Piura se prepara para dar un giro estratégico en su desarrollo económico mediante la diversificación de sus rutas turísticas, con una visión que trasciende el tradicional turismo de sol y playa, apostando por nuevas actividades y destinos para ampliar su oferta turística.
La Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo (Dircetur) puso en marcha un conjunto de acciones para posicionar nuevas zonas del interior como polos de atracción turística, articulando esta actividad con la gastronomía, la producción artesanal y la agroindustria local.

Según Leonardo Rosas Vallebuona, director de la Dircetur Piura, estas nuevas rutas no solo buscan descentralizar la actividad turística, sino integrarla al desarrollo de las economías rurales. Entre los territorios priorizados destacan Canchaque, Chalaco, Santa Catalina de Mossa, Huancabamba y Poechos, en los que se ha identificado un importante potencial natural y cultural.
En Canchaque, por ejemplo, se está promoviendo una propuesta integral que incluye atractivos como la catarata La Vaquería y Chorro Blanco, a la vez que se formula un proyecto de inversión para mejorar la infraestructura de su plaza de Armas.
En paralelo, se han iniciado trabajos de prospección turística en Santa Catalina de Mossa y Chalaco para identificar los recursos con mayor potencial y definir sus necesidades de intervención. En Huancabamba, se revisan estudios de preinversión vinculados a atractivos como la Laguna Millonaria y la Laguna El Rey.

Asimismo, en Poechos (Morropón), se impulsa un proyecto de infraestructura turística en un bosque seco, que contempla un mirador, sala de interpretación, zona de camping y cafetería, orientado al turismo de naturaleza y aventura.
Rutas del café y cacao
Estas rutas no solo buscan atraer visitantes, sino fortalecer cadenas productivas locales. La Ruta del Café, con epicentro en Canchaque y El Faique, y la Ruta del Cacao, que abarca Santo Domingo, Chalaco y Santa Catalina de Mossa, se perfilan como circuitos clave donde el turismo se articula directamente con la producción agrícola y la exportación. El café piurano, premiado a nivel internacional, y el cacao de Morropón, con reconocimientos similares, se integran así a la propuesta turística como productos emblemáticos del territorio.

La estrategia contempla también la articulación del turismo con la gastronomía y la artesanía. En Catacaos, se trabaja en la revaloración de técnicas ancestrales como el copus, con miras a declarar esta localidad como Capital de la Gastronomía Tradicional. En Chalaco, más de diez artesanas han sido identificadas para su inclusión en el Registro Nacional de Artesanos, lo que permitirá su participación en ferias especializadas y programas de capacitación.
Además, experiencias vivenciales como las ofrecidas en el hospedaje El Alpino, en El Faique, permiten a los turistas participar directamente en el proceso del café, generando ingresos directos para las comunidades.
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En términos de promoción, Dircetur Piura ha adoptado el principio “primero es producto, luego es destino”. Por ello, antes de realizar campañas masivas, se trabaja en el desarrollo de productos turísticos sostenibles y de calidad. Una vez consolidados, estos serán visibilizados a través de plataformas digitales, participación en ferias especializadas y campañas de difusión, tanto a nivel nacional como internacional. Además, se están ejecutando estudios de capacidad de carga para garantizar la sostenibilidad de los recursos turísticos antes de intervenir.
Aunque aún no se dispone de una cifra precisa sobre la participación del turismo en el PBI regional, desde Dircetur se proyecta que la consolidación de estas nuevas rutas incrementará significativamente su aporte a la economía de Piura. Al descentralizar el turismo y conectarlo con sectores como la agroindustria, la artesanía y la cocina tradicional, se busca generar empleos, diversificar ingresos y dinamizar las economías locales con identidad y sostenibilidad.

Con estas rutas en marcha, Piura no solo fortalece su posicionamiento como destino turístico, sino que consolida un modelo de desarrollo económico integrador, donde la riqueza natural, cultural y productiva del interior de la región se convierte en el motor de un crecimiento inclusivo y descentralizado.
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(FIN) MMC/MAO