Aunque la economía, la moneda y la tecnología han cambiado, ciertos hábitos financieros de hace cuatro décadas siguen siendo igual de efectivos hoy. En 1985, el dólar costaba alrededor de 16 intis, no existían billeteras digitales y el hábito de “guardar en el chanchito” era parte de la cultura familiar.
Hoy, con aplicaciones móviles, inversiones online y criptomonedas, podría parecer que las formas de ahorrar han cambiado por completo. Sin embargo, ciertos principios básicos siguen siendo igual de útiles y efectivos.
Para Ricardo Asmat es "Cofundador del Fin&Fun Fest" de Fin&Fun Fest, “la educación financiera es como una receta tradicional: se puede modernizar, pero los ingredientes clave no cambian. Lo importante es adaptar las buenas prácticas a las herramientas de cada época”.
A continuación, Asmat detalla cinco lecciones de ahorro que han resistido el paso del tiempo:
1) Gasta menos de lo que ganas
Aunque parezca obvio, sigue siendo el error más común. La clave es destinar primero un porcentaje fijo al ahorro y luego planificar los gastos.
2) Conserva un fondo de emergencia
En los 80, la opción más común era guardar efectivo en casa o en una cuenta separada para afrontar gastos inesperados.
Hoy, la tecnología ofrece alternativas más seguras y rentables, como depósitos a plazo, fondos mutuos líquidos o cuentas digitales con acceso inmediato. Lo importante no es el formato, sino contar con un respaldo que permita enfrentar imprevistos sin recurrir a deudas.
3) Evita deudas innecesarias
Endeudarte debe ser una decisión bien evaluada, ya que compromete tus ingresos futuros. Comprar a cuotas sin un beneficio real, el uso excesivo de tarjetas o préstamos con tasas elevadas pueden poner en riesgo tu estabilidad financiera. La recomendación es clara: pensar dos veces antes de asumir una deuda y asegurarte que sea realmente necesaria y sostenible.
4) Aprovecha los ingresos extra
Bonificaciones, gratificaciones o ventas ocasionales no deben destinarse solo a consumo, sino también a inversión o ahorro.
5) Ahorra con un propósito
Tener un objetivo específico como un viaje, estudios, un negocio o la compra de un bien, te ayuda a mantener la motivación y la constancia. Un propósito claro no solo te orienta el esfuerzo, sino que también te disciplina el manejo del dinero, evitando que el ahorro se desvíe hacia gastos impulsivos.
“Ahorrar no es solo guardar dinero, es crear seguridad y posibilidades para el futuro. Lo que aprendimos en el pasado sigue teniendo sentido, pero hoy tenemos más herramientas para hacerlo más rápido y seguro”, puntualiza Asmat.
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(FIN) NDP / MDV
Published: 9/2/2025