El Instituto Nacional de Salud Mental (INSM) atendió 4,740 emergencias psiquiátricas en lo que va del 2021, lo que refleja un incremento de casos de depresión, ansiedad y trastornos de personalidad durante los últimos meses a causa de la pandemia de la covid-19.
Así lo informó Franz Alvarado Sánchez, jefe del Servicio de Emergencia del INSM, tras precisar que en el 2019 se realizaron 13,877 atenciones en emergencias psiquiátricas, mientras que en el 2020 fueron 14,606 atenciones.
Manifestó que el impacto psicosocial de la pandemia ha aflorado problemas de salud mental en las personas y agudizado en los que ya tienen estas patologías, que los lleva a generar crisis que la misma familia muchas veces no puede manejar.
Explicó que una emergencia psiquiátrica es la exacerbación de síntomas de diversas enfermedades mentales como la depresión, ansiedad, trastorno de personalidad o de algún trastorno psicótico.
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Dijo que esta situación lleva a producir conductas que pueden arriesgar principalmente la vida, seguridad, vida social, vida psicológica o el prestigio del paciente; y eventualmente pone en riesgo a otras personas.
Por ejemplo, una emergencia psiquiátrica son los pensamientos suicidas con un plan estructurado, intentos de quitarse la vida, y en otros casos una agresividad notable y severa en personas que han tenido consumo de sustancia o un estado psicótico.
No corresponde el caso de acto agresivo que no se dé a causa de los síntomas de una enfermedad mental.
Hospitalizaciones breves
En el 2020 en el INSM se realizaron más de 500 hospitalizaciones breves y en lo que va del 2021 se han realizado 272.
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Asimismo, antes de la pandemia el Servicio de Emergencia contaba con 15 camas promedio, ampliando su capacidad posteriormente a 48 camas para atención de emergencia y hospitalización breve.
El médico sostuvo que, de las emergencias que llegan a las instituciones, la gran mayoría, digamos el 80% a 90% se resuelve en un solo acto porque requieren medidas inmediatas y se logra estabilizar a las personas.
En un 10% a 15% requiere de una hospitalización breve que va generalmente de 12 a 72 horas, y un 5% requiere una intervención un poco más prolongada.
Precisó que las personas con hospitalizaciones prolongadas se dan por un abandono social, y para ello ahora el Estado indica que ya no sean internados en hospitales psiquiátricos, sino sean albergados en hogares protegidos porque allí tienen más posibilidades de tener una vida más digna que le permita rehabilitarse. “En el hospital termina aislando y emporando”, acotó.
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Subrayó que el internamiento es una medida excepcional que, si bien aparentemente controla la situación, desvincula a las personas de sus contextos y en un largo plazo perturba la recuperación plena y la reinserción social.
De acuerdo a los tratados de derechos humanos y la Ley de Salud Mental, deben agotarse todas las formas ambulatorias de cuidado.
Cómo evitar una emergencia psiquiátrica
La familia es el mayor soporte para apoyar y proveer de la medicación a uno de sus miembros con enfermedad mental; es importante que se siga las indicaciones del médico tratante y aplicar lo aprendido en las terapias sicológicas.
La escucha activa es fundamental, por más que tenga un trastorno psiquiátrico no deja de ser persona y la situación de pandemia también lo asusta. Elemental es integrarlos dentro de la dinámica familiar tomando las precauciones del caso indicado por el médico; y sobre todo darles mucho afecto.
Si una persona o un familiar está sufriendo algo que no puede controlar ya sea un cuadro de ansiedad, depresión, estrés, miedo, desesperación, angustia; es importante acompañarlo y darle la tranquilidad y ayudarlo a buscar ayuda profesional, puede acudir a los Centros de Salud Mental Comunitario para su evaluación, detección y/o tratamiento oportuno a fin de evitar una crisis que los lleve a emergencia.
Es importante estar alerta a cambios de estado de humor (tristeza e irritabilidad), agitación inusual, desinterés por cosas que antes le interesaba; hablar reiteradas veces sobre la muerte, intentos de suicidio.
Asimismo, desórdenes de sueño o alimentación, ansiedad persistente, controlar su cuerpo de manera persistente (por ejemplo, tomarse la temperatura muchas veces al día); tomar precauciones de higiene exageradas, abusar del alcohol o las drogas; o comer en exceso como una forma de lidiar con el estrés.
Desde un enfoque preventivo en esta situación de crisis por la pandemia, Alvarado exhortó al cuidado de las emociones, a la ayuda mutua, a expresar lo que se siente “El guardar los sentimientos no es saludable y puede afectar en un largo plazo”, acotó.
El Servicio de Emergencia del Instituto Nacional de Salud Mental atiende de forma presencial, las 24 horas, todos los días.
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