Andina

Doctor órgano: grupo de profesionales lucha a diario por salvar vidas

Combinan el poder de convencimiento y una labor de relojero en los quirófanos

Foto: ANDINA.

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12:37 | Lima, oct. 28.

La llamada no conoce de descansos ni feriados. Puede llegar en cualquier momento, los 365 días. La muerte no tiene horario. A diferencia de salvar vidas, conseguir órganos de un fallecido requiere de un trabajo fino y donde cada minuto cuenta.

Desde hace siete años, el oncólogo Juan Carlos Vargas es el coordinador de la Unidad de Procura y Trasplantes de la red Rebagliati. 

La zona de influencia de este médico procurador va desde el Centro de Lima hacia el sur de la capital. Vargas, junto con dos enfermeras monitorean y visitan las áreas de Emergencia, Unidades de Cuidados Intensivos y Traumashock de seis hospitales grandes del Ministerio de Salud, cuatro de EsSalud y unas 25 clínicas privadas. 

Monitoreo de casos 


Hacen un seguimiento a los casos críticos: pacientes que permanecen en una camilla especial porque no pueden respirar, están en coma profundo. Pacientes con lesión cerebral severa, por un traumatismo (accidentes de tránsito, por ejemplo) o accidentes vasculares (derrame cerebral, embolias, aneurismas). 



Cuando la junta médica certifica, tras un complejo proceso, la muerte cerebral del paciente, hay un potencial donador de órganos. Entonces empieza el trabajo del médico procurador. 

Vargas sabe que nadie reacciona igual ante la muerte de un ser querido y se ha capacitado para dar estas noticias. Debe acompañar a los familiares en el duelo, pero Vargas busca también acortar ese proceso para solicitar luego la donación de los órganos. 

No basta con el sí


El proceso de pedir la autorización es más sencillo cuando en el DNI la persona ha accedido con un "sí" a la donación de órganos. Pero hay familiares que lo rechazan no obstante que el difunto aceptó ser donante. Se trata del 50%. Entonces, se desactiva toda la alerta. Y algunos pacientes pierden una segunda oportunidad de vivir. 

Las cifras de la vergüenza dicen que hay 2.4 personas donantes por cada millón de peruanos. Es una de las proporciones más bajas en América Latina. 



“Falta un trabajo con el Reniec, pues nadie te dice adecuadamente qué significa la donación de órganos. Y en las familias, cuando muere un ser querido, debemos de aprovechar para conversar con los hijos sobre estos temas: si alguna vez nos pasa algo, ayudemos a otras personas”, opina Vargas. 

Red activa


A los médicos procuradores les puede tomar hasta 18 horas desde la muerte cerebral de un paciente hasta que la familia firme la autorización de la donación. Cuando esto sucede, en medio del dolor, Vargas activa la red: “Hay un donante real”. 

Entonces, se evalúan los órganos durante un promedio de seis horas. Llegan los laboratoristas y los de imágenes a examinar los órganos. 


A la par, un médico especialista en mantenimiento de donante se dedica a recuperar la calidad de los órganos; mientras los especialistas clínicos de cada órgano llegan a validar inclusive los tejidos. La meta es ayudar a más gente, porque un cuerpo puede ayudar a salvar a ocho personas, en el mejor de los casos. 

Simultáneamente, en otro hospital, inclusive en otra ciudad, se alista al receptor: se lleva a cabo la biopsia, se le abre. Si es de provincias, se adecúan a los vuelos. 

Médicos "top" 


“Los pacientes que entran en una lista de trasplantes son los que van a fallecer sí o sí, y tenemos solo cuatro horas desde que se saca el corazón del donante hasta que se implanta en el receptor. Es un trabajo de mucha sincronización y en equipo”, afirma David Gálvez, del Instituto Nacional Cardiovascular.

El Incor tiene capacitad para atender 300% más de los casos que hoy recibe, pero no puede por falta de donantes. 

“¡Cada persona tiene de 300% a 500% más probabilidades de ser receptor de un órgano que de ser donante! Aquí tenemos profesionales con entrenamiento 'top', con estudios en Brasil, España, Estados Unidos; pero no tenemos donantes”, dice. 

El Incor Almenara se fundó en 1992 y al año siguiente el doctor Primo Pacheco efectuó el primer trasplante con éxito en EsSalud. El 2010 se reactivó el Incor y realizó el primer trasplante de la nueva era. Hoy ya suman más de 50 trasplantes. 

“Es una gran satisfacción tener pacientes al borde de la muerte a los que después vemos estudiando, acabando una carrera universitaria, volviendo al trabajo. Ellos nos ayudan a que la población tome conciencia sobre la donación. Aquí en los hospitales las buenas noticias suceden a diario, pero el país no le toma importancia y no invierte en la salud”, opina Gálvez. 

Juan Carlos Vargas recibe una llamada. Debe salir a evaluar un caso. “Es una labor muy gratificante. Creo que el principal factor de que nuestra tasa de donación sea baja no es nuestra cultura, sino que nuestro sistema de salud es muy disgregado: Minsa, EsSalud, FF. AA., PNP, clínicas. Eso hace difícil nuestra labor”.

El dato


El 95% de los trasplantes del Perú se hace en EsSalud.


(FIN) JVV/LIT
GRM

Publicado: 28/10/2017