Del Rímac a tu casa: el largo proceso de transformación del agua para su consumo en Lima

En una ciudad donde el recurso es limitado, conocer cómo llega hasta nuestros hogares enseña a valorarlo y cuidarlo

La planta de tratamiento de agua de la Atarjea descontamina el recurso de Lima y Callao. Foto: ANDINA/Daniel Bracamonte

La planta de tratamiento de agua de la Atarjea descontamina el recurso de Lima y Callao. Foto: ANDINA/Daniel Bracamonte

09:00 | Lima, ago. 13.

Por Margarita Rivera Monforte

¿Imaginas todo el esfuerzo, la tecnología y los procesos rigurosos que garantizan que el agua llegue limpia y segura a tu hogar? En este informe te contamos los cinco pasos para que recibas de la mejor manera este recurso indispensable para la vida y que todos debemos cuidar.





Según índices del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), Lima constituye más del 30 por ciento de la población total del Perú y, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Programas Presupuestales (Enapres) 2021, el 94,1% de los hogares de Lima Metropolitana cuenta con servicio de agua potable por red pública.


Esa agua potable tiene su origen en el río Rímac, principal fuente hídrica de la capital. No obstante, para que el líquido elemento llegue apropiadamente a cada casa, se requieren distintos procesos que van desde el filtrado inicial de las impurezas y residuos que arrastra el río, hasta el monitoreo virtual de la distribución y volumen.  


La entidad a cargo de este proceso es el Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal), que ha incorporado tecnología de punta, químicos especializados, así como profesionales para garantizar -involucrando una vigilancia constante y mucho esfuerzo- que el líquido llegue seguro a la puerta de tu casa y sea apto para el consumo humano.

Paso 1: bocatomas y captación del agua


El proceso de potabilización, es decir, la descontaminación del recurso hídrico, se inicia en las bocatomas, que captan el caudal del río Rímac y lo conducen hacia la planta de La Atarjea, donde se aplica el primer filtro.


Aquí captamos el agua, pero aún no es apta para el consumo. En esta fase inicial se instalan rejas de filtrado grueso, que retienen objetos grandes como plásticos, ramas, latas y basura", explica el ingeniero Juan Moreno, jefe del equipo de Gestión Integral de Plantas de Sedapal.


Moreno asegura que el río Rímac mantiene un caudal importante durante todo el año; sin embargo, en el recorrido se presentan variaciones en su calidad, por lo que debe someterse a una serie de procesos de transformación, de manera que el agua que Sedapal suministre a la población cumpla con todos los requisitos de salubridad establecidos.

Paso 2: pretratamiento (sedimentar y desinfectar)


Como el cauce del río, el agua filtrada continúa su curso, a través de canales, ya sin elementos gruesos, hacia unos estanques desarenadores. El objetivo ahora es retener (liberarla, en realidad) arena, piedras o partículas más pequeñas que se hayan pasado del primer procedimiento.



 "Se aplica un principio simple: dejar reposar el agua para que las partículas más pesadas se asienten", comenta el ingeniero Moreno. Esta fase, denominada de "pretratamiento", comprende un paso clave, la precloración, o sea, agregar cloro al agua a fin de eliminar elementos patógenos (bacterias y microorganismos) que causan daño a la salud.

"Si en la primera etapa eliminamos los materiales más gruesos, en las siguientes desarrollaremos procesos de decantación, filtración, cloración final, uso de químicos especiales para lograr que todas las partículas contaminantes que tiene inicialmente el agua sean eliminadas completamente", argumenta. 

Paso 3: tratamiento (decantar, filtrar, desinfectar otra vez)


Superada la etapa de pretratamiento, el agua sigue corriendo por los canales ya citados y llega el momento de ingresar a las plantas de tratamiento. Ya sin residuos sólidos y pesados, se inicia la fase de eliminación de micoorganismos y/o partículas muy pequeñas y contaminantes.

Aquí usamos coagulantes como cloruro férrico o sulfato de aluminio para agrupar las partículas contaminantes. Estas se convierten en flóculos que luego se eliminan por decantación”, detalla el especialista.



Los flóculos son una especie de grumos pequeños o pelotitas que se forman cuando partículas muy pequeñas (como tierra, polvo o bacterias) se juntan en el agua. Como son tan diminutas se les añade una sustancia especial, el coagulante, para que se aglutinen y formen "bolitas" más grandes y pesadas que puedan eliminarse más fácilmente.


El ingeniero aclara: "ese flóculo llega al decantador y se elimina. ¿Cómo? Por sedimentación. Algunos se quedan todavía en la parte superficial, son los más finos, pero no se preocupen, que eso pasa al siguiente proceso, que es la filtración, donde se eliminan completamente". Las tuberías son subterráneas, no se ve el agua porque hay que preservarla. De aquí sale el agua a la población, limpia, inocua, tal como lo exige la Organización Mundial de la Salud, asegura.

Un detalle que marca la diferencia es el uso de carbón activado en polvo, una tecnología poco habitual en la región que optimiza el sabor, neutraliza olores y remueve compuestos orgánicos nocivos. “El procedimiento es el convencional, empleado también en países como Alemania y Japón; sin embargo, la inclusión de este componente nos proporciona un nivel superior de seguridad y eficiencia en el tratamiento del agua”. 

