Dos grupos de inventores peruanos lograron obtener las medallas de oro y plata por sus proyectos sobre alimentación y el aprovechamiento de la energía solar, presentados en la 46 Exhibición Internacional de Inventos realizada en Ginebra, Suiza.
Se trata de los
proyectos para la obtención de
sales de calcio de las cáscaras de huevo (oro) y del
sistema de control de temperatura para estructuras habitables (plata) elaborados por los investigadores de la
Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
El proyecto ganador de la medalla de oro fue realizado por los investigadores del
grupo Itepa,
Sandra Sarango, Erick Álvarez y Omar Troncoso, en colaboración con la empresa
Ovosur S.A.
Los inventores determinaron la concentración de
carbonato de calcio como componente principal de la cáscara de
huevo con un nivel de pureza superior al 95%. Luego lo
pulverizaron y calcinaron para obtener óxido de calcio. Al mezclarlo con diferentes ácidos, se obtienen
sales de calcio que sirven como aditivos alimentarios.
Es decir, las cáscaras de huevo que desechamos a diario, después de freír o hervir un huevo, pueden servir para fortalecer alimentos que nos ayuden a mantener nuestros huesos y músculos.
“Realizamos diferentes pruebas, se comparó con otros productos y así obtuvimos que nuestro producto tenía un alto nivel de pureza”, afirmó Álvarez.
Agregó que estas sales no son un producto de consumo inmediato y aditivos que forman parte de los alimentos o productos industrializados que sí están más ligados al consumidor y que ayudan a darles diferentes beneficios nutricionales.
El proyecto ganador de la
medalla de plata nació el 2015 cuando la empresa
Domos Perú S.A.C. se acercó a la
PUCP para realizar un invento que ayude a solucionar los
problemas de friaje en zonas de bajas temperaturas.
Enrique Barrantes, Ronald Mas y José Miguel Pérez, tres investigadores del Laboratorio de Energía y del Grupo de Innovación en Tecnología Energética y Ambiental (GI-Team) de la PUCP, junto con investigadores de Domos Perú crearon un sistema a partir de energía renovable.
“Consiste básicamente en aprovechar la
energía solar,
acumularla térmicamente y transformarla en energía eléctrica para los elementos de control y de
distribución de energía térmica dentro de un domo, el cual tiene capas aislantes, para mantener un nivel de
temperatura confortable entre 20°C y 25°C frente a temperaturas extremas de -5°C y -10°C”, explica Barrantes.
Este invento fue puesto a prueba en Mazocruz, una localidad en el departamento de Puno, que es uno de los lugares que sufre el problema de las bajas temperaturas.
Más en Andina:
(FIN) LIT
Publicado: 3/5/2018