Andina

Día de la Madre: adulta mayor de 107 años de edad es la madre más longeva de Huancayo

Abrahana Quispe alimentó y educó a 14 hijos. Tiene 22 nietos, 15 bisnietos y dos tataranietos

El 20 de enero pasado cumplió 107 años de edad, según su Documento Nacional de Identidad (DNI), lo cual convierte a Abrahana Quispe Taype en la mujer más longeva de Huancayo y muchos envidian la suerte de sus descendientes quienes este domingo podrán abrazar a esta extraordinaria mujer con tan amplia experiencia de vida y con plena lucidez mental.

El 20 de enero pasado cumplió 107 años de edad, según su Documento Nacional de Identidad (DNI), lo cual convierte a Abrahana Quispe Taype en la mujer más longeva de Huancayo y muchos envidian la suerte de sus descendientes quienes este domingo podrán abrazar a esta extraordinaria mujer con tan amplia experiencia de vida y con plena lucidez mental.

09:00 | Huancayo, may. 13.

El 20 de enero pasado cumplió 107 años de edad, según su Documento Nacional de Identidad (DNI), lo cual convierte a Abrahana Quispe Taype en la mujer más longeva de Huancayo y muchos envidian la suerte de sus descendientes quienes este domingo podrán abrazar a esta extraordinaria mujer con tan amplia experiencia de vida y con plena lucidez mental.

Abrahana Quispe alimentó y educó a 14 hijos, de los cuales 7 ya fallecieron. Además, tiene 22 nietos, 15 bisnietos y dos tataranietos, quienes ahora no la pierden de vista en su vivienda ubicada en el sector de San Carlos de Huancayo, la Ciudad Incontrastable.

La “Mamita Abrahana”, como le dicen de cariño, es quechuahablante, tiene la mente lúcida y mucha vitalidad. Ella llegó a Huancayo hace muchas décadas, después de sufrir el robo de sus animales en un caserío de Acoria, en la región Huancavelica.


“Un hacendado al que llamábamos Pancho me trajo junto a mi esposo hace mucho tiempo, no recuerdo bien a quien arrendó el lugar donde nos puso a trabajar; vinimos aquí porque nos robaron el ganado”, comentó la longeva mujer.

Muchos se preguntan cuál es el secreto de la vida prolongadamente sana de la tatarabuelita. Ella cuenta con naturalidad que consumió siempre alimentos andinos cultivados con cariño.


“Yo comía cebada, morón, quinua, haba, chuño y carne que hacía secar para charqui”, recordó la ancianita en su idioma materno, el cual habla con fluidez y bastante entusiasmo.

Sus descendientes se turnan para cuidarla, la llevan a sus chequeos médicos y le proveen sus alimentos; mientras que su nieta, Ana Astete Zevallos, a quien ella cuidó desde los nueve meses de nacida, la quiere como una madre.

En este Día de la Madre, Abrahana espera la visita de la mayoría de sus familiares, a quienes solo les pide que le regalen besos y abrazos en esta celebración tan especial.

(FIN) PTM/LZD

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Publicado: 13/5/2018