Cada vez hay un mayor porcentaje de la población que ya identifica la necesidad de atender su salud mental y emocional, incluso a pesar de no tener acceso a un servicio especializado, destacó el director de Salud Mental del Ministerio de Salud (Minsa), Yuri Cutipé.
“Llevar la salud mental a cada barrio significa un cambio cultural. Las personas en estos momentos ya están repensando su modo de vida al repensar su salud mental y bienestar emocional. Ambas se cotidianizan si un centro de salud mental está cerca de sus vidas", comentó el funcionario a la Agencia Andina.
Por ejemplo, el 60% de las atenciones en los CSMC durante el 2019 correspondió a niños y niñas con dificultades en sus aprendizajes o necesidad de terapias de lenguaje. Esta nueva perspectiva de la salud mental le está dando seguridad a la población, indicó.
Asimismo, 21 universidades públicas, gracias a un convenio firmado con el Minsa, contarán con su centro de
salud mental universitaria y para ello deberán presentar su plan universitario de salud mental. San Marcos fue la primera en diseñarlo y en octubre inauguró su propio establecimiento.
Se suman a estos logros la creación de más CSMC desde el año 2017, cuando solo había 25. Hoy son 151 a nivel nacional. El incremento sucesivo se debe al trabajo coordinado entre el Minsa, las direcciones de salud (Diresas) y las municipalidades.
Pero no solo se han creado
CSMC, también se han incorporado 264 psicólogos a centros de salud cercanos a ellos, fortaleciendo de esta manera la atención de la salud mental con visión territorial. El objetivo es empoderar una red de salud mental en el territorio, en la comunidad, explicó.
“Los problemas de salud mental son como enfermedades crónicas. Los pacientes con depresión, trastorno bipolar o alcoholismo, entre otros, necesitan una atención de calidad a la mano, requieren la continuidad de servicios especializados para no descontinuar su rutina y seguir trabajando”.
Más crisis depresivas
Por su parte, el jefe del Departamento de Emergencias del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado – Hideyo Noguchi (
INSM “HD–HN”), Freddy Vásquez Gómez, informó que las atenciones en el área de emergencias de dicha institución aumentaron en más del 10%. Estas llegaron a 6,000 durante el 2019, mientras que el 2018 fueron 5,200 atenciones.
El 30% de los casos se relacionó con crisis depresivas. Es decir, de personas que llegaron con llantos descontrolados, desesperación, problemas para conciliar el sueño, sin ganas de trabajar o ir al colegio a causa de peleas entre los padres, con la pareja u otros problemas familiares.
Otro 20% llegó con crisis psicóticas o esquizofrénicas. Fueron pacientes que sufrieron ataques de ira incontrolable que los llevaron a destruir objetos, perder la razón o quemar la casa. Pueden ser peligrosos para las familias porque podrían asesinar a uno de sus miembros.
El 50% restante acudió a emergencias del INSM por abusos de sustancias, alcohol, juegos (casinos, videojuegos) o por problemas de hiperactividad en los casos de niños y niñas.
Vásquez Gómez manifestó su preocupación porque los casos de intentos de feminicidio aumentaron el año pasado. El 2019 el INSM “HD-HN” atendió 60 casos de intento de asesinato mientras que el 2018 fueron 45. “Las edades de las víctimas van desde los 18 hasta 35 años, en la mayoría de los casos”.
Los casos de intentos de
filicidios (padres que matan a sus hijos) perpetrados en Lima Metropolitana también se atendieron en el área de emergencias, donde el 2019 recibió cinco casos de pequeños sobrevivientes.
“Las madres de familia que asesinan o intentan asesinar a sus menores hijos, casi siempre lo hacen porque son abandonadas por sus parejas y sufren desolación e impotencia. Mientras que los padres lo hacen por celos, por hacer sufrir a la pareja, las atacan por donde más les duele”.
Vásquez Gómez hizo un llamado de atención a los padres de familia y sociedad en general para que tomen cartas en el asunto pues la violencia en las familias está aumentando y por ende la violencia urbana.
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(FIN) SMS/RRC