A un año del reconocimiento de la Reserva de Biósfera Bosques de Neblina - Selva Central, las autoridades municipales de 14 distritos que la conforman, definieron tareas y fijaron reuniones con miras a desarrollar el plan de acción para la conservación de los espacios a través de buenas prácticas.
La Reserva de Biósfera “Bosques de Neblina – Selva Central”, que abarca una superficie de más de 812,000 hectáreas en el territorio de cuatro provincias de la región Junín, fue reconocida por la Unesco el 28 de octubre del año 2020.
Esta reserva, comprende siete territorios amazónicos, siete territorios andino-amazónicos y dos áreas nacionales protegidas, donde prima la biodiversidad, la cultura y el desarrollo sostenible, que muchos países anhelan tener.
“Es el momento para organizarnos y estructurar como se va a trabajar con las diversas organizaciones, todavía no tenemos esa estructura, estamos en ese camino, pero esperemos que todo el 2022 se logre definir la dirección y los grupos técnicos”, explicó el gerente del Ambiente y Servicios Municipales de Pichanaqui, Fredy Valencia.
En la actualidad ya existen iniciativas que sobresalen por su aporte a la conservación del ecosistema; en el centro poblado Asháninka en el distrito de Pichanaqui en Chanchamayo encontramos el Arca de Gofer donde existe un jardín biobotánico con más de 400 especies vegetales y el mirador de la Mano de Dios donde se ha comenzado a ejecutar un proyecto de reciclaje.
“Tenemos un proyecto sumamente prometedor que es el zoológico temático del reciclaje, consiste en la formación de figuras de animales a base de material reciclable y enfocándonos como objetivo principal al hecho reutilizar materiales que son altamente contaminantes para nuestra biósfera”, declaró la asesora legal de empresa Gofer, Yoselin Yupanqui.
Se destacó, asimismo, el trabajo que se realiza en la aldea La Salud en la comunidad indígena Bajo Kimiriki, en el distrito de Perené, provincia de Chanchamayo, donde 21 curanderos de diferentes zonas de la selva trabajan con medicina tradicional, con plantas y minerales.
“Nuestra aldea es así como un hospital, aquí todo es natural, son curaciones ancestrales; primero pasan al área del plomo, pasamos por todo el cuerpo un pedazo de plomo para ver que tiene el paciente, sin referencia previa, y de allí los derivamos a las demás áreas para la curación”, indicó el curandero Elvis Cotrado.
Precisó que, una vez que se obtiene el diagnóstico se procede con el tratamiento en base a vaporizaciones utilizando diversas plantas medicinales; asimismo para algunos casos te atiende una masajista y también hay curaciones con tabaco y ayahuasca.
En tanto, en la plaza principal y parques de la ciudad de ciudad de La Merced la municipalidad de Chanchamayo ha instalado paneles para información de la población sobre la reserva y las funciones que debe cumplir.
“El objetivo de los paneles es que la población se pueda empoderar de los conceptos básicos de la Reserva de Biósfera; la municipalidad provincial de Chanchamayo tiene la presidencia, y ya hemos convocado a una reunión para el 26 de noviembre para tomar acuerdos y empezar a elaborar el plan de acción, en conjunto con todos los distritos y trabajar de la mano”, manifestó la sub gerente de Medio Ambiente de la municipalidad provincial de Chanchamayo, Luz Rojas Muñico.
La Reserva de Biósfera posicionará a Junín a escala nacional e internacional, promoviendo el desarrollo económico y social en armonía con la naturaleza, conservando la biodiversidad y la preservación de los valores culturales de las poblaciones.