La lluvia torrencial que caía aquella tarde en el centro poblado de San Antonio, en la región Loreto, inspiró a Keytlin García Rurush a diseñar el primer boceto del robot de sonrisa amigable. En su afán de motivar a los niños de su clase a preguntar le dibujó ojos, manos, piernas, antenas, lo pintó de un vivo color rojo y lo llamó Iway, que en lengua amazónica shawi significa “lluvia fuerte”.
“La idea surgió como una necesidad. Quería lograr que los niños pregunten, que no tengan vergüenza de participar en clase. Ahora con el aplicativo Iway todos quieren hablar”, comentó la docente de 24 años, egresada de la carrera de Educación Primaria en la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), becada por el Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec), del Ministerio de Educación.
Keytlin sabía lo básico de programación. Luego de hacer su primer diseño profundizó sus conocimientos en el lenguaje, los códigos y a revisar diferentes plataformas de desarrollo de videojuegos, como Unity, app Inventor –del Massachusetts Institute of Technology–, donde creó al robot digital.
“Tenía que funcionar sin internet”, especificó la profesora de la Institución Educativa 62135, ya que en la comunidad selvática, si bien cuenta con internet satelital, la conectividad no es suficiente, así como tampoco la señal telefónica.
Tras un par de semanas, contando sus noches de trabajo y esfuerzo bajo la lluvia, finalmente escuchó la voz de Iway: “¡Hola!”, respondió el robot.
Iway, el amigo de los niños
“Es como un amigo. Para que funcione tienes que saludarle. Luego le puedes hacer preguntas y dialogará contigo. Tiene una base de datos en la que coloco la información que estamos desarrollando en clase. Por ejemplo, sobre el cuerpo humano, la niña pregunta: ¿Cuántos huesos tiene? Iway responde. También resuelve operaciones de matemáticas. O sobre ciencias: ¿Cómo se origina el día y la noche? Iway lo sabe y te lo dice. Es como una Wikipedia hablada”, explicó la docente.
Iway ha producido el cambio que Keytlin buscaba. Los 24 estudiantes del primer al cuarto grado de primaria, a los que ella les enseña como docente multigrado, quieren hablar con el robot. El temor a expresarse ha desaparecido por la posibilidad de interactuar con este personaje de aspecto lúdico y amigable, que ha sido instalado en las tabletas entregadas a la escuela por el Estado peruano.
“Me sirve también para descubrir cuáles son los temas sobre los que los niños tienen más dudas, pues Iway me da el reporte de las preguntas que se repiten”, señaló la innovadora.
“El aprendizaje no es solo receptivo. Tú puedes saber que el niño está aprendiendo cuando preguntas. ‘¿Tienen dudas?’, les decía al terminar la lección y nadie contestaba. Quería romper con eso, que participen, que refuten. ¡Ahora ya hablan hasta por los ‘codos’! Ya parece una clase de verdad”, agregó con gran satisfacción.
Vocación de docente
Keytlin García nació en Carhuaz, región Áncash. La vocación de ser docente le viene de su mamá, Soledad Rurush, quien también es profesora. Recuerda que desde niña la acompañaba a sus clases: era como su asistente.
Cuando tuvo que decidir qué carrera estudiar se vio motivada a elegir Educación también por la beca del Pronabec, con lo que su sueño se cumplió. Y el Perú ganó una joven maestra que quería enseñar en las comunidades de la Selva.
“En el 2021 logré sacar mi título de licenciada en Educación y estaba trabajando en la ciudad, pero algo que siempre he querido es ser el cambio en las zonas rurales, así que decidí ir a la Selva”, contó Keytlin en el pódcast
Crece del Pronabec, que puede escucharse
aquí.
San Antonio está ubicado en la quebrada de Shishinahua, a unas seis horas viajando en bote desde la ciudad de Yurimaguas, capital de la provincia de Alto Amazonas. El centro poblado forma parte del distrito de Santa Cruz. A los padres de familias y docentes les sorprendió que una joven profesora llegara allí para enseñar, pero rápidamente la recibieron con afecto.
Reforestación y ciencia
En equipo, con la participación activa de toda la comunidad, han logrado, además, sacar adelante un exitoso proyecto de reforestación de árboles maderables, con los que también los niños aprenden, al aplicar preguntas de investigación y hacer ciencia junto al mundo de las plantas.
“Soy una apasionada de la tecnología”, dijo la profesora Keytlin García, quien ha recibido diversos reconocimientos, como ser ganadora del Innovation Challenge 2020, programa organizado por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), y que, en coordinación con el Ministerio de Educación, buscaba potenciar la plataforma Aprendo en Casa, estrategia educativa implementada por el Perú durante la pandemia del
covid-19.
Keytlin García transmite a sus pequeños estudiantes, que tienen un gran corazón con deseos enormes de aprender, lo divertido que es investigar. Iway sigue respondiendo sus preguntas y ya no hay miedo de levantar la mano, solo se escuchan las voces y las risas del conocimiento revelado en San Antonio, a veces, mucho más fuerte que la intensa lluvia que suele acompañar a esta comunidad selvática.
Más en Andina:
(FIN) NDP/JOT