01:07 | Ciudad de Panamá, ene. 23.
En pequeñas salas, y entre fotos de exmandatarios israelíes como David Ben-Gurión y Golda Meir, pernoctarán durante una semana medio centenar de jóvenes católicos polacos. Llegados a Panamá para ver al papa Francisco, una sinagoga les da albergue.
Los jóvenes polacos llegaron la noche del lunes a la sinagoga Kol Shearith Israel, en el área exclusiva de Costa del Este, en Ciudad de Panamá.
"Me siento muy contenta de estar aquí, la gente es muy amable, no tengo palabras, estoy muy encantada", indicó en español a "AFP" la peregrina polaca Carolina Swistak.
"Es una cosa muy especial, algo muy importante para nosotros y para los judíos, que podamos vivir juntos por una semana y que podamos conocernos y entendernos mejor", añadió su compañera, Elisabeth, al bajar del autobús.
Los peregrinos, quienes se encuentran en Panamá para participar de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), fueron recibidos entre aplausos por la comunidad judía, que los esperaba a las afueras de la sinagoga para darles la bienvenida.
Una pancarta con el lema: "Bienvenidos, peregrinos" colgaba entre dos árboles; mientras esbeltas palmeras y unos pequeños jardines daban color al encuentro.
"Es la mejor cosa que podíamos haber hecho y espero que sea una grandísima experiencia", señaló el peregrino Filip Gruszecki.
"Más allá de las diferencias"
Los 50 visitantes disfrutarán durante su estadía de un pequeño desayuno y una cena a base de café, té, galletas y cereales, en unas instalaciones con baño; pero donde no podrán fumar ni introducir comida.
Los peregrinos también dispondrán de unas duchas básicas para asearse.
"Más allá de las diferencias religiosas podemos hacer cosas y estar juntos. Me parece sumamente valioso que podamos recibir a jóvenes polacos aquí en la sinagoga como testimonio de estos nuevos tiempos", dijo a la "AFP" el rabino argentino Gustavo Kraselnik, de origen polaco.
"Panamá es un mosaico, una sociedad diversa en donde las diferencias de cualquier tipo no son fuente de conflicto, al contrario, apreciamos, nos enriquecemos en el encuentro", añadió.
La última vez que un papa pisó tierras canaleras fue en 1983, precisamente el polaco Juan Pablo II, que visitó el istmo dentro de una gira por Centroamérica.
El papa Francisco "por su accionar y su trayectoria se ha ganado el respeto y reconocimiento, obviamente dentro de la Iglesia (católica), pero también fuera, como un líder comprometido con la búsqueda de la paz y el diálogo", señaló Kraselnik.
Musulmanes también colaboraron
El recibimiento en la sinagoga "es un gesto muy importante de esta comunidad", reconoció a la "AFP" el obispo polaco Jan Piotrowoski, quien acudió a recibir a sus compatriotas, que no tardaron en llenar el recibidor de las instalaciones de mochilas y maletas.
Algunos de los jóvenes portaban banderas polacas, pañuelos verdes y sombreros típicos de su país.
Tras ser recibidos por autoridades diplomáticas fueron agasajados con un bufé de quesos, uvas, dulces y tortillas de patata.
Para Piotrowoski este gesto de hermandad entre católicos y judíos muestra la importancia del "respeto entre los hombres", sin importar cultura, civilización o religión.
Pero no solo los judíos han tenido gestos de colaboración con los católicos durante las jornadas previas a la JMJ.
Varias mezquitas del país también ofrecieron desayunos, cenas y miles de botellas de agua a los peregrinos.
"Somos distintos, pero no distantes. Para nosotros esto es lo más normal", dijo hace días el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, para referirse a las buenas relaciones existentes entre las diferentes creencias religiosas en el país.
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(FIN) AFP/MAE
GRM
Publicado: 23/1/2019