Miguel y Alexander, dos padres que desmontan el machismo desde la crianza [video]

En el Día del Padre, conoce la historia de dos hombres con la misión de cambiar para un futuro mejor

Miguel y Alexander, son dos padres que lograron educar a sus hijos en la igualdad de oportunidades entre el hombre y la mujer. Foto: ANDINA/Lenin Lobatón

Miguel y Alexander, son dos padres que lograron educar a sus hijos en la igualdad de oportunidades entre el hombre y la mujer. Foto: ANDINA/Lenin Lobatón

11:08 | Lima, jun. 14.

Miguel y Alexander desafían el guión según el cual el hombre debe ser el proveedor y la mujer la cuidadora: han criado a sus hijos desde la igualdad y desmontando prejuicios. Y lo han hecho desde la convicción de que ser padre no consiste solo en traer el sustento para el hogar, sino también en cuidar, escuchar y cambiar.


Ambos forman parte de Hombres por la Igualdad, una iniciativa del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) que busca eliminar las ideas tradicionales de la masculinidad y reducir así la violencia familiar, particularmente contra la mujer.


Jugar con muñecas no lo hizo menos hombre


Alexander Bustillos, de 48 años, es periodista, trabaja en la municipalidad de Chorrillos y es padre de dos hijos. Desde hace tres años, también es voluntario en el programa Hombres por la Igualdad (HPI), desde donde promueve el respeto, la responsabilidad y la equidad de género.

En diálogo con la Agencia Andina, asegura que no ha sido fácil ir contra esta corriente de pensamientos machistas, pero siente que ha aportado un granito de arena al educar a sus hijos en el respeto y la tolerancia que algunos dejan de lado. 

Alexander Bustillos junto con sus hijos.

De niño, Alexander jugaba con muñecas, saltaba la liga y lanzaba yaces, juegos que eran catalogados exclusivamente de niñas. Y aunque algunos adultos lo censuraban, sus padres le enseñaron a no avergonzarse de disfrutar esos juegos, pero además a ser participativo, autosuficiente e involucrarse en los quehaceres del hogar.

He tenido una niñez muy afortunada porque yo he jugado con muñecas, yaces, liga y soga con mis primas y con toda mi familia, pero siempre habían tíos que decían, ¿qué haces jugando con muñecas o con yaces? Esas enseñanzas me han llevado a llevar ese mensaje de igualdad a mi familia y todas las personas”, subrayó.

Considera que, esta toma de conciencia, le permite ser un padre más presente en el hogar y auténtico, capaz de ayudar a forjar un nuevo presente y futuro en las familias con el objetivo de reducir los índices de feminicidios y abusos contra la mujer.


Está convencido que para lograr este propósito es necesario educar desde a los hijos en la igualdad y, de esa manera, cambiar desde una edad temprana los estereotipos machistas vigentes.

Cuando tenía 5 años, mi hijo me sorprendió. Estábamos descansando y lo escuchamos diciendo que el desayuno estaba listo. Cuando me acerqué a la cocina, todo era un desastre. Montado en una silla, se había trepado y preparado unos huevos revueltos con cáscara y todo. ¿Por qué lo había hecho? Porque él nos ve participar en la cocina. Creo que esas herramientas les permitirán ser autosuficientes y no depender de nadie”, señaló.

Bustillos afirma con orgullo que realizar las labores de la casa junto con su esposa no lo hace ni más ni menos hombre, sino todo lo contrario, es una muestra de que el cambio es posible si uno se lo propone.

Me hace más varón, mejor padre y persona. Abran la mente, tengan mayor apertura; piensen que tienen hijos, hijas, hermanas, tías, sobrinas y mamás. El cambio es ahora”, reflexiona al dirigirse a otros papás.

Predicar con el ejemplo


Miguel Mori tiene 49 años, es psicólogo y padre de tres hijos, todos mayores de 20 años. Fue educado bajo una estricta lógica patriarcal: los hombres no lavaban platos ni cocinaban, y usar una camisa rosa era motivo de burla. 

Algo que me chocó en este cambio de pensamiento fueron las prendas. Jamás habría usado una camisa rosada porque son colores para mujeres. Y también en los deportes pues cuando pertenecí a la Fuerza Aérea, jugábamos fútbol y si alguien jugaba vóley, lo mirábamos extraño y decíamos 'aquí todos somos varones'”.

Considera que la mejor forma de enseñar a los hijos sobre la igualdad entre el hombre y la mujer es a través del ejemplo: ellos observan cómo los padres comparten las labores del hogar y se dividen las responsabilidades de forma equitativa.

Me he asegurado que mis hijos nos vean (a mi esposa y a mí) compartiendo los quehaceres de la casa. Como no se me permitió entrar a la cocina de niño, no soy un buen cocinero. Por eso mi esposa cocina, y yo ayudo lavando los platos, algo que me relaja y esto lo han visto mis hijos”.


Este cambio no es fácil, señala, pues implicó una transformación mental en dos frentes: primero en su casa, donde los hombres estaban prohibidos de hacer labores domésticas y luego vencer ciertas desigualdades que se reforzaban en la institución donde trabajaba. 

Cuando me case y forme mi familia creí que debía cambiar de pensamiento (machista) porque no era saludable. Debía ser totalmente distinto porque incluso era una falta de respeto hacia la mujer”, explicó.

Miguel Mori rodeado con su esposa e hijos.

Con esta premisa, decidió que sus hijos tenían que ser una mejor generación que la anterior, por lo que se esmeró en educarlos en la igualdad entre el hombre y la mujer.

Una prueba de ello es que ahora, su hijo mayor, ahora padre, colabora en el cuidado de su recién nacido. “Es muy colaborador con su esposa. Ambos están terminando sus profesiones, ella está haciendo un internado en obstetricia, entonces se tiene que quedar de turno. Mi hijo se queda con la bebé, y ver eso para mí es genial. Siento que ya es un paso más adelante”.

Hoy en día se siente satisfecho por todo lo que ha logrado con sus hijos en relación al tema de la igualdad entre ambos sexos. “Cómo padre, yo me siento feliz, más unido con mi familia, y una mayor comprensión con mi esposa. Veo que mis hijos están aplicando esa misma comprensión con las mujeres que ellos están eligiendo. Esto a mí me da una felicidad inmensa”.


Una paternidad que transforma


Miguel y Alexander forman parte del programa Hombres por la Igualdad (HPI), una iniciativa del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) a través del programa nacional Warmi Ñan. Este proyecto, con más de una década de trabajo, busca reducir la tolerancia social hacia la violencia contra las mujeres a través de la reflexión y transformación de creencias machistas en varones de todo el país.

Carlos Acosta, vocero de HPI, explica que el programa se centra en hombres entre 18 y 59 años, líderes comunitarios o con potencial para serlo. Durante tres meses pasan voluntariamente por un proceso formativo reflexionando sobre sus propias vivencias y prácticas para reconocer que son parte del problema y que deben ser parte de la solución

Desde su implementación en 2013, el programa está presente en 142 distritos, en 63 provincias del Perú, incluyendo Lima. Y, aunque queda camino por recorrer, historias como las de Miguel y Alexander demuestran que cambiar es posible. Y urgente.


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(FIN) ICI/RRC

Publicado: 14/6/2025