En algunos desiertos más áridos del planeta se ubican formaciones naturales que son auténticos paraísos donde la vida florece gracias a la presencia del agua. Estos oasis no solo han sido refugios para la fauna y la flora. Son pequeñas islas de vida en medio del mar de arena y en Perú tenemos el privilegio de contar con uno y es uno de los lugares que todo peruano debe visitar al menos una vez en la vida.
La cadena BBC Mundo elaboró un reportaje donde destaca a cinco oasis que sobresalen por su extraordinaria belleza, historia y dimensiones. Entre ellos, hay un oasis único en Sudamérica, para ser más precisos en Perú y que es motivo de orgullo para los peruanos.

Con un poco de agua, las tierras más áridas de repente explotan en exuberancia, y dan frutos tan dulces como los dátiles y los higos. Son en realidad islas en vastos mares desérticos. El agua de lluvia, que cayó hace cientos de años y se acumuló en manantiales o acuíferos subterráneos, brota a la superficie y hace posible la vida de fauna y flora.
También de la humanidad, cuya historia en esos refugios naturales se remonta milenios: en el bíblico oasis de Ein Gedi, en el valle del Mar Muerto, se han hallado pruebas de asentamientos que datan del año 6000 a.C.
Además, han marcado la ubicación de comunidades y rutas comerciales.

Desde siempre, han sido un bien precioso.
El desierto del Sahara, por ejemplo, alberga alrededor de 90 oasis importantes, pero siendo el más grande del planeta, hay que recorrer largos caminos para encontrarlos.
En contraste con la vasta extensión de los desiertos del mundo, que se mide en miles o millones de kilómetros, el más grande de los oasis ocupa menos de 100 kms².

Tras afirmar que todos son valiosos y excepcionales, el reportaje resalta cinco oasis en el mundo donde destaca nítidamente Huacachina, ubicado en Ica.
Oasis de Huacachina
Se ubica en Ica, en el sur de Perú, y se sitúa entre las dunas más grandes del continente.
Cuenta la leyenda que sus aguas son las lágrimas de una doncella llamada Huacachina quien lloraba la muerte de su amado, un guerrero inca.

Cuando, tras sollozar por días y noches, notó que otro guerrero la observaba, se lanzó a la laguna que sus lágrimas habían creado.
Horas después, cuando trató de salir, se dio cuenta de que se había transformado en una sirena.
Al igual que muchos oasis en todo el mundo, Huacachina se ve amenazado por la creciente demanda local de agua.
La perforación de pozos en las cercanías y la evaporación durante los veranos calurosos han provocado la bajada del nivel del agua, hasta que fue necesario bombear agua adicional.
El oasis tiene unos 100 residentes permanentes, pero el espectacular paisaje atrae a muchos turistas.

En Huacachina el turista puede disfrutar de una experiencia única, desde relajarse en las orillas de la laguna hasta aventurarte en emocionantes paseos en buggy, un tipo de vehículo capaz de desplazarse en superficies arenosas, o practicar sandboarding o deslizamiento en arena con ayuda de una tabla similar a la de skate, por las enormes y seductoramente bellas dunas del desierto iqueño.
Los otros oasis excepcionales
Los otros cuatro oasis son: Yueyaquan, ubicado en China, y se enclava entre las dunas doradas del desierto de Gobi, en la provincia de Gansu, China; Wadi Bani Khalid, situado en Omán, el oasis se ubica en el desierto de Wahiba,se nutre tanto del agua de lluvia como de las aguas termales de las cercanas cuevas de Muqal.

También, el oasis de Al-Ahsa, situado en Arabia Saudita; es uno de los más grandes del mundo cuenta con una superficie aproximada de 85 kilómetros cuadrado, la fértil región se extiende sobre 12,000 hectáreas, con más de 2,5 millones de palmeras datileras; y el oasis Agua Caliente, ubicado en Arizona, EE.UU., en el desierto de Sonora, cerca de la ciudad de Tucson. Está rodeado de palmeras y es hogar de fauna silvestre, como tortugas y aves.
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