Por Karina Garay RojasLos casos de dolencias o complicaciones en la columna vertebral se triplicaron durante las semanas de cuarentena debido a las extensas jornadas de teletrabajo y los ambientes inadecuados en que este se desarrolla, advierten expertos.
“Si bien antes llegaban a consulta algunas personas por fatiga muscular, ahora recibimos más debido al teletrabajo. Muchos laboran desde casa, fuera de los que escuchan clases en la computadora, almuerzan frente a sus monitores y pasan más tiempo en las redes sociales”, alerta a la Agencia Andina la tecnóloga médica Stefanny Vargas Gonzales.
Comenta que debido a la pandemia por el
nuevo coronavirus ha tenido que adaptar su servicio de terapia a los novedosos formatos digitales ante tantas consultas relacionadas a dolencias lumbares en personas sin problemas crónicos o recientemente operadas.
“La razón es que ahora no existen estímulos para pararse del asiento. Antes, en la oficina, cada cierto tiempo las personas se ponían de pie para guardar un archivo, ir por una taza de café o de agua, o saludar a un compañero. Esas pausas activas no se dan ahora”.
A esto se suma que al vivir -la mayoría- en departamentos no existe mayor desplazamiento físico o necesidad de caminar o subir escaleras, reduciéndose así la actividad física.
“Son varios los aspectos que influyen como la mala postura al sentarnos; la mala infraestructura, recordemos que no todos tienen una oficina en casa para hacer teletrabajo; muchos trabajan desde sus camas; otros se acomodan como pueden para alcanzar los enchufes. Todos nos adaptamos al ambiente y nuestra
columna es la que sufre”.
No existen estímulos para pararse del asiento, advierte experta.
La licenciada en terapia física y rehabilitación comenta que, más allá del dolor, “el mayor riesgo es el deterioro estructural de las vértebras, así como desarrollar mayor tendencia a hernias o lesiones a niveles articulares”.
“Aunque no nos fijemos tanto a nivel de rodillas, tobillos o caderas, ellos son nuestro soporte y, al no estar alineados, les generamos mayor desgaste. Al no pararme ni sentarme adecuadamente ya estoy haciendo un desbalance, dando mayor carga, por ejemplo, a la rodilla derecha; luego sobrevendrá el proceso degenerativo que cada uno haga”.
Espasmos y contracturas
La falta de actividad genera que nuestro cuerpo y músculos se debiliten y estén más expuestos a una contractura, que es una reacción defensiva del cuerpo.
“No es mala, como tampoco el dolor. Una contractura muscular evita que haya una mayor lesión en la parte afectada. Es una reacción para que tú mejores el movimiento que estás haciendo, para que lo vuelvas más efectivo. Cuando aparece un espasmo o dolor muscular se está protegiendo una articulación, un ligamento o el tendón”.
Mientras el espasmo se da en la telita que cubre al músculo; la contractura se da en las fibras musculares casi siempre por una mala posición, que reduce la capacidad de moverse. El espasmo ocurre cuando esa telita se tensiona debido a un movimiento brusco tras una larga inactividad o por la repetición de movimientos bruscos. El espasmo inmoviliza completamente a la persona.
¿Cómo prevenirlos?
La experta del centro de terapia física integral Vida Sana consideró que para prevenir este tipo de dolencia debemos incorporar la actividad física leve dentro de casa.
Antes de empezar a trabajar hay que calentar el cuerpo para la jornada.
“Hay una idea errada de que solo en el gimnasio se pueden hacen ejercicios o movimientos repetitivos. Eso nos vuelve más sedentarios. Ahora los dolores musculares no son condicionales a personas adultas, cada vez más jóvenes los tienen. Tengo pacientes desde los 16 años”.
Vargas lamentó que en Perú no haya educación en salud estructural y que incluso algunos colegios omitan el curso de educación física, a diferencia de los países asiáticos, donde se enseña, desde muy pequeños, cómo estirarse, elongarse, cómo moverse y estar bien.
Dijo que antes de empezar a trabajar hay que calentar el cuerpo para la jornada y para ello hay que estirarse y respirar profundamente durante un momento. No olvidar las pausas activas cada 45 minutos o cada hora, a fin de estirar la columna, agacharse de manera lenta mientras se inhala por la nariz y se exhala por la boca, siempre profundamente.
“La opción es libre, pero a más movimiento mejor será para el sistema circulatorio, el equilibrio, para estar más despierto. No olvidar que la buena actividad respiratoria y cardiovascular activa el sistema nervioso central y mejora el
sistema inmunitario, elimina más CO2 y conduce más oxígeno a todo el cuerpo”.
La especialista recomendó no olvidar que a la mala postura y todo lo mencionado líneas arriba el estrés y la tensión también impactan en nuestro sistema muscular general, afectando más los músculos débiles, que no se trabajan ni activan, como el cuello, la cintura, entre otros.
(FIN) KGR/RRC
GRM
Video: Trabajo remoto: cómo evitar los dolores de columna
Publicado: 6/6/2020