Una de las expresiones que evidencian la enorme y variada riqueza cultural del Perú es la danza, heredera de un legado milenario andino que se mantiene vigente hasta nuestros días y que recibió el aporte cultural europeo y africano durante la conquista y el virreinato.
A propósito del
Día del Turismo Andino, que se celebra el
24 de mayo, conozcamos cinco danzas regionales emblemáticas que son
Patrimonio Cultural de la Nación y tres de ellas han merecido la distinción de
Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la Unesco.
Danza de Tijeras
La danza de tijeras tiene raíces indígenas y se originó en la región de Ayacucho. Posteriormente se difundió en las regiones de Huancavelica y Apurímac. En Apurímac la danza es denominada “gala” y la pareja de bailarines que realizan el contrapunto se llama “danzaq”. Mientras que en Huancavelica al danzante de tijeras se le denomina “tusuq”.
Los campesinos llamaban a los danzantes “Supaypa Wasin Tusuq”, que en castellano significa “el danzante en la casa del diablo”. Se atribuye al destacado escritor José María Arguedas la generalización del término “danzante de tijeras” por las tijeras con hojas separadas que los danzantes llevan en la mano derecha y que las entrechocan mientras bailan.
Según los sacerdotes de la época colonial, su lado mágico obedece a un supuesto pacto con el diablo, debido a las sorprendentes pruebas de valor que ejecutan en esta danza. Estas pruebas se denominan “Atipanakuy”.
El instrumento central de esta danza son las tijeras elaboradas con dos placas independientes de metal, de aproximadamente 25 centímetros de largo, y que juntas tienen la forma de un par de tijeras de punta roma. Actualmente, las regiones de mayor difusión de esta danza son Huancavelica, Ayacucho, Junín, Apurímac y Lima.
El 16 de noviembre de 2010 esta danza fue reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en virtud de su antigüedad y valor simbólico. Cinco años antes, el Ministerio de Cultura la declaró Patrimonio Cultural de la Nación.
Huaconada de Mito
La Huaconada es una danza ritual ejecutada en la localidad de Mito, provincia de Concepción, en la región Junín. Esta manifestación cultural fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación el 23 de diciembre de 2003.
Los tres primeros días de enero de cada año, grupos de hombres enmascarados, denominados “huacones”, realizan en el centro del pueblo de Mito una serie de danzas coreografiadas. Estos personajes representan el antiguo consejo de ancianos y se convierten en la máxima autoridad del pueblo mientras dura la huaconada. Ponen de relieve esta función tanto sus látigos, llamados “tronadores”, como sus máscaras de narices prominentes que evocan el pico del cóndor, criatura que representa el espíritu de las montañas sagradas.
En la danza intervienen dos clases de “huacones”: los ancianos, vestidos con atuendos tradicionales y portadores de máscaras toscamente esculpidas que infunden respeto y miedo; y los más jóvenes, engalanados con indumentarias de colores y portadores de máscaras más trabajadas que expresan terror, tristeza o burla. Durante la huaconada, estos últimos realizan una serie de pasos de danza estrictamente limitados en torno a los ancianos que, debido a su edad, gozan de una mayor libertad para improvisar movimientos.
Una orquesta toca diversos ritmos al compás de la “tinya”, un tamboril indígena. La huaconada, que es una síntesis de diversos elementos andinos y españoles, integra también nuevos elementos modernos. Solo pueden ser “huacones” los hombres de buena conducta y gran integridad moral. La danza se transmite tradicionalmente de padres a hijos y los vestidos y las máscaras se heredan.
El 16 de noviembre de 2010, la Huaconada de Mito fue declarada por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en la quinta sesión del Comité Intergubernamental realizada en la ciudad de Nairobi, Kenia.
Danza del Wititi
Es una danza originaria de la localidad de Tapay, en el Valle del Colca, región Arequipa, y tiene una connotación amorosa, es ejecutada por personajes denominados “wititis”.
