Fundado en 1905 por inmigrantes italianos, este bar-restaurante comenzó como un sencillo sitio de expendio de comidas que, con el tiempo, se transformó en un templo de la coctelería y
gastronomía tradicional. Declarado Patrimonio Cultural de la Nación en 1989, el Cordano conserva no solo su estructura original, sino también la esencia de una Lima que se resiste a desaparecer.
Por sus mesas y su clásica barra de madera han pasado presidentes, intelectuales, artistas e infinidad de turistas. Probablemente aquí se tejieron intrigas políticas, se discutieron reformas y se escribieron versos entre sorbos de café y copas de pisco. Por ejemplo, este emblemático bar aparece en la película "Muralla Verde", de Armando Robles Godoy.
Su carta es un homenaje a los sabores peruanos: el clásico sándwich de jamón del país con salsa criolla sigue siendo el favorito de muchos, aunque el tacu tacu con bistec se lleva todos los elogios, al igual que el sancochado. Y si alguien quiere evocar un poco de nostalgia, siempre puede recurrir a don Héctor Tantalean Munaico, quien desde hace 15 años domina la barra preparando butifarras como un maestro artesano.
Ahora en manos de sus trabajadores
En 1978, los hermanos Cordano cedieron el negocio a sus trabajadores. Hoy, el restaurante sigue siendo gestionado por sus herederos, quienes han sabido mantener el espíritu que lo hizo grande. Luis Enrique Granados Flores, hijo de uno de los actuales socios y mozo desde hace dos años, asegura que trabajar aquí es como formar parte de la historia misma de Lima.
Una celebración con música y recuerdos
El aniversario 120 no pasó desapercibido. Los dueños y socios organizaron una emotiva celebración que incluyó música en vivo, risas y anécdotas compartidas. Los comensales se mezclaron con curiosos que querían ser parte de esta fecha especial.
Lo que sigue brillando en el Cordano no son los rumores del pasado, sino su capacidad de mantenerse relevante y auténtico en una ciudad en constante cambio.
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(FIN) RRC