Nuevos satélites de la NASA pronto empezarán a estudiar cómo el escudo magnético de la Tierra protege nuestro planeta de los efectos de la meteorología espacial. La misión Satélites en Tándem de Reconocimiento de la Reconexión y la Electrodinámica en la Cúspide (TRACERS, por sus siglas en inglés) despegó el 23 de julio a las 1:13 p.m. (hora peruana) a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX.
La misión TRACERS de la NASA estudiará en profundidad la reconexión magnética, un fenómeno que ocurre cuando el viento solar choca con el campo magnético terrestre, generando efectos visibles y ocultos en la atmósfera del planeta.
La reconexión magnética se produce cuando el viento solar —una corriente continua de partículas cargadas emitidas por el Sol— interactúa con la magnetosfera de la Tierra, provocando que las líneas del campo magnético se desconecten y se reconecten. Este proceso libera grandes cantidades de energía, lo que puede causar desde fenómenos naturales como las auroras polares, hasta afectar sistemas tecnológicos como satélites, redes eléctricas y comunicaciones GPS.
Comprender a profundidad cómo funciona la reconexión magnética permitirá a los científicos anticipar los efectos del clima espacial y diseñar mejores sistemas de protección para la infraestructura espacial y terrestre.
Satélites gemelos en el espacio
Para estudiar estos fenómenos, la
NASA envió al espacio dos satélite gemelos el pasado 23 de julio. Los
satélites de TRACERS volarán a través de una zona específica de la atmósfera terrestre conocida como la cúspide polar. Esta región se ubica donde el campo magnético de la Tierra se abre hacia el espacio y permite que las partículas solares penetren más profundamente en la atmósfera.
Al atravesar esta área, las dos naves espaciales gemelas de TRACERS recolectarán datos detallados sobre la energía y las partículas que ingresan desde el espacio, permitiendo observar la reconexión magnética justo donde ocurre.
Los satélites serán colocados en una órbita sincrónica con el Sol, lo que significa que pasarán constantemente sobre el
lado diurno de la Tierra. Esta configuración de los satélites de la
NASA es clave para acumular miles de eventos de reconexión durante el tiempo de vida de la misión.
Al tratarse de dos naves volando en formación, TRACERS permitirá comparar datos simultáneos desde dos puntos distintos, lo que ayudará a entender cómo cambia y evoluciona la reconexión magnética a lo largo del tiempo.
Los satélites TRACERS no trabajarán solos. La misión está diseñada para complementar otras investigaciones científicas de la NASA y de universidades estadounidenses. Una de estas es la Misión Multiescala Magnetosférica (MMS), que también estudia la reconexión magnética pero desde regiones más alejadas de la Tierra.
Además, otras misiones como
PUNCH (Polarimeter to Unify the Corona and Heliosphere) y
EZIE (Electrojet Zeeman Imaging Explorer) estarán en la misma órbita baja terrestre, observando el viento solar y sus efectos.
La integración de datos entre TRACERS, PUNCH y EZIE brindará una visión más completa de cómo fluye la energía solar hacia la Tierra y cómo se distribuye a través de la magnetosfera y la atmósfera.
Los instrumentos científicos que estarán a bordo de los satélites han sido desarrollados por investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles y la Universidad de California en Berkeley, quienes se encargarán de medir los cambios en los campos eléctricos y magnéticos durante los eventos de reconexión.
Con la misión TRACERS, la NASA da un paso crucial en la comprensión del clima espacial y su impacto en la Tierra. Este conocimiento no solo ayudará a mejorar los sistemas de alerta temprana frente a tormentas solares, sino también a proteger las tecnologías que usamos a diario y que dependen del entorno espacial, como la navegación satelital, las telecomunicaciones y los vuelos espaciales.
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Publicado: 26/7/2025