La Policía Nacional del Perú (PNP) y el Ministerio Público detuvieron esta madrugada a 38 presuntos integrantes de la organización criminal los Capos de la Construcción, dedicados al sicariato, extorsión, marcaje y tenencia ilegal de armas en la región Piura.
Según la Policía, la investigación contra esta organización criminal, que además era un clan familiar, empezó en agosto del 2017. Uno de los primeros en caer fue su cabecilla, identificado como Slyng Leonel Correa Calero, más conocido en el mundo del hampa como Gordo Calero. Le siguió su lugarteniente y hermano Cleyter Martín Correa Calero, alias Tete. Ellos creaban seudo sindicatos de Construcción Civil para cometer sus ilícitos.
Entre los capturados figuran también seis agentes policiales. Cuatro de ellos pertenecían a la Macro Región Piura, uno a la Dirección de Inteligencia (Dirin) y el otro a la Oficina de Inteligencia (Ofinte). Asimismo, fue intervenido un alumno de la Escuela Técnico Superior de la PNP en Sullana.
De acuerdo con las investigaciones, los agentes favorecían a los integrantes de los Capos de la Construcción cuando eran investigados y suministraban información sobre operativos policiales.
Al frente del megaoperativo 115 –y décimo en lo que va del año– estuvo el Departamento de Investigación Contra el Crimen Organizado (Depinco) de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri), además de Inteligencia de la Región Policial Piura.
En la intervención participaron un total de 700 agentes policiales, con el apoyo de 50 fiscales especializados en crimen organizado, quienes se movilizaron en 85 vehículos.
Las fuerzas del orden allanaron 42 inmuebles en Piura y dos en Lima, además de dos celdas en el establecimiento penitenciario Río Seco.
Según la PNP, los Capos de la Construcción realizaban sus actividades ilícitas desde hace seis años en los ámbitos de Piura, Paita y Sullana. Entre sus principales víctimas figuran empresas dedicadas al rubro de la construcción.
Los Capos de la Construcción obligaban a los responsables de las firmas subcontratar a empresas vinculadas a la organización criminal, con la finalidad de materializar el cobro de cupos. A los obreros que eran puestos a su disposición les exigían la suma de 200 soles por la plaza de trabajo y 40 soles semanales para mantenerla.
Por otro lado, sometían a los encargados de la obra al abono de una cuota sindical a cambio de brindarles seguridad. En caso de encontrar resistencia, los agraviados eran amenazados con la paralización de la obra. Si la negación era permanente, no dudaban en atentar contra sus vidas.
Entre las obras sometidas a extorsión aparecen el parchado de la avenida Grau del distrito 26 de octubre, la autopista El Sol, el baipás Sullana–Paita–Piura y el mantenimiento de las calles de la urbanización San Ramón y Zona Industrial y de la avenida Wiesse (tramo Sánchez Cerro).
De igual manera, según la PNP, entre las empresas extorsionadas están el Tottus, ubicado en la parte posterior del centro comercial Maestro, Cementos Pacasmayo y la institución educativa particular Nuestra Señora de Fátima.
Los Capos de la Construcción contaban con un brazo armado al que las autoridades le atribuyen por lo menos dos asesinatos y tres tentativas de homicidio. El móvil de algunos hechos criminales tendría que ver, además, con el ajuste de cuentas entre delincuentes rivales.
El 26 de mayo del 2015, por ejemplo, los hermanos Armando y Oswaldo Omar Aponte Prieto fueron interceptados por sicarios. El último logró sobrevivir al ataque, pero el primero falleció por impacto de bala.
En agosto del 2012 abrieron fuego contra el dirigente de construcción civil Jhonatan Jared Cortez Sandoval, quien resultó con heridas. En la lista que corrió mejor suerte también figura Luis Jaramillo Congo, luego de que se repusiera a un intento de homicidio ocurrido el 19 de enero del 2016. Sin embargo, el 21 de abril de ese mismo año fue acribillado Jhon Alejandro Flores Chira. (NP 559–2018)
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(FIN) NDP/MAO
Published: 4/6/2018