El mejor alimento para los bebés en sus primeros meses es la leche materna; sin embargo, el proceso de amamantar es distinto para cada madre y, algunas pueden enfrentar ciertos retos al principio.
Para despejar dudas y ayudar a las mamás, la doctora Julia Sánchez, pediatra especialista en
Lactancia Materna de Sanna Clínica El Golf, brinda algunos consejos para solucionar las principales dificultades.
- Grietas en los pezones. Es uno de los problemas más frecuentes, causado muchas veces por el mal agarre de la boca del bebé al pecho. Para solucionarlo es importante modificar la posición: el bebé debe estar alineado con el cuerpo de la mamá, tener la boca muy abierta (con labios hacia afuera, la barbilla tocando el pecho de la madre y la nariz no debe estar tapada).
Para curar las grietas del pezón, la misma leche de la madre puede ayudar. Es preferible también usar ropas holgadas y tener cuidado con el brasier.
- Congestión mamaria. Se produce cuando hay un aumento de la producción de leche y se hinchan los pechos (puede darse en la primera semana después del parto). La hinchazón puede impedir el flujo de la leche y su producción puede verse disminuida si no se vacían los senos.
Además, causa dolor, y el bebé puede tener dificultad para coger el pecho. En este caso, las madres deben amamantar frecuentemente a sus bebés, colocarse compresas tibias y masajearse suavemente el pecho antes de dar de lactar. Cuando haya terminado, deberán colocarse compresas frías.
- Mastitis. Si el seno se obstruye puede producir inflamación, dolor intenso, enrojecimiento, aumento de la temperatura en la zona afectada, además de malestar y fiebre. Para evitarlo se debe extraer la leche acumulada a través de la
succión frecuente del bebé, y también manualmente o con un extractor alternando con la succión.
El vaciado del pecho es fundamental en el tratamiento. Puede ser necesario el uso de antibióticos y antiinflamatorios que deben ser indicados por su médico.
- Preocupación por la cantidad de leche. Muchos padres primerizos se preguntan si los pechos están produciendo la suficiente cantidad de leche
. La lactancia responde totalmente a la demanda del bebé. Así,
mientras más veces el bebé succione el pecho de su mamá, se producirá más leche y obtendrá la cantidad que necesita.
Es recomendable que los primeros días los recién nacidos lacten muy frecuentemente, esto debido a que la leche materna se digiere en aproximadamente una hora, por lo que en el primer mes lacta aproximadamente 10 a 12 veces al día.
- Rechazo del pecho. Algunas veces sucede que el bebé no logra acoplarse a uno de los pechos, y pareciera que “no quiere lactar”. Esto se ha asociado a experiencias negativas como haber tenido problemas en el agarre o la postura, mastitis, molestias en el niño (dolor de oídos, reacción post vacuna, entre otros).
También puede ocurrir que rechace ambos pechos, lo que suele originarse por el “Síndrome de Confusión”: cuando el bebé ha usado biberón o chupones, por aversión oral por experiencias desagradables, cambios en las rutinas, el olor de la madre o el sabor de la leche.
Para solucionarlo se debe identificar la causa, probar retirando el biberón y el chupón si fuera el caso; no usar perfumes o cremas con olores intensos; aumentar el contacto piel a piel; dar el pecho en un sitio tranquilo, con el bebé tranquilo no muy hambriento, no estresado y en posición cómoda.
La especialista destacó que aunque puede resultar difícil, la lactancia es la mejor forma de alimentar al bebé ya que es un alimento completo y natural, lo protege contra infecciones y enfermedades a largo plazo y también contiene factores de desarrollo neurológico que permiten que el bebé logre un óptimo desarrollo físico y emocional.
“Además, la experiencia de amamantar al bebé es muy gratificante e incrementa la autoestima de la mamá, fortaleciendo el vínculo entre ambos, y es vital para el desarrollo emocional y social del bebé”, finalizó Sánchez.
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(FIN) NDP/ART
Publicado: 14/5/2018