El país es un productor clave de recursos elementales para la transición energética de la economía mundial a una más sustentable, y por ello debe capitalizar esta ventaja competitiva para atraer más recursos que generen desarrollo y trabajo.
El reciente informe La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe 2025, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), ha puesto de relieve la importancia de estos recursos para el desarrollo de los países de la región, entre ellos el Perú.
El documento se emite en un contexto global de incertidumbre por la guerra comercial arancelaria que ha reconfigurado los flujos de capital extranjero en el mundo; asimismo, refiere que en el 2024 los anuncios de proyectos de inversión disminuyeron en todo el planeta respecto al 2023; sin embargo, enfatiza que las únicas regiones que se desmarcaron de esta tendencia fueron América Latina y el Caribe y América del Norte.
Así, en el 2024 la inversión extranjera directa (IED) en América Latina y el Caribe llegó a los 188,962 millones de dólares, monto superior en 7.1% respecto al 2023, y en el caso del Perú sumó 6,799 millones de dólares, representando un crecimiento de 57% respecto a los 4,339 millones de dólares del 2023.
“En la Cepal creemos que América Latina y el Caribe debe aprovechar la inversión extranjera directa (IED) para alcanzar un desarrollo más productivo, inclusivo y sostenible. Para lograr esto será clave utilizar la IED como una herramienta estratégica dentro de las políticas de desarrollo productivo”, recalca el organismo internacional en artículo publicado en el Diario El Peruano.
Oportunidad
Al respecto, señala con claridad que “la abundancia de minerales críticos” constituye una gran oportunidad para atraer IED hacia el sector y otros sectores relacionados con la región latinoamericana.
“Chile, Perú y Argentina, que poseen reservas sustanciales de cobre y litio, han experimentado recientemente un aumento del interés de los inversionistas internacionales en la explotación de estos recursos”, subraya la Cepal.
En efecto, hay que recordar que a fines de agosto del 2024 el entonces subsecretario de Estados para el Crecimiento Económico, Energía y Medio Ambiente, de Estados Unidos, José Fernández, llegó en visita oficial al Perú para firmar un memorando de entendimiento entre ambas naciones, a fin de fortalecer la cooperación en cadenas de suministro de minerales críticos, como el cobre, recurso imprescindible en la transición energética del mundo hacia una economía sustentable.
Fernández señaló en ese entonces que “la demanda de minerales estratégicos pudiera aumentar hasta 100 veces para el 2050” si se tiene la intención de cumplir los objetivos climáticos de reducción de las emisiones contaminantes en el planeta.
Inversión minera
La minería es el principal motor de la economía peruana y su flujo en inversiones anuales ha sido notable en el presente siglo, tras registrar inversiones formales por 235 millones de dólares el 2003, empezó su ascenso acelerado desde los 911 millones el 2007 a los 6,378 millones anuales el 2011, para luego en el 2013 alcanzar un pico de 8,917 millones de dólares y luego empezar su declive hasta los 3,334 millones de dólares en 2017, desde entonces se ha mantenido alrededor de los 5,000 millones de dólares en promedio, de acuerdo con datos oficiales del Ministerio de Energía y Minas (Minem).
En el presente año, la inversión minera formal en el Perú de enero a mayo sumó 1,845 millones de dólares, cantidad 4.7% superior al mismo período del 2024 (1,763 millones), impulsado a su vez por el crecimiento en el rubro exploración (39.7%) e infraestructura (10.6%).
Asimismo, el Perú tiene una cartera de inversión minera formal conformada por 67 grandes proyectos que representan 64,071 millones de dólares, y una cartera de 84 proyectos de exploración minera por 1,039 millones de dólares, de acuerdo con el Minem.
Entonces hay un potencial que se puede poner en marcha para generar empleo e impulsar la actividad económica en diferentes sectores que implica la minería, como transporte, infraestructura vial, de comunicaciones, alimentación, vivienda, entre otros.
