Con el objetivo de conocer directamente el protocolo sanitario para prevenir el contagio del covid-19 ante el próximo reinicio de las visitas a la Ciudad Sagrada de Caral, que serán gratuitas hasta fin de año, el alcalde provincial de Barranca, Ricardo Zender, llegó y recorrió la zona arqueológica declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Durante el recorrido, realizado en la víspera, el burgomaestre apreció las medidas de prevención adoptadas, como la señalización para garantizar el distanciamiento social, toma de temperatura corporal, la instalación de lavaderos en puntos estratégicos, vías especiales para personas con discapacidad, entre otras, que se aplicarán al ingreso, durante la permanencia y a la salida del sitio arqueológico.
Zender destacó que el protocolo sanitario establecido para las visitas a la Ciudad Sagrada de Caral se sustenta en las normas emitidas por los Ministerios de Salud y de Cultura.
Asimismo, saludó la aprobación del
Decreto Legislativo 1507, que permite el
acceso gratuito temporal hasta el 31 de diciembre de 2020, bajo medidas sanitarias, para
niñas, niños, adolescentes y adultos mayores a 55 sitios arqueológicos y museos históricos administrados por el Ministerio de Cultura, así como a 22 áreas naturales protegidas bajo administración del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).
Durante su visita, el alcalde provincial destacó los trabajos de investigación, preservación y difusión del equipo de profesionales liderado por la doctora Ruth Shady, directora de la Zona Arqueológica Caral, unidad ejecutora del Ministerio de Cultura. Del mismo modo, saludó la conmemoración, el 28 de junio último, del undécimo aniversario del reconocimiento de la Ciudad Sagrada de Caral como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
Conoce Caral y su importancia
Construida hace 5,000 años en la margen izquierda del valle medio del río Supe, en la provincia limeña de Barranca, la Ciudad Sagrada de Caral representa uno de los 18 asentamientos urbanos de la zona. Su compleja y monumental arquitectura comprende seis grandes estructuras piramidales que se distribuyen sobre un superficie de 626 hectáreas.
Los hallazgos realizados en los últimos años han presentado evidencias de cómo los habitantes de Caral se adaptaron al territorio. La mejor muestra es que sus centros urbanos fueron planificados para no ser afectadas por eventos naturales devastadores originados por la presencia del Fenómeno El Niño.
Las investigaciones revelan que el desarrollo de Caral fue posible gracias a que su economía se sustentaba en una eficiente agricultura en el valle y en la pesca marina. La civilización Caral también tuvo un importante dinamismo comercial dado que existen evidencias de que mantuvo un intercambio con sitios tan lejanos como el sur de Ecuador, el norte de Chile y el Altiplano boliviano, así como con la Selva peruana.
Han transcurrido 11 años desde su reconocimiento como Patrimonio Cultural de la Humanidad y el tiempo ha confirmado la importancia de esta cultura, y a la Ciudad Sagrada se han sumado otros sitios arqueológicos pertenecientes a la civilización Caral como Áspero, Vichama o Chupacigarro.
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