Los hombres llevan una indumentaria militar que consiste en una montera (casco de protección), camisa militar o polaca, llicllas entrecruzadas en el pecho, y una pollera femenina.
Debido a que las autoridades en la época colonial prohibieron el uso de la vestimenta militar inca, la pollera reemplazó al “unko”, prenda parecida a la falda que usaban los guerreros de entonces.
Las mujeres llevan su vestimenta tradicional, diferenciándose las “collawas” de las “cabanas” por el tipo de sombrero. Las primeras usan sombrero blanco de paja que hace alegoría al nevado Collawata y bordados con tendencia a hilos de auquénidos coloridos; mientras que las Tapayeñas llevan un paño con finos hilos incrustados con rosarios e hilos de imitaciones de oro y plata.
Todo wititi varón lleva como seguro de las dos liccllas el “Chumpi” y opcionalmente la “huaraca”. Los capitanes se distinguen por llevar la “wifala”.
El 14 de julio de 2009 fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura, y el 2 de diciembre de 2015 recibió el reconocimiento de la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Huaylarsh
Energía, colorido y frenesí desbordantes, pero, sobre todo, expresión de amor galante, el Huaylarsh es una de las notables danzas embajadoras de la región Junín. Declarada Patrimonio Cultural de la Nación en 2005, esta expresión del folclor del valle del Mantaro es uno de los legados de la cultura preínca wanka, cuya alborozada interpretación en grupos numerosos de apasionadas parejas seduce a todo el Perú y al mundo.
Existen dos versiones del Huaylarsh: el antiguo o rural tradicional y el mestizo moderno. La versión antigua del huaylarsh pretende rememorar la danza que se efectuaba después de la jornada agrícola desde épocas ancestrales, y se interpreta de forma similar a la “Cachua” o el “Haylli”, que son danzas en las que se manifiesta el galanteo de los varones hacia las mujeres.
En tanto, la versión moderna se atribuye a Zenobio Dagha Sapaico, del pueblo de Chupuru. En 1949 estrenó la muliza, huaino, huaylarsh y fuga “Mi Tierra Wanka” con lo que se dio inicio a un nuevo tipo de huaylarsh. Al año siguiente, Dhaga Sapaico fundó la orquesta “Juventud Huancaína”, sentando las bases del huaylarsh moderno.
Esta nueva versión se desliga casi por completo de su motivación agrícola y enarbola solo el esparcimiento alegre y divertido. Es un baile que con los años se generalizó tanto en las ciudades como en las comunidades campesinas y que se interpreta especialmente en la celebración del carnaval y en el concurso nacional que se realiza anualmente.
El Huaylarsh moderno es interpretado por diez parejas conformadas por danzantes hombres o “hualarsh” y mujeres o “huamlas”.
La vestimenta de los varones está conformada por el “Chucu” o sombrero de paño de lana de oveja de color negro o blanco; la camisa confeccionada de bayeta de color blanco sin cuello; saco y pantalón de color negro; el Wat'ruco o wat'raco, que es una faja ancha con dibujos multicolores; las ojotas o llanqui, que es un calzado hecho de cuero o jebe; y un par de pañuelos, uno en cada mano.
Por su lado, las mujeres visten “Chucu” o sombrero de color negro, blanco o marrón claro; en el cintón que rodea la copa, van insertadas flores silvestres; las “Lulipas” o fustanes plumillados en número de 2 o 3; los “Mangars” o “maquitos” que cubren los brazos y no llevan bordaduras.
También llevan puesto un “Huat'ruco” o faja ancha, tejida con vistosos colores y motivos; un “Pullu” o manta de lana gruesa con franjas horizontales con motivos y colores; y el “Quipi” o atado en la espalda que guarda botellas de chicha.
Chonguinada
Es un baile de carácter humorístico de salón que trajeron los españoles, parodiados con pasos elegantes, realizado por personajes caracterizados por una vestimenta con exagerada decoración y una máscara, en referencia a la aristocracia española del siglo XVIII.
