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Tradición en Puno: así se vivió en la isla de Amantaní la fiesta de Pachatata y Pachamama

La Fiesta de la Pachatata y la Pachamama es una de las celebraciones ancestrales que se festeja en la isla de Amantaní, región Puno, cada tercer jueves de enero. ANDINA/Difusión

La Fiesta de la Pachatata y la Pachamama es una de las celebraciones ancestrales que se festeja en la isla de Amantaní, región Puno, cada tercer jueves de enero. ANDINA/Difusión

10:50 | Puno, ene. 20.

La Fiesta de Pachatata y Pachamama, celebrada la semana pasada en la isla de Amantaní, unió a las comunidades en una tradición ancestral llena de simbolismo y misticismo. Esta festividad conectó a los habitantes con las fuerzas de la naturaleza y el cosmos, convirtiendo a la isla en un vibrante escenario de ritualidad, música y danza.

Las diez comunidades de Amantaní, lideradas por sus autoridades locales, trabajaron en conjunto para organizar la Festividad de Pachatata y Pachamama. Los habitantes, vestidos con trajes típicos, trajeron ofrendas como símbolo de unidad y fortaleza espiritual, valorando la fiesta como una ocasión para fortalecer los lazos sociales y comunitarios.


Los hombres usaron trajes de pachatata de colores vivos y sombreros tejidos, mientras que las mujeres se presentaron con polleras multicolores y chucas bordadas a mano. Estas vestimentas, adornadas con motivos que representan la fertilidad y la abundancia, reflejan la profunda conexión de la comunidad con la naturaleza.

Tempranas horas del día central de la fiesta celebrada el jueves 16 de enero,  las autoridades y los sabios yatiris iniciaron una solemne procesión hacia los cerros sagrados de la isla: Pachatata y Pachamama. Estos Apus, símbolos de la energía masculina y femenina respectivamente, fueron abiertos exclusivamente para esta festividad. Durante el recorrido, la música tradicional y los cantos en quechua acompañaron a los participantes en su peregrinación.

Una vez en los templos, se llevó a cabo una ceremonia de profunda conexión espiritual. Las ofrendas ancestrales, como hojas de coca, semillas, flores y chicha de jora, fueron colocadas en los altares. El ritual solicitó abundancia, lluvias oportunas y salud para las familias, mientras que el incienso y las oraciones elevaron las plegarias hacia el cosmos.


La competencia ritual entre los grupos de Pachatata y Pachamama fue uno de los momentos más esperados. A través de un dinámico baile, los participantes celebraron la unidad y el equilibrio entre las fuerzas de la vida. El resultado de la competencia fue interpretado como un augurio para el año: un triunfo de Pachatata representaba equilibrio espiritual, mientras que el de Pachamama auguraba fertilidad y prosperidad.

La festividad continuó con música y danzas al caer la tarde. Las comunidades, acompañadas de pinquillos, tambores y bombos, celebraron el ciclo eterno de la vida y su conexión con la naturaleza. En círculos, hombres y mujeres compartieron un momento de armonía, donde la danza representó la energía de la tierra y el cosmos.

La comida tradicional también fue un elemento esencial de la fiesta. Platos elaborados con productos locales, como quinua, chuño, papa, pescado fresco y choclo, fueron preparados en hornos de barro, preservando las técnicas ancestrales que han sido transmitidas de generación en generación.


Antes de finalizar la celebración, los yatiris realizaron una última ceremonia de agradecimiento a Pachatata y Pachamama por la conexión espiritual establecida. Al descender de los cerros, las comunidades llevaban consigo una renovada fe, esperanza y el compromiso de proteger su tierra y su herencia cultural.

La Fiesta de Pachatata y Pachamama no solo preserva una tradición milenaria, sino que transmite un mensaje poderoso sobre la importancia de vivir en armonía con la naturaleza y reconocer nuestra interdependencia con el mundo que nos rodea. Vivir esta festividad en Amantaní es ser testigo de una tradición que nutre el alma de los Andes y nos invita a conectar con lo más sagrado: la tierra y el universo.

¿Por qué se celebra esta fiesta en Amantaní?


La isla de Amantaní, situada en el corazón del lago Titicaca, es un lugar donde la magia y la tradición se entrelazan. Conocida como la "Isla Sagrada," su imponente paisaje, marcado por terrazas agrícolas y aguas cristalinas, atrae a quienes buscan belleza natural. Sin embargo, el verdadero valor de Amantaní reside en la profunda conexión espiritual que sus habitantes mantienen con la naturaleza, el cosmos y las deidades andinas.


Una de las tradiciones más significativas de la isla es la Fiesta de Pachatata y Pachamama. Este evento, que va más allá de ser una simple festividad local, simboliza una unión espiritual con el universo y refleja la esencia de la cosmovisión andina, que ve en todo un equilibrio fundamental. En la filosofía andina, la vida y la muerte, el día y la noche, lo femenino y lo masculino son fuerzas que se complementan y deben mantenerse en armonía.

En Amantaní, este principio de dualidad se representa en Pachatata, el Padre Tierra, y Pachamama, la Madre Tierra. Ambos son considerados como las fuerzas que sostienen la vida y son venerados por los habitantes de la isla como una manera de recordar la importancia del respeto y el agradecimiento hacia la naturaleza, que provee todo lo necesario para el sustento de la comunidad.


Cada año, los habitantes de Amantaní celebran la unión de estas energías cósmicas en una fecha marcada tanto por el calendario agrícola como por las estrellas. La esperanza en esta celebración es que, a través de este acto de comunión con la tierra y el cosmos, se asegure un año lleno de abundancia, salud y armonía para la isla y sus comunidades según ha explicado licenciado Salvador Cutipa.

Alcaldesa da la bienvenida


La alcaldesa del distrito de Amantaní, Reyna Nefita Juli Calsin, dio una cálida bienvenida a los visitantes que llegaron para celebrar con alegría y devoción la Fiesta de Pachatata y Pachamama, una de las tradiciones más profundas y representativas de la herencia andina.

En su discurso, la alcaldesa destacó que este evento es una oportunidad para renovar la conexión con la naturaleza, fortalecer los lazos comunitarios y expresar agradecimiento por las bendiciones recibidas. Además, expresó su deseo de que la fiesta sagrada fomente un espíritu de respeto, gratitud y armonía tanto con el entorno como entre los propios participantes.


Juli Calsin agradeció a todos los hermanos y hermanas del Perú y del mundo por unirse a esta celebración mágica, en la que tradición, cultura y espiritualidad se entrelazan, formando un solo corazón.

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(FIN) AAM/MAO
JRA

Publicado: 20/1/2025