Pobladores del centro poblado de Ayrumas Carumas, ubicado en el distrito de Acora, en la provincia y región Puno, celebraron el fin de semana el Festival de Uywa Ch’uwa Acora 2025 en la explanada natural. Esta fiesta busca promover el turismo vivencial comunitario, resaltando la riqueza cultural y las tradiciones altoandinas.
La
jornada festiva contó con diversas actividades, como la presentación de conjuntos de Uywa Ch’uwa del centro poblado, una pasarela de trajes confeccionados con lana de camélidos sudamericanos y una exhibición de llamas cargueras, protagonistas de la vida y el trabajo en estas comunidades.
Antes del inicio del festival, se realizó un ritual de ofrenda a la Pachamama y a las deidades andinas. Esta ceremonia tuvo como propósito agradecer y pedir protección frente a enfermedades y depredadores que afectan a los camélidos, fundamentales para la economía local.
Daniel Ccaso, promotor de la actividad, explicó que el ritual a Uywa Ch’uwa simboliza una conexión sagrada entre los productores, los animales y los elementos naturales como la lluvia, el viento y el sol. También destacó la convivencia con depredadores como zorros, pumas y cóndores, dentro de un equilibrio ecosistémico propio de la zona altoandina.
El alcalde de Ácora, Hernán Crisisto, junto a funcionarios locales y autoridades de Ayrumas Carumas, participó activamente en el evento. Durante la clausura, una representante de los conjuntos de danza anunció que la edición 2025 contará con una mayor presencia de grupos artísticos y nuevas propuestas culturales.
El festival busca preservar las tradiciones, fomentar el turismo sostenible y fortalecer la identidad cultural de la región, además de generar oportunidades económicas para los pobladores< locales. Los asistentes pudieron disfrutar de música ancestral, danzas pastoriles y la interacción con las comunidades ganaderas.
Ubicado a 93 kilómetros de la ciudad de Puno, Ayrumas Carumas se perfila como un atractivo turístico para quienes disfrutan del turismo de aventura y comunitario. Su entorno ofrece paisajes impresionantes, bosques de farallones rocosos, flora y fauna altoandina.
Entre los protagonistas del evento destacaron los ganaderos de llamas y alpacas, junto a artesanos locales. Estas familias compartieron sus tradiciones y rituales transmitidos por generaciones, evidenciando el valor cultural de la interacción entre el ser humano, la naturaleza y los camélidos.
El festival concluyó con una demostración de llamas cargueras, trajes típicos y música autóctona, reafirmando el compromiso de la comunidad por mantener vivas sus costumbres y abrir sus puertas al turismo vivencial en un escenario natural único.