Eligió la psiquiatría porque vio en ella armonía entre ciencia y humanismo, en una época en que el sufrimiento de las personas no era un asunto por tratar. Estudiar el aspecto sociocultural de esta especialidad es su gran pasión hasta hoy, como revelar que la psiquiatría peruana tiene una historia memorable y meritoria.
Cuando cumplió 12 años, Renato Daniel Alarcón Guzmán recibió como regalo de cumpleaños el libro Psicología, una publicación escrita por destacados intelectuales peruanos. Su progenitor le dio el obsequio con una frase que él recuerda, con una tierna y sonora carcajada: “El autor principal de esta obra es arequipeño”.
Se refería al destacado psiquiatra peruano Honorio Delgado, porque el otro ensayista era Mariano Iberico, filósofo cajamarquino. De esta manera, encaminó con sutileza a su hijo hacia el inconmensurable conocimiento de la conducta humana. Algo que le atrajo desde niño, cuenta.
“Yo leía libros de historia, novelas y siempre me llamó la atención cómo respondían las personas ante la adversidad, cómo se podían enfrentar por odio y rencor. En El mundo es ancho y ajeno, de Ciro Alegría, me sorprendió ver cómo algunos personajes aceptaban con impotencia la realidad y otros la enfrentaban con valor”.
Renato D. Alarcón, como se le conoce en el mundo académico nacional e internacional, inspirado por sus lecturas y la motivación de sus padres, se acercó a la medicina y eligió la especialidad de psiquiatría que estudió en Lima, en la Universidad Privada Cayetano Heredia, luego de dejar su tierra natal, la Ciudad Blanca. El rector era don Honorio Delgado, el primero de esa casa de estudios.
Crecimiento profesional
Concluyó la carrera en 1965, inspirado por textos memorables como “De la cultura y sus artífices” de Honorio Delgado, quien le enseñó que “no se puede dejar de lado la condición humana de los pacientes”.
Alarcón no limitó su ímpetu en todos estos años, ha desarrollado su oficio en áreas como la clínica, de investigación y docencia, en el Perú y extranjero. En cada una ha brillado y lo hace aún, porque su compromiso con el “ser sufriente” se mantiene intacto.
Tiene posgrados en el exterior, ha ejercido su oficio en instituciones como el Hospital Universitario en la Universidad de Alabama, por ejemplo, y ha publicado libros, como Psiquiatría, fuente de consulta obligada para sus jóvenes colegas peruanos y latinoamericanos que sigue viendo la luz luego de varias ediciones.
Cátedra y referentes
Pero si bien su experiencia clínica e investigadora en materia de salud mental ha superado las fronteras de nuestra patria, el doctor Alarcón destaca con orgullo su labor como Titular de la Cátedra Honorio Delgado de la UPCH desde el 2008. Función que asumió después del primer titular, Javier Mariátegui Chiappe, quien fue su profesor y discipulo de Honorio Delgado.
Sobre Mariátegui Chiappe, el especialista refiere que fue un hombre de gran sencillez humana, al mismo tiempo de un poderoso talento intelectual y un referente importante en su formación, pues aportó al campo de la psiquiatría y la realidad nacional. Otros médicos psiquiatras que lo inspiraron fueron Carlos Alberto Seguín y Humberto Rotondo.
Además de esta cátedra, actualmente es Director Emérito del Centro de Investigación en Salud Mental de la UPC, que dirige Humberto Castillo.
Convicciones
Sin embargo, a pesar de que vive en Estados Unidos hace varias décadas, pues también laboró en la Escuela de Psiquiatría de la Clínica Mayo, en donde es consultor emérito, nunca se desconectó del Perú. Con su esposa juraron no hacerlo.
Por eso reconoce que en el país la psiquiatría biológica, la de laboratorio, de la industria farmacéutica, ha desplazado las otras dimensiones del ser humano: la psicológica, social, cultural y espiritual. No ha sido deliberado, sostiene, pero ha sido un obstáculo para que esta disciplina aporte mucho más al país.
Además, para este amante de su Arequipa rebelde como la rememora, y de los yaravíes de Mariano Melgar, la psiquiatría enfrenta desafíos. La pandemia trajo mucho sufrimiento individual y colectivo. La depresión, estrés postraumático, trastornos de personalidad, violencia, aumentaron en los hogares y eso desmoralizó y desalentó a la comunidad de psiquiatras. Pero gracias a su resiliencia y compromiso con sus pacientes no perdieron la esperanza.
El Dr. Renato Alarcón Guzmán, en la Academia Nacional de Medicina exponiendo su trabajo.
“Las personas deben recibir atención médica, biopsicosocial, cultural y espiritual. He tratado de mantener vivo el espíritu de la psiquiatría latinoamericana, que es mestiza, social y crítica, y demostrar que la peruana es meritoria y memorable”.
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(FIN) DOP/ SMS
Published: 3/21/2022