Los personajes básicos de la Chonguinada del departamento de Junín son el chonguino, que representa al español con aires de aristócrata, que expresa su poder con un traje muy adornado y un paso elegante y afectado en alusión a su carácter fatuo.
Viste una camisa blanca con una corbata vistosa, un saco azul oscuro, y un pantalón de pana hasta la pantorrilla, cubiertos con bordados de motivos florales hechos con hilos de colores y metálicos, con puntadas llamados caracol partido, hoja o tripa de vicuña, y orlado con grecas.
Sobre el rostro lleva una careta de malla con los rasgos del español, con ojos azules o verdes, bigotes de diversa proporción, a veces una pequeña barba, y mejillas coloradas; se cubre la cabeza con una peluca rizada de cabellos negros o rubios que se supone es de estilo colonial y, como tocado, un sombrero de paño negro con alhajas, coronado por un vistoso plumaje de colores, sujeto a la copa con una chapa metálica. En los hombros llevan champis, especie de charreteras de metal en forma de pavo real y que en San Jerónimo de Tunán, provincia de Huancayo, llevan también por decoración pañuelos multicolores.
Mientras que la dama, representada por las chonguinas, representan a la mujer de la nobleza nativa, condición patentizada por la profusión de joyas y aditamentos con bordados en plata y oro, y que aparece emparejada con el español.
Su vestimenta se caracteriza por usar una blusa blanca, una pollera principal festoneada, tres fustanes calados de encaje usualmente blancos, y unos siete fustanes de color con bordados también conocidos como talqueados. Sobre la espalda lleva una lliclla o manto cuadrado sujeto con prendedor de plata, un anaco, pieza rectangular de tela llevada al lado derecho.
Los bordados de la pollera principal, la lliclla y el anaco, de motivos florales, hechos con hilos de colores y metálicos, cubren toda la pieza y en el caso de la pollera cubren una gruesa franja inferior. Una pechera de forma trapezoidal, cubierta por hileras de monedas antiguas de plata, sobre un fondo oscuro y orlada con flecos, se lleva sobre el pecho.
En la versión tarmeña, el anaco se lleva por delante llegando hasta la altura del orillo de la falda, y decorada en toda su superficie con alhajas y pedrería. En este caso, la pechera se lleva encima del anaco. En la versión del valle del Mantaro, las chonguinas, llevan igualmente una careta rosada con pequeños labios rojos, ojos de largas pestañas y mejillas sonrosadas; el rostro siempre va cubierto con un velo semitransparente sujeto con el sombrero.
El Chuto representa al indio de las alturas, en su papel de sirviente, de carácter alegre e insolente, que se encarga de abrir paso a la cuadrilla de chonguinos. Su vestimenta consta de una serie de prendas muy decoradas con bordados y platería sobre un traje básico.
Esta danza se practica predominantemente en las provincias andinas del departamento de Junín a lo largo del mes de mayo, en particular en la Fiesta de las Cruces, cuya fecha central es el tercer día del citado mes. En la provincia de Tarma, la Chonguinada es representada también, y de manera notable, durante la Festividad del Señor de Muruhuay, también celebrada alrededor del 3 de mayo
Otra fecha importante es el 9 de enero durante una de las fiestas previas al carnaval, el Día de los Solteros y las Solteras, siendo en esta ocasión ejecutada exclusivamente por solteros de ambos sexos. Además de la Fiesta de la Virgen de Cocharcas en Sapallanga, al sur de la provincia de Huancayo.
La presentación de la Chonguinada consiste en una serie de coreografías estructuradas de manera particular, en conjuntos de pasos llamados figuras o mudanzas, secciones de la danza que se distinguen por seguir tonadas y coreografías particulares, que los bailarines siguen en una distribución circular o cuadrangular para el intercambio de parejas, todos los integrantes siempre están dirigidos por una pareja guía la cuadrilla encargada de iniciar la coreografía.
(FIN) LZD/MAO