Buscar la excelencia o la perfección en el rol de mamá es algo imposible y por eso las mujeres que se han convertido en madres deben enfocarse en disfrutar la experiencia y tratar de estar presentes y ser empáticas con las necesidades de sus hijos.
“Eso dependerá del estadío de desarrollo de los hijos. Si le decimos no a un niño de año y medio es posible que no tenga la capacidad de interiorizar el significado de ello. La capacidad de ser una buena madre radica en el balance al poner límites y no ejercer una disciplina punitiva, autoritaria o descalificadora”.
La experta señaló que es fundamental dar siempre muestras de afecto y ser empático con los hijos, “leer sus estados y actuar en función de ello".
Nunca con sacrificio
Por su parte, el Decano del Colegio de Psicólogos de Lima, Alejandro Vélez, apostó por la existencia de madres con amor y nunca con sacrificio.
“No existen madres perfectas y tratar de serlo es un aspecto que agobia a muchas mujeres, como el hecho de no querer equivocarse, de tener siempre la respuesta idónea. Eso debe desterrarse porque la señora es humana y siempre podrá equivocarse”.
Para el experto, la falta de afecto hacia el bebé o privarlo de la presencia física de la mamá tienen enormes consecuencias en la formación y crecimiento de los hijos.
“Vemos ahora muchas mamás ausentes, que no les dan de lactar a sus hijos y bajo la excusa del trabajo no pasan tiempo con ellos, no juegan. El vínculo con la madre afecta no solo la parte de nutrientes, sino también el desarrollo psicomotor de los niños. Eso está probado en varios estudios”.
Ambos expertos, invitados al programa Saludable Mente de Andina Cana Online, coincidieron en que no existe nota ideal para la tarea de ser mamá y que, ante la aparición de dificultades en el desarrollo de dicho rol, recomiendan conversar con su círculo cercano sobre ello. En caso de no poder resolverlas, buscar ayuda especializada.
La doctora Cortez destacó que
la culpa siempre estará presente cuando se habla de maternidad, porque algunas mujeres
tendrán que volver al trabajo, porque no pueden pasar más tiempo con sus hijos, porque no lo saben todo, etc. y que solo queda confiar y aprender, pero sin estrés, ni remordimientos.
“Pueden ayudarse con la abuelita o cuidadoras que tengan calidez, sean sensibles, ofrezcan un trato respetuoso, contenedor. Buscar salidas. El amor al final da sus frutos”, anotó.
Finalmente, el decano del Colegio de Psicólogos de Lima aconsejó a las mujeres que son madres sin haberlo planeado o deseado, que reduzcan la culpa comenzando a ser amigas de ellas mismas, buscando convertirse en sus propias mamás para crear un espacio de tranquilidad que -luego- les permita conectar con el niño o niña que tienen ahora a su cargo.
“Si comienzan a ser amigas de ellas mismas, será más fácil lograr ser amigas de sus hijos y tener una relación cordial con ellos en el tiempo”, refirió.
Más en Andina
(FIN) KGR/RRC