Alfredo Espinoza Espinoza cree que una empresa que no desarrolla investigación está condenada a no crecer. Por eso les propuso a los directivos de la compañía donde trabaja desempolvar un proyecto para combatir enfermedades avícolas. Ganaron el financiamiento de Concytec. Gracias al esfuerzo, descubrieron la vacuna que protegerá a los pollos contra el Adenovirus aviar tipo 1.
Desde el colegio le apasionaron los cursos de ciencias. Fue buen alumno del emblemático Colegio Alfonso Ugarte y consideró que podría dedicarse a una carrera afín. Le pareció que Química era una buena opción. Pero cuando leyó el prospecto de la Decana de América encontró que Farmacia era lo mejor.
“Decía que esa profesión estaba relacionada con el diseño y la creación de nuevos productos para el sector farmacológico, y que la investigación era muy importante. Ingresé a San Marcos y estudié esa carrera. Pero al presentar mi tesis de pregrado que trató sobre una enfermedad avícola descubrí que la farmacia veterinaria iba a ser la razón de mi vida”.
Investigador y gestor
Es químico farmacéutico y director técnico de la Unidad de Negocios Feed, una de las cinco que tiene Quimtia S.A., empresa transnacional con filiales en Perú, Argentina, Brasil y Colombia, especializada en el desarrollo, importación y comercialización de insumos, reactivos y productos propios para el sector industrial pecuario, alimentario y de mascotas.
En el 2019, el Concytec realizó la convocatoria “Incorporación de Investigadores-2019” para proyectos de investigación científica, desarrollo tecnológico e investigación tecnológica para que diversas entidades públicas o privadas accedieran a fondos concursables.
La empresa se presentó, luego de que Alfredo como director técnico propusiera a los ejecutivos que lo hicieran porque era una oportunidad para hacer realidad el sueño de incursionar en la producción en plataforma de cultivo celular. Esta vez, para elaborar el prototipo del biológico que protegería a los pollos peruanos del Adenovirus aviar tipo 1.
“Ese virus causa la hepatitis por cuerpos de inclusión (HCI) y está presente en todo el Perú. Si en un galpón un pollito tiene esa enfermedad contagiará a todos los pollos, y se calcula que en cada galpón hay cerca de 20,000”, explica.
Luego de un dedicado trabajo en equipo, presentaron el proyecto al concurso y ganaron. Obtuvieron 2 millones 500,000 soles de Concytec que los usaron para contratar a cinco investigadores, entre ellos tres con doctorado. El 14 de enero del 2020 empezaron a ejecutarlo, y en plena pandemia a pesar de la incertidumbre y la crisis, descubrieron el prototipo.
Alfredo es el coordinador técnico del proyecto, y así como comparte con paciencia cómo fue el proceso de investigación, también menciona con orgullo el esfuerzo de los profesionales que hicieron posible el anhelo compartido de producir el virus por cultivo celular a través de un sistema que les permitirá abrirse a otros tipos de vacunas para animales pecuarios.
“El apoyo financiero del Estado fue una gran motivación, pues le ha permitido a la empresa construir un nuevo laboratorio, equiparlo y potenciar su capital humano”, dice.
Academia y empresa
Para Alfredo esta experiencia demuestra que cuando la empresa tiene capital, lo mejor para ella es unirse a la academia y al Estado para desarrollar investigaciones y contribuir al desarrollo de la industria en el Perú.
Sin embargo, sostiene, la universidad debe estar preparada para ser parte de esa sinergia, las autoridades, sobre todo los docentes, tienen que ser profesionales idóneos y motivados por los cambios. “La enseñanza requiere de una visión de trabajo con la industria y un requisito para eso es que los docentes hayan participado en estudios de importantes centros de investigación o de empresas”.
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(FIN) DOP/ SMS
Published: 4/26/2022