El cambio climático no cree en la fe del hombre, tampoco en sus tradiciones y sigue adelante imparable, modificando el paisaje natural e impactando en la vida del ser humano. Y lamentablemente, la festividad del Señor de Qoyllur Riti de Cusco no escapa a ello.
Por cientos de años esta fiesta, en el que convergen rituales católicos y costumbres ancestrales andinas, se desarrolló en el nevado de Colque Punku. Este lugar se convertía en una gigantesca capilla alumbrada por cirios plantados en el hielo.
Pero, la costumbre más arraigada era que el peregrino debía cargar un pedazo de hielo sobre su espalda y llevarla hasta el santuario y depositarla en el altar del Señor de Qoyllur Riti. Luego este hielo era llevado a sus comunidades para curar enfermedades. Sin embargo, esta tradición dejó de practicarse hace unos años por culpa del cambio climático.
Ahora, el cambio es más dramático. Este fue el último año en que la escenificación del ritual del Señor de Qoyllur Riti se realiza en el Colque Punku. En menos de un año el hielo retrocedió varios metros y hoy se aprecia rocas en donde antes se veía el imponente nevado.
Conscientes de los efectos por el calentamiento global, las naciones Paucartambo y Tahuantinsuyo, guardianes y peregrinos del Señor de Qoyllur Riti decidieron, por mutuo acuerdo, no acceder más al nevado del Colque Punku (Osangate), ubicado a unos kilómetros del santuario, y cambiar de escenario.
En declaraciones a la Agencia Andina, José Luis Mamani León, caporal de la nación Paucartambo, confirmó con profundo dolor que este año fue el último en el que se accedió al lugar, al que solo llegó un reducido número de ukumaris o ukukus o pablitos, guardianes del Señor.
“Las naciones peregrinas estamos trabajando para suplicar a los hermanos de todo el mundo, suplicarles a conservar el medio ambiente, nosotros somos una cultura viva y con mucha tristeza y dolor tomamos la decisión”, expresó.
El caporal sostuvo que desde algunos años se evidencia el deshielo en este nevado, al que desde hace siglos accedieron los antepasados en caminatas desde el paraje del Sinakara, para dejar y traer del “calvario” una cruz significativa de devoción.
“Creo que nosotros (las naciones Paucartambo y Tahuantinsuyo), somos los últimos en visitar el lugar, la naciones de Quispicanchi, Canchis y Acomayo ya no tienen nieve, ya lo han perdido hace años, a causa del deshielo”, aseveró.
Con el rezo del Padre Nuestro y el Ave María en quechua, José Luis Mamani, acompañados de cientos de pablitos y 12 ukumaris ascendieron solo algunos metros del nevado. Los 12 ukumaris fueron los últimos privilegiados al ser bautizados como tales, y junto con los demás harán prevalecer el respeto al medio ambiente.
“Pido a nombre del Señor de Qoyllur Riti y, a nombre de nuestra madre la Virgen María, a que no siga este deshielo”, concluyó Mamani, máximo líder de los ukumaris.
La fe mueve montañas, reza la cita bíblica. Es hora de demostrar que ello es posible y ganar la batalla al cambio climático.
(FIN) PHS/MAO
Publicado: 26/5/2016