Enelita y Marisol tienen muchas cosas en común: ambas tienen 20 años, provienen de familias con bajos recursos, han superado adversidades y ahora lideran sus propios emprendimientos de catering y pastelería.
Gracias a su determinación y al apoyo del club "Formándose para la vida”, del Programa Nacional Aurora del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), estas dos jóvenes de San Juan de Lurigancho han encontrado su camino hacia la independencia económica y el desarrollo personal.
Madre emprendedora
Para Enelita Casas Toro, natal de Amazonas, el club "Formándose para la vida" llegó en el momento preciso. Acababa de cumplir la mayoría de edad, no había hecho estudios superiores y únicamente se dedicaba al cuidado de su bebé. Pero su vida dio un giro significativo cuando vio un afiche del club en la posta médica “La madre milagrosa”.
"Lo que más deseaba era socializar, conocer a más personas y aprender de ellas. Este club me permitió compartir mi experiencia con otras chicas y conocer sus historias. Fue una experiencia muy bonita y enriquecedora que me ayudó a crecer como persona", comentó a la Agencia Andina.
Hace ocho meses, Enelita inició su propio emprendimiento llamado “Casas”, donde ofrece postres y bocaditos. Su negocio ha crecido significativamente luego de ganar un capital semilla de 6,000 soles, valorado en materiales.
“Mi idea de negocio surgió cuando llevaba el curso de finanzas básicas en el club. Hasta hace unos años nunca pensé que vendería postres. He ido aprendiendo y poco a poco los pedidos han ido creciendo”, anotó.
Tener una microempresa no solo le brindó independencia económica, sino también la flexibilidad para equilibrar su vida laboral y familiar. "Ser mi propia jefa me permite pasar tiempo de calidad con mi hijo", nos cuenta la joven madre mientras juega con su pequeño Junior, de cuatro años.
Su negocio está por cumplir su primer año en octubre, y ella sueña con estudiar diseño gráfico y marketing, además de tener su propio local para expandir su emprendimiento. Con el tiempo, espera poder ofrecer empleo a otras madres jóvenes de su comunidad, brindándoles un espacio seguro donde sus hijos puedan ser cuidados mientras ellas trabajan.
“Mi hijo es mi fuerza para lograrlo. A otras jóvenes les diría que encuentren un impulso en sí mismas y en las personas que las quieren”, indicó. En las redes sociales, puedes encontrar su emprendimiento como @casasbocaditosypostres.
Joven repostera
Con raíces andinas y nacida en la comunidad de Lamay, en la región Cusco, Marisol Cruz Puma nos abre las puertas de su hogar en la Agrupación Familiar Villa Rica, situada en la parte alta de la calle Javier Pérez de Cuéllar, en San Juan de Lurigancho.
Con gran entusiasmo, nos cuenta sobre su segundo emprendimiento, “Emar Catering", que lleva casi un año ofreciendo servicios de catering en todo el distrito y del cual se siente profundamente orgullosa.
Ella reconoce que el club “Formándose para la Vida” le proporcionó las herramientas necesarias para salir adelante.
“Durante la pandemia, en 2021, estaba atravesando una crisis y emocionalmente no me encontraba bien. Mi mamá, mentora voluntaria del Programa Aurora, estaba preocupada por mi situación y buscó ayuda. Así fue como conocí el club y formé parte de su primera promoción”.
Al principio, Marisol tenía miedo de hablar en público y compartir sus pensamientos, pero las historias de otras mujeres en el club la ayudaron a ganar confianza y mejorar su autoestima. Poco a poco este grupo de mujeres se convirtió en su segunda familia.
“El propósito del club es el empoderamiento económico, pero también se busca desarrollar las habilidades para la vida y esas fueron las que más me ayudaron. Aprendí sobre la empatía, a diferenciar el estrés bueno del malo, el autoconocimiento, el autoconcepto y la autoestima”, agregó.
Su pasión por los dulces y la formación técnica obtenida en el club la llevaron a crear "Emar Catering" en el 2023. Incluso ganó un incentivo económico de 1500 euros en el concurso de la ONG COPEME - Proyecto Integración, que le permitió comprar materiales y utensilios para mejorar su negocio.
Ahora, atiende grandes pedidos de organizaciones sociales de SJL y tienen planes de especializarse en pastelería. Marisol también aspira a estudiar Administración de la Gastronomía en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, para expandir su emprendimiento aún más.
Sus padres, orgullosos de su progreso, reconocen el impacto positivo que ha tenido este grupo en su vida, ayudándola a superar las carencias y los altibajos emocionales.
"Creo que la manera en que me expreso y mi autoestima es lo que más ha cambiado comparado a mi yo de hace tres años. Antes, cuando hablaba me ponía demasiado nerviosa, pero ahora puedo expresar mejor mis ideas", reflexiona Marisol.
Sobre el club
El club “Formándose para la vida” busca prevenir la violencia hacia las mujeres e integrantes del grupo familiar fortaleciendo sus capacidades y autoestima a través de cursos especializados que duran tres años.
Según Gisela Del Castillo, especialista del Programa Nacional Aurora del MIMP, desde su creación en 2021, el club ha conseguido que 557 mujeres jóvenes se inserten laboralmente en empleos dependientes, mientras que 300 han logrado crear sus propios emprendimientos.
Hasta la fecha, más de 5,700 mujeres entre 14 y 24 años en situación de pobreza y extrema pobreza han sido capacitadas en diversos cursos, de las cuales 90 pertenecen a San Juan de Lurigancho.
Además de habilidades blandas y finanzas básicas, sus integrantes lograron aprender computación básica, ofimática, asistencia de gerencia, diseño gráfico, community manager, decoración de eventos, pastelería, cosmetología, etc.
Para formar parte del club, que está presente en todas las regiones del país, solo debes acercarte al Centro de Emergencia Mujer (CEM) de tu distrito y solicitar más información.