Huaca Ventarrón atesora historia milenaria que podría revolucionar narrativa prehispánica

Afirma descubridor de sitio arqueológico, Ignacio Alva, quien asegura que solo el 5 % ha sido excavado y estudiado

El complejo arqueológico Huaca Ventarrón, ubicado en el distrito lambayecano de Pomalca, atesora una historia milenaria que podría revolucionar narrativa prehispánica, afirmó su descubridor Ignacio Alva quien agregó que solo el 5 % de este sitio ha sido excavado y estudiado. ANDINA/Difusión

El complejo arqueológico Huaca Ventarrón, ubicado en el distrito lambayecano de Pomalca, atesora una historia milenaria que podría revolucionar narrativa prehispánica, afirmó su descubridor Ignacio Alva quien agregó que solo el 5 % de este sitio ha sido excavado y estudiado. ANDINA/Difusión

08:11 | Chiclayo, jun. 20.

En una impactante revelación, Ignacio Alva Meneses, descubridor del complejo arqueológico Ventarrón, ubicado en el distrito de Pomalca, región Lambayeque, aseguró que este sitio arqueológico atesora una historia milenaria que podría revolucionar la narrativa de las civilizaciones prehispánicas en el norte del Perú.

En diálogo con la Agencia Andina, el investigador afirmó que apenas el 5 % del vasto territorio sido ha sido excavado y estudiado. "Solo hemos explorado una fracción de un territorio que, en su totalidad, podría ser comparable en tamaño y riqueza a sitios como Caral, uno de los complejos arqueológicos más importantes del Perú", subrayó.



Sostuvo que la evidencia hasta ahora revela una evolución en la cerámica y la iconografía religiosa, incluyendo las primeras representaciones de deidades con rasgos felinos y serpientes, símbolos fundamentales en la religión Cupisnique y en el origen de las culturas del norte.

Se ha identificado, además, que tras el abandono del templo de Ventarrón en torno a 1900 a.C., el sitio fue reutilizado como cementerio por grupos de la cultura Cupisnique, quienes dejaron tras de sí las primeras formas de cerámica sin asa de estribo, fechadas en 1700 a.C., y con iconografía que representa cabezas decapitadas y animales mitológicos, símbolos de sus creencias religiosas.


Alva Meneses manifestó que el hallazgo de solo una pequeña parte de este complejo revela que existe un enorme potencial para futuras investigaciones. “Se estima que en la falda del Cerro Ventarrón y en las áreas cercanas podrían existir múltiples templos y estructuras aún enterrados bajo toneladas de sedimento, que podrían igualar en tamaño y relevancia a sitios como Caral”, apuntó.


La investigación en Ventarrón y Collud ha permitido descifrar solo dos capítulos de una historia que comprendería al menos cuatro grandes épocas, desde los inicios en 2600 a.C. hasta la llegada de las culturas Lambayeque, que sucedieron a los períodos Chavín. Sin embargo, aún hay mucho por descubrir.

El arqueólogo Ignacio Alva resaltó que tras la inauguración en el Museo Tumbas Reales de Sipán de la muestra temporal "Los primeros constructores de templos y modeladores de paisajes en el norte peruano". “Esta exposición es la primera vez que la comunidad puede apreciar en su totalidad los avances y hallazgos de Ventarrón, un patrimonio que aún guarda secretos que cambiarán nuestra visión del pasado peruano”, acotó.

El llamado ahora es a fortalecer las investigaciones y explorar más allá de los límites conocidos, para abrir las puertas a una historia que, aunque apenas comienza a ser revelada, ya demuestra tener un impacto profundo en nuestra identidad y patrimonio cultural.


El descubrimiento de Ventarrón marca un hito en la historia arqueológica del Perú, fortaleciendo la comprensión de nuestras raíces ancestrales y la identidad cultural del país.

A pesar de que el conocimiento sobre la cultura Lambayeque no es nuevo, su relevancia ha cobrado mayor fuerza ante la recuperación y conservación de materiales arqueológicos que, gracias a los esfuerzos de investigadores e instituciones, han logrado sobrevivir y ofrecer una visión más clara de su importancia.

“La investigación, liderada por expertos como Walter Alva ha permitido completar los procesos que dieron origen a esta cultura, revelando características únicas que la diferencian notablemente de civilizaciones como Caral”, subrayó.


El hallazgo de Ventarrón reafirma que las sociedades que habitaron el territorio peruano no surgieron de manera centralizada ni en un solo momento, sino que se desarrollaron en diversos valles y regiones, muchas de ellas con una antigüedad superior a otros centros culturales de la región.

Los primeros pobladores, que llegaron hacen aproximadamente 9,000 a 10,000 años por las costas del Pacífico, establecieron las bases de las culturas que posteriormente darían forma a la identidad cultural peruana.

Estos grupos, inicialmente cazadores y recolectores, se asentaron en diferentes entornos, incluyendo las zonas altas de la sierra, donde comenzaron a desarrollar prácticas agrícolas y de producción de alimentos, como el cultivo de calabazas y el uso de la chicha. La expansión de estas comunidades llevó a la formación de centros urbanos y a la organización social más compleja, con estructuras que empezaron a evidenciar conceptos de poder y liderazgo en medio de un proceso de adaptación a las condiciones ambientales.


Uno de los avances más significativos en la historia de estas culturas fue la domesticación del algodón en los valles bajos, un proceso que facilitó el desarrollo de la economía y la innovación en técnicas textiles. “Este hallazgo evidencia que la civilización peruana no tuvo un origen centralizado, sino que fue resultado de procesos diversos y acumulativos a lo largo del tiempo”, anotó.

La visión que se tiene del Perú como una nación con una historia unificada y centralizada está en constante revisión. La evidencia arqueológica demuestra que nuestras raíces son múltiples y enriquecidas por distintas tradiciones culturales, entre ellas la cultura Lambayeque, que ocupa un lugar destacado en el patrimonio nacional, dijo.

Este descubrimiento no solo enriquece nuestro conocimiento histórico, sino que también fortalece el orgullo y la identidad nacional. La conservación y difusión de estos hallazgos son fundamentales para que las futuras generaciones reconozcan y valoren la diversidad cultural que nos define como peruano.


En palabras del experto, el trabajo de investigación debe continuar, y la historia de nuestras civilizaciones seguirá revelando secretos que nos ayuden a entender quiénes somos y de dónde venimos. La cultura Lambayeque es un ejemplo claro de esa riqueza ancestral que debemos preservar y celebrar, reafirmando que nuestro país es un mosaico de historias, tradiciones y avances que merecen ser conocidos y valorados a nivel mundial, apuntó.

Este hallazgo reafirma el compromiso del Perú con la conservación de su patrimonio y la importancia de seguir investigando para descubrir las raíces que nos unen como nación.

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(FIN) SDC/MAO
JRA

Published: 6/20/2025