Paso 4: control de calidad, el laboratorio


Pero ningún procedimiento puede ser exitoso sin un exigente control de calidad. Para eso, Sedapal cuenta con el laboratorio de control de procesos, encargado precisamente de monitorear el agua en cada una de las etapas de tratamiento, incluida la fase previa al ingreso a las plantas.

"Nosotros analizamos todas las muestras que nos llegan de todo el proceso, desde la captación hasta los reservorios, donde ya el agua sale tratada para consumo humano. O sea, cada parte de ese proceso de pretratamiento y tratamiento llega aquí para ser analizado", señala Carmen Mirian Vásquez, química especialista en laboratorio.


En el espacio ubicado en la planta de La Atarjea, se analizan también los coagulantes, el nivel de cloro y todos los insumos químicos que se utilizan para que el agua sea potable, es decir, apta para el consumo humano. Se busca que el producto salga para ser usado en el tratamiento después de ser analizado.

"Previo a agregar algún tipo de solución para tratar el agua, tiene que pasar primero por el laboratorio. La idea es que todo producto que se utilice esté en las mejores condiciones para el tratamiento, verificamos que los insumos químicos no tengan contaminantes que la afecten”, detalla la especialista, quien añade que entre los parámetros que siguen se encuentra la turbiedad del agua.


El laboratorio funciona las 24 horas del día, con equipos de alta tecnología que detectan metales pesados como plomo o arsénico, además de pesticidas, microorganismos y otros compuestos dañinos. "Incluso existe un área de catación sensorial, donde profesionales capacitados prueban el agua para detectar cualquier alteración en su sabor u olor, un proceso que parece artesanal, pero que es parte del protocolo técnico", explica.

Revisar que el nivel de cloro usado en la desinfección del agua sea el adecuado es parte de la labor, que puede identifficar rápidamente si algo no está funcionando bien en alguna etapa del proceso. “Por ejemplo, en el estanque regulador tenemos un margen de unas ocho horas para informar cualquier problema. En ese tiempo todavía se puede intervenir y corregirlo”, destaca.

Paso 5: la SCADA, el monitor invisible

Hasta aquí hemos conocido toda la ruta que sigue el agua, desde los andes hasta las plantas de tratamiento para que puedas recibirla, limpia, inocua y rica. Seguro te preguntarás, cómo se distribuye, quiénes se encargan de chequear la cantidad y los sitios donde el líquido vital avanza hacia tu casa.

Con la ayuda de la tecnología, hace más de 20 años se instaló la SCADA, un sistema digital que automatiza el control remoto de válvulas, caudales y presiones en tiempo real. Es el "cerebro" que opera la Gerencia de Producción y permite operar más de 145 sectores de Lima Metropolitana, desde Ancón hasta Villa María del Triunfo.



Una vez que el agua es captada, tratada y almacenada en los grandes reservorios —como parte del proceso de potabilización—, SCADA entra en acción. Su función es regular la salida del agua tratada hacia las zonas urbanas, asegurando que llegue con los parámetros adecuados a cada punto de la ciudad.


“Desde aquí monitoreamos toda la red primaria de distribución, desde los reservorios hasta los sectores donde viven los usuarios”, resalta Mateo Páucar, ingeniero de redes de Sedapal.

En el ciclo de la potabilización, SCADA representa el paso final: el que conecta el agua tratada con los hogares, escuelas, hospitales y comercios. Y aunque pocas personas lo conocen, su impacto es fundamental para la vida diaria de millones.

"Entre otros, nos encargamos de controlar la presión del agua según estándares reguladores. Por ejemplo, durante el día se mantiene entre 10 y 50 metros de presión. En la noche, se reduce a cinco metros por prevención técnica. Trabajamos las 24 horas, los 365 días del año con personal capacitado para intervenir ante cualquier eventualidad", asegura Páucar.

Y si quieres tener una idea más clara de la importancia de este sistema, te contamos que en emergencias como los incendios, monitorea la presión en los hidrantes cercanos. “Podemos pasar de 20 a 25 metros de presión en segundos, permitiendo que los bomberos tengan el agua necesaria para controlar el fuego”, destaca el ingeniero.

Cifras a tener en cuenta


-2 millones de metros cúbicos de agua potable se producen diariamente.

-26 m³ por segundo es el consumo promedio de agua en Lima.

-Sedapal dispone de 331 millones de m³ de agua almacenada en represas altoandinas.

-El costo en insumos químicos supera los 60 millones de soles al año.

Ahora que conoces todo lo que implica el proceso para que el agua llegue hasta tu casa, puedes tener la tranquilidad de que recibirás un recurso seguro, limpio e inocuo. Pero garantizar su calidad no es solo responsabilidad de Sedapal. También depende de ti.

Cada persona debe cuidar el agua. Primero, asegurando que las instalaciones internas estén en buen estado, para evitar posibles contaminaciones con productos del hogar. Luego, reduciendo el desperdicio: cerrando bien los grifos y usando el agua de forma eficiente en baños, cocinas y jardines. El agua es vida, no lo olvides.


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(FIN) MRM/RES

Publicado: 13/8/2025