Enfrentar un nuevo confinamiento para frenar los contagios del covid-19 está generando una ola de malestares psicológicos y emocionales en la población que podrían disminuir significativamente si ponemos en práctica los tres pilares de las terapias en salud mental, que explicamos a continuación.
En entrevista con la Agencia Andina, el psiquiatra Humberto Castillo, director general del Instituto Nacional de Salud Mental comentó que ahora más que nunca debemos darle un sentido a lo que estamos experimentando como humanidad, sin olvidar ofrecer un espacio privilegiado a nuestras emociones, a su gestión, para evitar vernos invadidos de pensamientos negativos que solo traerán mayor sufrimiento.
En ese contexto, dijo, se pueden desarrollar algunas estrategias de afrontamiento preventivo para cuidar nuestras emociones y nuestra manera de responder a todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor y que muchas veces no podremos controlar.
“El primer pilar de la terapia en salud mental es la actividad física. Es central para mantener una buena salud mental y va desde mantenerse ocupado hasta la idea de realizar ejercicios de relajación, que muchos ya han aprendido durante la pandemia”.
Comentó que para hacer actividad física no se requiere de máquinas costosas o de un gran espacio; solo es necesario decidirse y elegir lo que más nos guste.
“Uno puede hacer actividad física en todo lugar. Incluso parado o en tu cama. Lo que se requiere es hacer contracciones, relajaciones, estiramientos. Como hacía Bruce Lee, que estaba parado y estaba sudando a punta de contracciones y estiramientos. La línea física es clave y aporta un 30% en la reducción del sufrimiento mental”.
Sentir, pensar y hacerse cargo
El segundo pilar -anotó- son las reflexiones, es decir la terapia reflexiva, que es la base de la psicoterapia. Esto, añadió, tiene que ver con identificar lo que sentimos, reflexionar sobre lo que sentimos, conversar y buscar calmar acerca de lo que nos pasa.
“Mucha gente tiene un comportamiento terapéutico y empieza a mirarse hacia adentro y expresar lo que siente, tal cual. Del otro lado, se exige que la otra persona que acompaña este proceso se ponga en los zapatos del otro, debe imaginar lo que está viendo el otro”.
Lo importante aquí es el acompañamiento, sin juzgar ni buscar el alivio ajeno, porque dicha tarea es una responsabilidad personal.
“Lo antiterapéutico aquí es culpar a los otros, culpar a los demás de lo que me pasa, o negar las emociones, lo que estoy sintiendo. Tenemos que reconocer nuestras emociones y aceptar la emoción del otro. Reconocer nuestro miedo, nuestra tristeza, nuestra cólera y también reconocerlo en el otro y luego pensarlo críticamente”.
Parar el doctor Castillo, es importante que la población entienda que “una emoción no es producto de la situación, sino de un proceso interno que, a algunos, les hace sentir de una manera y, a otros, de otra. Es necesario entender que lo que sufrimos no es por lo que vivimos sino por cómo lo interpretamos”.
Por lo general, sostuvo, cuando alguien llora o está triste, la otra persona se siente en la obligación de calmar su tristeza o su llanto y no tiene por qué hacerlo. "Eso es contraproducente. Solo debe acompañarlo en su dolor, en el proceso de encontrar la causa de su molestia o sufrimiento".
“Si uno está ante una persona que se siente muy triste puede acompañarlo con frases como ‘me doy cuenta de que estás triste’, ‘algo está pasando en ti’, ‘me doy cuenta de que estás sufriendo y puedo sentirlo con el alma’, ‘siento tu indignación’, ‘entiendo que eso enoja’. La idea es acompañarlo en la búsqueda de una salida, porque cada uno debe hacerse cargo de sus emociones, de lo que siente y cómo lo expresa, sobre todo cuando se trata de adultos”.
Cerebro en reparación
Finalmente, psiquiatra refirió que el tercer pilar de la terapia en salud mental es la farmacología, pero no enfocado en los calmantes. "El soporte será sobre todo los antidepresivos, los reguladores del cerebro que logran calmar, replantear, reparar nuestras estructuras emocionales dañadas”.
El director general del Instituto Nacional de Salud Mental pidió a la población entender que “la emoción también se
produce por la máquina llamada cerebro, que demanda reparación. Es una máquina bioquímica que tiene que repararse bioquímicamente y eso no es malo. Es fundamental que esta intervención se desarrolle bajo supervisión médica".
Las estrategias expuestas buscan evitar el sufrimiento mental de las personas que se pueden ver desbordadas con las circunstancias que estamos experimentando.
Es importante recordar que el Ministerio de Salud (Minsa) ha implementado más de 150 Centros de Salud Mental Comunitarios en todo el país donde diversos especialistas ofrecen atención a los problemas que la población podría padecer en este campo. Puede contactarlos llamando al número 113 opción 5.
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(FIN) KGR/RRC
Published: 2/5/2021