El subsecretario de la Secretaría General del Sínodo, monseñor Luis Marín de San Martín —obispo español y agustino— conoce a la perfección al ahora papa León XIV, quien para él es un amigo, un hermano y un compañero de camino. Han trabajado juntos en el norte peruano y sabe del cariño genuino que le tienen al padre Robert Prevost y está convencido de que será "un gran líder a nivel mundial; una voz autorizada".
Al ser consultado de qué manera la experiencia pastoral del papa León XIV como obispo de Chiclayo, en la región Lambayeque, ha moldeado su visión de la misión de la Iglesia, afirmó que "su carácter misionero tiene varias fuentes".
"La primera es la formación recibida en la familia, que siempre estuvo muy implicada en la parroquia y en la vida de la comunidad cristiana. Otra fuente la tenemos en la espiritualidad agustiniana, que es una espiritualidad de misión, de testimonio, de salida. Y, en tercer lugar, su experiencia personal", detalló.
Contó que Prevost se fue a las misiones muy joven y trabajó como formador de agustinos durante varios años en Chulucanas, región Piura.
"Siempre ha tenido sensibilidad misionera. Siendo norteamericano de nacimiento ha estado mucho tiempo fuera de Norteamérica. No es uno que se queda en casa, es alguien que sale, que va a otras culturas, en las que se integra perfectamente, por eso se nacionalizó peruano. En Chiclayo, yo he visto cómo la gente no solo lo aceptaba, sino que lo quería mucho. Es un hombre que se integra en la misión", comentó.
La alegría del Evangelio
"Yo creo que su ejemplo ayudará también a toda la Iglesia a sacarnos de nuestras seguridades para transmitir la alegría del Evangelio de forma valiente y esperanzada", aseveró.
Marín sostuvo que Prevost "es un hombre de ideas muy claras. Tiene una mentalidad de matemático y de canonista. Es muy ordenado, muy trabajador, muy reflexivo. No toma decisiones a la ligera. Él medita, reflexiona y reza. Fiel al estilo agustiniano es una persona de trabajo en equipo. Nosotros, los agustinos, tenemos estructuras muy colegiales; por tanto, muy sinodales. Dialogamos entre todos para ayudar a tomar las decisiones".
Otro aspecto por destacar, agregó, es que "su estilo de gobierno siempre fue de mucha escucha. Es un hombre que escucha mucho diferentes opiniones. No quiere decir que esté de acuerdo con todas las opiniones, pero escucha todo y dialoga. Sabe gobernar. Cuando toma una decisión es firme y seguro. Esto es lo que ha hecho toda su vida".
"En Chiclayo ofreció mucha participación, promovió la sinodalidad, la corresponsabilidad de todos, la interacción entre todos. Y también asumió sin vacilar sus propias responsabilidades", remarcó.
La sinodalidad en su vida
El cardenal Prevost ha participado en el sínodo y en los grupos de estudio. Sus intervenciones eran serenas, sólidas, ponderadas y claras. Y esto le hacía ser escuchado y respetado. También es un hombre querido, porque es sencillo, amigable y cordial sin estridencias, resaltó monseñor Marín.
Una de las claves de las que habló en su primer discurso el papa León XIV fue la sinodalidad, un término relativamente nuevo que expresa la identidad de la Iglesia como pueblo de Dios en peregrinación hacia el reino.
"Tiene mente y corazón sinodales. Pero no se trata de una sinodalidad política, sino de una sinodalidad eclesial. Y una sinodalidad no solo teórica sino también práctica, concreta, que se debe desarrollar en la vida, en las estructuras y en el estilo de la Iglesia", afirmó.
El subsecretario de la Secretaría General del Sínodo recordó que cuando Prevost era obispo, "me pidió ofrecer cursos sobre sinodalidad a los sacerdotes de su diócesis para explicar de qué se trataba y cómo desarrollarla. Ha estado muy implicado en los procesos sinodales. Y los continuará desarrollando. No olvidemos que la sinodalidad es uno de los rasgos constitutivos de la Iglesia".
Protección de menores
Señaló que la protección de menores y los abusos de los que son víctimas "es un tema que le preocupa mucho y ha sido muy claro desde el principio; su historia lo avala. Hay que destacar también las últimas declaraciones que, sobre este tema, han hecho el actual obispo de Chiclayo y la Conferencia Episcopal Peruana. No hay duda alguna. Ha estado siempre al lado de las víctimas desde el primer momento. Y, segundo, ha cumplido escrupulosamente los protocolos".
En su opinión, "su modo de proceder ha sido intachable. Las propias víctimas lo han resaltado de forma muy clara: ‘Siempre estuvo a nuestro lado, siempre nos acompañó’. Gracias a él se ha hecho justicia".
Marca distintiva de estilo
"Lógicamente debemos esperar para ver cómo se desarrolla. Aunque podemos fijarnos en la persona. Robert Prevost ama profundamente a Cristo y a la Iglesia. Es un hombre de Dios, de fe profunda, que sirve a la Iglesia con total disponibilidad. Esto es esencial. También es una persona con los pies en la tierra", afirmó.
Marín expresó que el santo padre "conoce muy bien el mundo de hoy, sus retos, a los que trata de responder, implicándose en ellos. Un hombre de nuestro tiempo. Creo que León XIV va a ser un gran líder a nivel mundial. Una voz autorizada y un sólido punto de referencia".
"Además, tiene una mente muy abierta, donde cabe la pluralidad como riqueza. También dentro de la Iglesia. Lo encontramos en sus discursos, como, por ejemplo, el ofrecido a las Iglesias Orientales con motivo del Jubileo. Destaca esa variedad de expresión y vivencia que hay en la unidad e inmutabilidad del depósito de la fe. Si hay amor, las diferencias enriquecen la comunión", manifestó.
Por las sendas de su predecesor
El religioso español utiliza la expresión de "continuidad en la discontinuidad". "Es Francisco quien descubre la brillante y rica personalidad de Robert Francis Prevost. Lo hace obispo de Chiclayo, lo trae a Roma para ser prefecto del Dicasterio de los Obispos, lo hace cardenal, lo recibe a menudo… Es un hombre de Francisco. En cuanto al pensamiento, ambos son hijos del Concilio Vaticano II y de su eclesiología", refirió.
Consideró que "habrá continuidad en los procesos de renovación, en la opción por la Iglesia sinodal, corresponsable, misionera, en salida, por la Iglesia de la misericordia, que cuida la creación, abierta al diálogo y de fuerte carga social. Habrá continuidad, pero en la discontinuidad".
"León XIV no será una fotocopia de Francisco. Tiene su propia personalidad y su propio estilo. Será él mismo, con su modo de ser, su formación, sus intuiciones, sus opciones. Es un nuevo papa, no un clon del anterior", aseguró.
"La Iglesia está viva y va siempre hacia adelante, se renueva incesantemente unida a Cristo. Hacer posible esta renovación cuidando las raíces será tarea del papa Prevost, como lo ha sido de sus predecesores. Debemos ayudarle con nuestra oración, rodearle con nuestro cariño y asegurarle nuestra colaboración. La Iglesia mira al futuro con enorme esperanza", puntualizó.