Karina Garay RojasEl acoso virtual no cesa durante la pandemia y por el contrario se ha incrementado significativamente este año, debido, entre otras razones, a la exposición virtual obligada por razones educativas y laborales, sobre todo de adolescentes y jóvenes quienes son los más afectados por este delito cometido en su mayoría desde redes sociales. Facebook es la más usada para estos fines.
A esta conclusión se llega tras evaluar los reportes del Observatorio Nacional de la Violencia Contra Las Mujeres e Integrantes del Grupo Familiar del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), en los que se aprecia el incremento de casos en lo que va del año, respecto al 2019.
Para Elva Ccanahuaray, psicóloga del Programa Aurora, orientado a reducir la alta prevalencia de la violencia familiar en mujeres, niñas, niños y adolescentes, este año superaríamos largamente la cifra de 1,012 casos registrados el año pasado, tanto por la
Línea 100 como por la página “
No al acoso virtual”.
“Solo entre enero y agosto del 2020 tenemos reportados 916 casos, lo que indica un incremento respecto al año pasado, con situaciones que afectan la vida emocional, social de las víctimas, en el espacio privado, sobre todo en las redes sociales”, detalló a la agencia Andina.
El acoso virtual, ciberacoso o acoso cibernético, es la acción o conducta realizada por una persona o grupo de personas para amenazar, avergonzar, intimidar o criticar, con o sin connotación sexual, a través de medios de comunicación digital a una persona, quien rechaza estas acciones por considerar que afectan o vulneran su derecho a la dignidad, a la integridad, a la salud o el derecho a una vida libre de violencia.
De acuerdo al reporte generado hasta agosto de este año, el grupo poblacional más afectado por el acoso virtual es el comprendido entre los 18 – 23 años (36%), seguido por el que está entre 24-29 años (29%), 30-35 años (13%) 12-17 años (8%), 36-41 años (6%), 42-47 años (3%), 48-53 años (2%) y 54 a más años (2%).
“Esta es una llamada de atención a los padres de familia quienes deben estar más pendientes de lo que pasa con sus hijos, de las redes, porque hay evidencias de que hay mayor predisposición a casos de acoso durante
la etapa de desarrollo”, detalló la experta del MIMP.
Son personas conocidas
Si bien cualquier persona, en sus diferentes etapas de vida, puede sufrir ciberacoso, la mayoría son mujeres. Al igual que en otros tipos de violencia hacia ellas, este se vincula con relaciones de poder, intimidación y el establecimiento de un sistema de control.
Tanto en el año 2019 como 2020, el 88% de las víctimas fueron mujeres. El 65% de los acosadores eran varones y un 29%, mujeres.
Los perpetradoras del acoso virtual pueden ser personas extrañas a la víctima, como también cercanas, entre ellas exparejas o parejas actuales, enamorados, novios o esposos u otros integrantes del grupo familiar.
Un aspecto destacable este año es el vínculo relacional de las víctimas con sus agresores.
Durante el 2019 el 61% de acosadores virtuales no mantenía vínculo con la víctima, mientras que solo el 18% indicó que se conocían, el 17% que había sido su pareja y un 4% que era un familiar.
En lo que respecta a este año – reportado hasta agosto-, el 46% de los casos venía de una
persona conocida. El 28% de casos era generado por un desconocido, 23% por la pareja y 3% por un familiar.
Más por Facebook
La plataforma más usada para cometer actos de acoso se repite nuevamente este año: Facebook. En lo que va de este año, 629 casos se perpetraron a través de esa red social. Durante el 2019 se reportaron 741 casos.
Le siguen Whatsapp (372 casos), Instagram (279), mensajes de texto (197), chats (187), correo (83), páginas web (68), twitter (43), foro (17), youtube (11), blog (9), app (1)
El 50% de casos de ciberacoso se daba de forma diaria, el 25% era intermitente, el 17% era semanal y el 8% mensual.
“En las redes sociales muchas veces se interactúa con desconocidos quienes disfrazan su aspecto o identidad para mantener un vínculo con la persona. La recomendación es no aceptar vincularse con desconocidos, pero a veces nos enganchamos con ese tipo de comunicaciones porque navegar en redes es motivante, pero eso puede distraer nuestra capacidad de detectar el riesgo”, advirtió Ccanahuaray.
En los
adolescentes y jóvenes esto sucede con mayor frecuencia porque no hay una percepción de riesgo. “Muchas veces creen que no les va a pasar nada, pero les pasa”.
El acoso virtual o ciberacoso se manifiesta a través de diversas conductas: insultos electrónicos, hostigamiento, ciberbullying, Grooming, sextorsión, suplantación, happy slapping, stalking, ciberpersecución o ciberamenaza.
El más común es siempre el hostigamiento, que consiste en el envío reiterado de mensajes ofensivos, con o sin connotación sexual, a través de correo electrónico, chat, mensajes de texto, WhatsApp, Facebook, entre otros.
La experta del Ministerio de la Mujer destaca que para que exista delito no se requiere reiterancia, con una vez es suficiente.
“De repente, en una oportunidad, una joven conoce a una persona y otro día sale de su centro de estudios y ve a esa persona que recién ha conocido, allí, esperándola. Esto le puede resultar traumático, porque no hay razones para que conozca donde estudia. Eso también es hostigamiento y no necesita repetirse varias veces para que sea un delito, tal como lo estipula el
Decreto Legislativo 1410”, detalló la experta.
De acuerdo con la norma, el ciberacoso tiene una sanción que puede ir hasta los siete años de cárcel, dependiendo de los agravantes que tenga el caso, entre ellos que la víctima sea menor de edad, sea adulta mayor, se encuentra en estado de gestación o tenga discapacidad, que hayan tenido una relación de pareja o tengan vínculo parental consanguíneo o por afinidad, entre otros.
Para la especialista, si bien los casos existen y se reportan cada vez más, el grueso de ellos se denuncia en las capitales de provincia de cada región, donde hay mayores herramientas digitales o presenciales para hacerla, como en Lima (62%), Amazonas (7.2%), Arequipa (5%), La Libertad (3.3%), Piura (2.1%) Áncash (1,6%), ente otras.
“Probablemente no todos tengan conocimiento de esta problemática en el país, como ocurre en las zonas altoandinas o de selva, donde probablemente hay muchas personas acosadas, pero que no identifican esa situación como acoso.
Simplemente conviven con esa situación. Conocemos de casos donde las situaciones de acoso han conllevado a iniciar relaciones de pareja de forma obligada. Eso debe cambiar desde casa con información y educación”, sostuvo.
La experta recordó a la población que todos los
Centros de Emergencia Mujer ubicados en el país están habilitados para recibir este tipo de casos para, junto a sus equipos multidisciplinarios, darles seguimiento hasta encontrar justicia.
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(FIN) KGR/LIT
JRA
Published: 10/12/2020