No todo se trata de desvelos y largas jornadas de estudio. Para Adrián Zavaleta y Fabián Mautino,
que ingresaron en los primeros puestos a la Universidad Nacional del Callao (Unac), el verdadero secreto del éxito está en la disciplina, el descanso adecuado y la perseverancia frente a las dificultades.
Este flamante cachimbo que cursa el quinto de secundaria también compartió los sacrificios que implicó su ingreso. Dejó de jugar fútbol, se alejó de las reuniones sociales y asumió un ritmo riguroso de estudios. Además, comentó que sus padres siempre le dieron palabras de aliento cuando él creía no lograr su objetivo de ingresar a la universidad.
“Mi mamá, cada vez que no me salía algo y yo me frustraba, estaba para allí conmigo y me decía que este es un pequeño obstáculo, pero el verdadero está más adelante y que si puedo superar esto entonces estaré preparado para el que viene”, acotó.
Considera también que su padre es el mejor ejemplo a seguir porque, aunque no vive con él, siempre lo ha motivado a seguir adelante con sus consejos y apoyo.
Por su parte, Adrián Zavaleta, de apenas 16 años, ocupó el primer puesto en Ingeniería Industrial. Reconoce que el camino fue exigente, con sesiones de estudio de hasta tres horas diarias, tanto en las mañanas como en las tardes.
“Dejé de salir, de asistir a fiestas. Perdí contacto con algunos amigos. Pero tenía un objetivo claro y lo prioricé”, dice.
Adrián recuerda que, al enterarse de los resultados, su casa fue una fiesta. “Mi familia se levantó de madrugada, todos felices. Mi mamá y mi papá estaban muy orgullosos. No pensé que iba a lograr el primer puesto”, comenta emocionado.
Ambos jóvenes coinciden en que el método de estudio también fue clave. “Siempre tratamos de asociar los temas con la vida cotidiana, usar reglas nemotécnicas o memorizar cuando es necesario. Lo importante es entender y practicar”, coinciden.
El éxito de estos estudiantes no es casual. Detrás hay un enfoque pedagógico sólido, conocido como el método Peregrino, implementado desde inicial en el colegio Juan Pablo Peregrino.
Edgar Palacios Pérez, profesor y coordinador académico, explica que este método pone énfasis en la disciplina, la autoestima y el desarrollo integral del estudiante.
“Partimos del principio de que la disciplina supera a la inteligencia. Potenciamos la autoestima desde pequeños, con una malla académica rigurosa y una fuerte carga extracurricular: semanas temáticas, ferias de ciencia, actividades culturales, olimpiadas.
"Todo está orientado a que el alumno se conozca y crea en sus capacidades”, sostiene.
Palacios destaca que el colegio trabaja con niveles diferenciados para atender tanto a estudiantes con fortalezas académicas como a aquellos que enfrentan dificultades.
“Muchos empiezan desde inicial y llegan a secundaria ya con un ritmo sólido. Y los que se incorporan después se adaptan rápidamente. La clave está en trabajar también con las familias y las psicólogas, porque el proceso es integral”, añade.
Los resultados hablan por sí solos. En los últimos años, el colegio ha conseguido ingresos masivos a universidades como San Marcos, la UNI y la propia Unac. En 2023, lograron incluso el cómputo general en la UNI y el segundo puesto en San Marcos.
“Nuestro objetivo es que el 100 % de las promociones ingresen a universidades públicas o privadas”, asegura el docente.
Finalmente, tanto Fabián como Adrián dejan un mensaje a quienes aún se preparan para alcanzar ese mismo sueño. “Sean constantes, no se rindan por una mala nota. Practiquen el doble si es necesario, pero no pierdan la confianza”, dice Fabián.
“Cada error es una escalera para llegar más alto”, complementa Adrián. “Y cuando llegas a la cima, te das cuenta de que todo valió la pena”.