven para la celebración. Resaltan las comparsas de Qhapaq Qolla, Huayllaschas, K’achampa, Chunchacas, Wayri Chunchus, Qhapaq Negros, Contradanza, Mestiza y Pasña Qoyacha, entre otros.
Un momento trascendental de esta celebración es cuando los Ukukus o Pablitos eligos, personajes antropomorfos, ascienden a las cumbres del Colque Punko y protagonizan un ancestral ritual de agradecimiento, para la cual trasladan una gran cruz de madera y encienden gigantescos cirios. Como prueba de fe, entierran las manos en la nieve por unos minutos.
Declarada
Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en el 2011, la festividad del Señor de Qoyllur Riti conserva el espíritu de las fiestas prehispánicas, donde el hombre andino celebra a la naturaleza y por ello es una de las manifestaciones culturales más impresionantes.
Participar de esta fiesta implica un verdadero reto. Se enfrenta a bajas temperaturas, que desciende a menos de cero grados centígrados, por lo que requiere estar aclimatado.
Orígenes de la devoción
La festividad, cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII, es organizada por la Hermandad del Señor de Qoyllur Riti, que también se encarga de mantener el orden durante la celebración. Los preparativos empiezan el Día de la Ascensión (40 días después de la conmemoración de la resurrección de Cristo) con la procesión del Señor de Qoyllur Riti desde su capilla en el centro poblado de Mawallani, ubicado en el distrito de Ocongate, provincia de Quispicanchi, hasta su santuario en el nevado de Sinakara, a 4,800 metros sobre el nivel del mar.
El primer miércoles después de Pentecostés, una segunda procesión lleva una estatua de Nuestra Señora de Fátima desde el santuario de Sinakara hasta una gruta cuesta arriba.
Estas delegaciones incluyen un gran elenco de danzantes y músicos llamados Qhapaq Qolla, Huayllaschas, K’achampa, Chunchacas, Wayri Chunchus, Qhapaq Negros, Contradanza, Mestiza y Pasña Qoyacha, entre otros, que danzan acompañadas de cantos en quechua y español que conmueven a los peregrinos.
La mayoría de los peregrinos llegan el llamado “domingo de Trinidad”, que es cuando la eucaristía sale en procesión por el santuario. Al día siguiente, el Señor de Qoyllur Riti es llevado en procesión a la gruta de la virgen y traído de vuelta. En la noche de este segundo día los elencos de danzantes bailan por turnos en el santuario.
Al amanecer del tercer día, ukukus agrupados por "naciones", procedentes principalmente de Paucartambo y Quispicanchis, escalan los glaciares del monte Colquepunku para recoger cruces puestas en la cima, y también traen consigo bloques de hielo que la creencia popular les atribuye propiedades medicinales. Esta costumbre ya no se practica desde hace unos años debido al deshielo que sufren los glaciares.
El 10 de agosto de 2004 esta festividad y el santuario del Qoyllur Riti fueron declarados Patrimonio Cultural de la Nación por el Instituto Nacional de Cultura. Siete años después, el 27 de noviembre de 2011, la Unesco inscribió a la peregrinación al santuario del Señor de Qoyllur Riti como integrante de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
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(FIN) MAO
Published: 5/25/2018