Investigador Hernán Hurtado revela en estudio que tradiciones de la cultura Canta sobrevivieron a la conquista incaica y española en el pueblo de San Felipe de Cullhuay. Indicó que festividades locales rinden culto a huaca de Cushpa.
Entre los siglos XI y XV d. C. se desarrolló en el distrito de Huaros, en la provincia de Canta, el sitio arqueológico de Cushpa. El arqueólogo Hernán Hurtado explicó a la Agencia Andina que este lugar marcó uno de los límites de la cultura regional Canta.
Prueba de ello es una muralla, llamaba Kapur, que marca la frontera de aquella. Sin embargo, el trabajo del especialista ha establecido que entre este lugar arqueológico y el cercano pueblo de Cullhuay existe aún un fuerte lazo.
“Las festividades que allí se celebran, si les quitas la cruz y otros elementos semejantes, tienen poco de cristianas y occidentales”, refirió.
Hurtado relató que el dominio incaico de la zona duró relativamente poco menos de cinco décadas. Por tal motivo perduraron las tradiciones de los antiguos cantas. Tanto es así que aún en fiestas como las del agua y otras se siguen patrones singulares que remiten a las costumbres de esta cultura.
Por ejemplo, la plaza sagrada de este complejo arqueológico, llamada Ñaupajayán, sigue teniendo peso en la gente del lugar. Indicó que en la principal fiesta del pueblo, la limpia de la acequia principal en junio, se recrea la peregrinación a esta plaza.
Otro dato de interés que da Hurtado es que en su estudio etnográfico ha encontrado que la mayoría de topónimos se emparentan con el aro o el aimara. Esto demostraría la poca influencia incaica y la persistencia de marcas culturales de los cantas.
Añade la particularidad de que en estas celebraciones se nombra a cuatro autoridades conocidas como parianes, que vendrían a ser una suerte de curacas, y a un presidente de la comunidad.
(FIN) ECG
GRM
Publicado: 26/3/2020