Creciente interés
En este contexto, la Cepal manifiesta que América Latina y el Caribe es una región de creciente interés debido a los altos niveles de reservas y producción de algunos de los minerales críticos, especialmente litio y cobre, y, por lo tanto, un destino atractivo para la IED en el sector.
El organismo internacional remarca que “la escasez relativa de los minerales críticos y la competencia geopolítica internacional presentan nuevas oportunidades”, pero también importantes desafíos para la región.
La Cepal detalla que los minerales críticos para la transición energética se concentran geográficamente en pocas regiones, incluida América Latina y el Caribe. “Chile cuenta con el 31.3% de las reservas mundiales de litio y Argentina con el 13.3%. Respecto al cobre, Chile posee el 19.4% de las reservas mundiales y el Perú el 10.2% y México el 5.4%” precisa.
Asimismo, destaca que América Latina y el Caribe constituye una región protagónica en el mercado global de minerales críticos.
“Entre el 2005 y el 2024 se registraron 1,152 anuncios de proyectos de inversión extranjera directa en los sectores de minerales y metales en la región, por un monto total de 230,065 millones de dólares. El 84% del valor total de estos anuncios se concentró en cuatro países: Chile, Perú, Brasil y Argentina, mientras que el 24% del número total de proyectos correspondió a minerales críticos (42% del monto anunciado)”, explica la Cepal.
También indica que en el referido período (2005-2024), los anuncios de IED en minerales críticos provinieron principalmente de Canadá (20%), Reino Unido (20%), China (14%), Australia (11%), seguidos de otros países.
Asimismo, la Cepal señala que la IED en minerales críticos, no solo tiene el potencial de impulsar el crecimiento económico y la creación de empleo en este sector, sino que puede también fomentar nuevas actividades productivas vinculadas a la tecnología e innovación y valor agregado.
“Esta es la gran oportunidad que América Latina y el Caribe tiene en la actualidad de utilizar los minerales críticos como una plataforma para promover un desarrollo productivo que trascienda la especialización en la producción y exportación de recursos naturales”, puntualiza la Cepal.
Importancia
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), afirma que la IED es un pilar fundamental de la política de desarrollo económico y que es una de las principales fuentes de financiamiento externa para las economías en desarrollo. Resalta que estimula al capital local, facilita las mejoras de capital humano e instituciones, mejora el estándar y nivel de vida de la población, crea más empleo, promueve encadenamientos productivos y genera una mayor dinámica económica y mayores ingresos fiscales.
Por ello, la Cepal recomienda realizar un análisis detallado de las capacidades actuales, las brechas de inversión y el potencial de atracción de inversiones, con énfasis en infraestructura, industrias digitales y digitalización de sectores tradicionales.
Ello, además de “desarrollar una estrategia con visión de país y de futuro que incorpore explícitamente el papel de la IED”, así como “promover la colaboración entre organismos públicos, mediante instancias de coordinación con funciones claras (consultivas, deliberativas, ejecutivas), que aseguren la implementación efectiva de la estrategia de atracción de inversiones”.
Asimismo, recomienda, evaluar el uso de incentivos fiscales-financieros y hacer un seguimiento de sus resultados, fortalecer la formación de talento humano; implementar herramientas pro inversiones, entre otros.
Datos
- Por cada dólar recibido en IED, se pueden llegar a producir 187 dólares en la economía receptora, señala el BID.
- Por cada puesto de trabajo creado mediante la IED se generan uno a dos empleos en el país.
- Por cada dólar de IED se generan 2 dólares de exportaciones adicionales.
- El aumento de 1 dólar en IED conduce a otro dólar adicional en inversión nacional.
- En el mundo hay más de 30 minerales críticos y el Perú cuenta con ocho de ellos: cobre, hierro, plomo, molibdeno, plata, zinc, indio y grafito.
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(FIN) DOP/SDD