Asimismo, explicó que el omega 3 del pescado, que es un tipo de grasa saludable, también posee funciones relacionadas con la inmunología, es decir, mejora las defensas de las personas, lo que ayuda a evitar infecciones y contribuye a la rápida recuperación postoperatoria.
Precisó que, salvo exista alguna restricción médica por alguna condición específica, los pacientes pueden comer este alimento, por lo menos, tres veces a la semana. Además, recomendó prepararlo al horno, en estofado o al vapor para aprovechar mejor sus beneficios.
Algunos de los pescados con alto contenido de proteínas son: el bonito (23.4 g), la lisa (20.8 g), la caballa (19.5 g), así como el jurel (19.7 g), la trucha (19.5 g) y la anchoveta (19.1 g). En tanto, los que poseen mayor cantidad de omega 3 son la anchoveta (2.4 g), el bonito (2.1 g), la caballa fresca (1.6 g) y el jurel (1.3 g).
Pescado fresco
A fin de evitar posibles problemas de salud, se aconseja guardar las medidas higiénicas respecto al cuidado de las heridas que pueda tener la persona operada y comprar el producto hidrobiológico en lugares donde se apliquen buenas prácticas de venta.
Para elegir correctamente un pescado, debes identificar que los ojos sean esféricos, ligeramente salidos, transparentes y de córnea limpia.
Adicionalmente, el pescado debe tener las branquias de color rojizo vivo y la carne o músculo debe ser suave, resbaladiza, brillante y limpia. Además, las escamas deberán ser abundantes y difíciles de retirar.
También es importante el olor, el pescado debe tener el aroma característico a mar o río, según sea su procedencia.
Por último, el pescado fresco siempre debe venderse rodeado de hielo y no envuelto en papel periódico para evitar su contaminación.